Capítulo 11
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En el camino al estacionamiento, Martina caminó al lado del hombre sin decir una palabra.
El Hospital San Salvador, siendo un hospital privado de lujo, tenía entre sus miembros a personas de gran riqueza y prestigio, por lo que los autos en el estacionamiento eran lujosos y de alto valor. Aun así, el Bentley de Eugenio destacaba notablemente, en especial porque el chofer se encontraba en el asiento delantero.
Instintivamente, Martina extendió su mano para abrir la puerta, pero antes de que su mano tocara la manija, la mano bien definida del hombre se extendió, aprisionando suavemente su muñeca.
“No tengo la costumbre de que las damas me presten servicios.” Al terminar de hablar, el hombre extendió su otra mano para abrir la puerta, indicándole que subiera.
“Lo siento.” Martina se apresuró a inclinarse y subir al auto. Durante años, estando con Fernando, se había acostumbrado a hacer todo por sí misma, así que no esperaba tal acto de caballerosidad.
Una vez en el auto, lo primero que hizo fue sacar de su cartera, una pequeña bolsa de terciopelo y entregársela a Eugenio, quien estaba sentado a su lado.
Qué es esto?”
Eugenio tomó la bolsita, metió la mano dentro, y sacó una pequeña toalla blanca, al abrirla, vio que su gemelo yacía intacto dentro.
Martina explicó: “Una amiga me dijo que la piedra del gemelo es muy valiosa, temía que se dañara en mi bolso, por eso lo envolví cuidadosamente.”
Eugenio colocó el gemelo en su lugar, “No traje tu pañuelo, te lo daré la próxima vez.”
“No es necesario, ese pañuelo no vale mucho Sr. Hernández, no se preocupe si se pierde.”
Martina no solo no quería ese pañuelo, sino que ya había planeado que, una vez Begoña fuera dada de alta, le pediría algo de dinero prestado a Ximena para devolverle todo a Cecilia y luego distanciarse de la familia Hernández.
Su madre fue solo la empleada de la familia Hernández, era lógico que ella devolviera su amabilidad y dinero a la familia Hernández, por su bondad al proporcionarle alojamiento y patrocinar sus estudios. Pero, no podía casarse con Fernando, no podía comprometer el resto de su vida también.
Eugenio miró a la mujer a su lado y dijo: “No me llames Sr. Hernández, llámame por mi nombre, Eugenio, eso será suficiente.”
“Siendo usted el tío de Fernando, yo…”
“¿Qué, piensas llamarme tío como él?”
Martina estaba a punto de buscar una excusa para rechazarlo, pero Eugenio la interrumpió con una frase que la dejó sin palabras.
Apretando el gemelo que había sido cuidadosamente envuelto en su palma, con una sonrisa en sus labios, dijo, “Todayia queda un camino hasta la casa familiar, piénsalo bien.”
Ella rápidamente tomó una decisión. “Yo, yo lo llamaré Eugenio.”
En el Hospital San Salvador.
Cecilia esperó a que Martina se fuera antes de llamar a Fernando.
“Mamá.”
“Acabo de decirle a Marti que se quede conmigo en la casa durante un tiempo. ¡Tú encárgate de sacar a esa mujer de tu casa de inmediato! Una vez que tu abuela sea dada de alta, organizaré tu compromiso con Marti.” Cecilia expuso su plan
primero.
¡Realmente odiaba que su hijo no supiera apreciar a Martina, una mujer tan buena!
Mamá, me casaré con Marti, pero no ahora.” Fernando sabía que si no le explicaba sus sentimientos, su madre no lo dejaría e paz, “En estos años que Martí y yo hemos estado juntos, ella se enoja fácilmente, tiene mal genio y me muestra su peor cara. Además, es solo la hija de una empleada, realmente no está a mi nivel, aunque ha estado disfrutando de lo mejor a mi
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ado, aun así no está satisfecha. Si no le doy una lección, ¡tendré que lidiar con su mal genio por el resto de mi vida!”
Cecilia estaba furiosa, “¿Y por qué crees que se enojó? ¡Llevaste a otra mujer a casa! ¿Y aun así la culpas por enojarse?”
to que he tenido con otras mujeres solo era por diversión, pero Lucy realmente me gusta mucho, y su familia no está nada mal. Si estás buscando una nuera, ¿Lucy no es más adecuada que Marti?” Fernando, que últimamente pasaba mucho tiempo con Lucía, se encontraba cada vez más enamorado.
Le encantaba que ella estuviera dispuesta a usar lencería sensual para complacerlo, también que se mostraba cariñosa y vulnerable.
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