Capítulo 631
Camilo alzo una ceja: “¿Oh?”
“Seguro piensas que en la empresa voy a competir contigo por Ofelia“, Helena sabía que Camilo no tenia buenas intenciones. “Por eso siempre me estás diciendo cuan buena es la idea de emprender.”
“¡Solo quieres que renuncie impulsivamente!
“¡Así no podria ir a charlar con Ofelia tan sequido!”
¡Todo el dia, Ofelia estaría en la oficina acompañando a Camilo!
Para evitar que esto ocurriera, Helena decidió quedarse en la empresa junto a Ofelia hasta el dia de su jubilación!
¡Humph!
No dejaría que Camilo tuviera éxito!
Damián le dio una palmadita suave en el brazo a Helena: “El señor Heredia tiene un millón de cosas de qué ocuparse, ¿cómo podría ser la clase de persona que dices?”
Helena respondió con fastidio: “No has convivido con él, claro que no sabes cómo es.”
La decepción era evidente en Camilo: “El plan fracaso.”
Helena dijo: “Como castigo, ayúdanos a revisar qué aspectos hay que considerar al fundar una empresa.”
Le pasó a Camilo el plan de la empresa.
Camilo le echó un vistazo: “Las correcciones que acaba de sugerir Ofelia son muy acertadas.”
“Pero aún hay aspectos que no ha tenido en cuenta, probablemente porque nunca ha emprendido ni gestionado una empresa.”
Diciendo esto, le pasó a Helena un bolígrafo y, después de revisarlo rápidamente, le indicó qué cambios había que hacer en el sistema de la empresa.
Damián también pensó que Camilo tenía razón, así que escuchó atentamente.
Después de que Camilo terminó de hablar, les preguntó si habían entendido los problemas que había mencionado.
Ambos asintieron con confianza, asegurando que habían comprendido.
Camilo no les creyó y les planteó algunas preguntas para que respondieran.
Damián parecía completamente perdido.
Camilo sacudió la cabeza: “Parece que no lo han entendido.”
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Capítulo 631
“¡Creo que sí lo entiendo!” Helena se apresuró a hablar y luego compartió sus pensamientos.
Camilo la miró sorprendido y continuó haciendo preguntas, a las cuales Helena respondió acertadamente.
Solo entonces Camilo empezó a mirar a Helena con nuevos ojos, asegurándose de que había entendido, antes de decir: “Entonces, si tienes alguna duda en el futuro, puedes pedirle a tu amigo que te pregunte directamente.”
“Jeje.” Helena dijo con orgullo: “¡Lo sabía!”
“Soy un genio.”
Después de charlar un rato en casa de los Heredia, ya que Helena y Damián todavía tenían que ocuparse de algunos trámites, se despidieron y se subieron al coche para ir a formalizar la creación de la empresa.
Durante el camino, Damián no dejaba de mirar a Helena.
Helena, sin entender, se giró para mirarlo: “¿Qué pasa?”
Damián preguntó: “¿Realmente entendiste todo lo que dijo Camilo?”
“Por supuesto.” Helena preguntó como si fuera obvio: “¿Por qué no?”
Damián se mostró aún más incrédulo: “¿Entonces por qué yo no lo entiendo?”
“Significa que cuando tus padres hablaban de trabajo, nunca prestaste atención“, explicó Helena con un gesto de las manos. “Mis amigos a veces hablan de emprender, y ellos comparten sus conocimientos.”
“Aunque en ese momento yo no tenía pensado emprender, me parecía muy interesante y
escuchaba con atención.”
Damián desvió la mirada hacia la ventana: “Parece que de ahora en adelante tengo que hablar más con mi padre.”
“Sí.” Helena tomó su teléfono: “Después de todo, la gente siempre tratará de engañarte, tu papá
definitivamente no lo hará.”
“Lo más probable es que algunas de sus ideas estén desactualizadas.”
“Así que cuando hables con él, debes filtrar qué información es útil y cuál no.’
Damián asintió: “Está bien.”
Al ver que Damián no tenía más que decir, Helena envió un mensaje en el grupo: “Aprendí un montón de cosas útiles de Camilo, ¿alguien más quiere aprender?”
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