Capítulo 598
Pero era completamente inútil esperar algo de él.
Continué diciendo: “La verdad es que muchas veces no entiendo algo. Al principio de nuestra relación, yo intentaba comprenderte, quería ayudarte a ahorrar algo de dinero.”
“Pero no sé por qué, al final parecía que yo ya no era suficiente.”
La voz de la mujer, tranquila y fría, como si hablara de algo que no tenía nada que ver con ella.
Pero Ricardo al escucharla, sentía como si le retorcieran el corazón: “Te fallé.”
Respondí sin darle mucha importancia: “¿No te parece que decir esto ahora es demasiado tarde?”
“Cuando necesitaba dinero, cuando necesitaba que alguien me cuidara, no me tratabas como a tu esposa, sino como a tu enemiga.”
“Incluso cuando tuve a nuestro hijo…”
“Pensabas que era algo que yo quería, que debía asumir la responsabilidad por mi cuenta.”
“No me ayudaste en nada.”
Pensé que había olvidado esas cosas, pero cuando Ricardo las mencionó, me di cuenta de que todavía las recordaba.
Solo que ahora mi vida era tan feliz que las había dejado atrás.
Ricardo se quedó atónito y luego comenzó a sollozar incontrolablemente.
Porque descubrió que, de hecho, las cosas eran como yo decía.
Continué diciendo: “Pero ahora, eso ya pasó, y no tenemos por qué seguir viviendo con esos malos recuerdos.”
“He superado eso.”
“Espero que tú también puedas hacerlo, y que pronto tengas una nueva vida.”
“Sería mejor que no vinieras a molestarme.”
Después de decir eso, colgué el teléfono.
Ricardo, abrazando su móvil, lloraba desconsoladamente.
Otros hombres tratan bien a sus novias..
Y después de casarse, las colocan en un pedestal.
1/2
Capítulo 598
¿Por qué él no pudo hacerlo?
Ricardo no lo entendía.
No le había dado a Ofelia amor, ni siquiera dinero.
Y encima, la había desanimado en todo…
Ricardo lloraba con un dolor desgarrador.
¿Cuánto debía amarlo Ofelia para soportarlo sin poner límites?
Estaba a punto de dormir cuando sonó el móvil. Al ver la pantalla, era una llamada de mi ex jefe, Rubén. Sin pensarlo, contesté: “¿Hola?”
Mientras tanto, abrí otro grupo de WhatsApp y pregunté: “Rubén acaba de llamarme, ¿saben qué pasa?”
Todos comenzaron a hablar al ver mi mensaje.
“¿Qué más va a ser?”
“Después de echarte de la empresa, ofendió a otros miembros clave y se deshizo de todos los empleados competentes.”
“Los que quedaron solo saben adular, y ahora la empresa no puede seguir adelante, está a punto de quebrar…”
“Ahora está contactando uno por uno a los empleados que despidió, a ver si puede
convencerlos de volver.”
Pregunté entre risas: “¿Y ustedes volvieron?”
“¡Por supuesto que no!”
Todos estaban muy de acuerdo: “En cualquier otro lugar se trabaja mejor que en su empresa, ¿para qué volver?”
“El que vuelva es un tonto.”
Todos discutían animadamente.
Finalmente, Rubén habló: “¿Cómo has estado últimamente?”
14:45