Capítulo 55
Alicia levanta la vista y ve al consejero, y más allá, a Vicente parado fuera del aula.
Ella frunce los labios y finalmente decide salir.
Con expresión impasible, dice: -Si piensas pedirme que le haga apuntes a María, mejor ni lo
menciones.
Sabe, sin necesidad de preguntar, que Vicente ha venido a la escuela para justificar la ausencia
de María.
Conociendo los hábitos de Vicente, seguramente esperaría que ella tomara las notas e incluso
llevara los deberes diarios a casa.
Vicente, con el corazón apesadumbrado, pregunta: -¿Así es como me ves, Alita?
Alicia, con impaciencia, responde: -¿Has terminado?
—Alita, recuerdo que en la primaria tus notas eran excelentes, pero luego empezaron a decaer, volviéndose cada vez peores. ¿Acaso fue por María, para no sobresalir más que ella o incluso sacar peores notas? 1
Alicia se detiene, sorprendida, ¿cómo lo sabe?
Su mirada se torna suspicaz, ¿qué pretende Vicente con estas preguntas?
Al ver la expresión de Alicia, Vicente se da cuenta de que todo es verdad.
Se siente triste.
¿Por qué no se percató antes del cambio en Alicia, no notó que realmente ella también había sido amable con María?
Simplemente se habían acostumbrado a favorecer a María desde su llegada.
Con el tiempo, se volvió habitual ignorar que Alicia también necesitaba su atención.
Alicia, cada vez más impaciente, pregunta: -¿Para qué preguntas eso, no es obvio?
-Alita, solo necesito que respondas sí o no.
—¿Qué sentido tiene?
Alicia retrocede un paso, aumentando la distancia entre ella y Vicente.
Con una mirada desafiante, afirma: -Vicente, si realmente quieres disculparte o compensar algo, no me molestes antes de mis exámenes.
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Vicente muestra una sonrisa amarga; la cautela en los ojos de ella casi lo hiere.
Así que Alicia desconfía tanto de ellos.
Finalmente, con esfuerzo, promete: -De acuerdo, Vicente te lo promete.
Alicia baja la vista: -Gracias.
-No tienes que agradecerme, Alita.
Con voz ronca y cautela, Vicente inquiere: ¿Dónde has estado viviendo estos días?
Alicia lo mira con recelo, ¿qué intenta con eso?
-No te confundas, solo me preocupa cómo estás, considerando que nunca antes habías vivido
sola.
El corazón de Vicente se llena de amargura.
Esa Alicia
que solía estar siempre a su alrededor, ahora es tan distante con él.
Solo ahora se da cuenta.
De manera fría, Alicia contesta: —Estoy bien.
En su vida pasada, después de ser expulsada de casa, durmió en las calles, fue acosada por mendigos y hasta buscó comida en los contenedores.
Ha pasado por todo tipo de penurias.
Vicente reflexiona: –Deberías regresar a casa. Raúl probablemente hablará con Jorge sobre esto, y conoces el temperamento de Jorge, podría afectar tu preparación para los exámenes. Incluso el médico escolar podría tener problemas.
Si decides regresar, prometo no interferir en tu vida, incluso los fines de semana. ¿Está bien así?
Alicia queda en silencio profundo.
-Alita, no necesitas decidir ahora, vuelve a clase. Si decides no regresar, me encargaré de que Jorge no se entere.
Alicia se siente incómoda.
No quiere deberle favores a nadie.
Gira y regresa a la clase para reflexionar sobre la situación.
Vicente observa cómo Alicia se aleja y luego se dirige a la enfermería.
Roberto está sentado, apoyando una mano en el brazo de la silla, mostrando una parte de su
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muñeca con un reloj.
Levanta ligeramente los párpados, sus ojos teñidos de una frialdad distante.
Vicente examina al médico y al notar el reloj, se sobresalta.
Ese reloj es extremadamente valioso, parece una edición limitada que ni siquiera el dinero puede comprar fácilmente.
Este médico definitivamente no es una persona común.