Capítulo 46
1/3
María corrió directamente hacia allí, y Raúl, instintivamente, avanzó tomando a María para esquivar juntos, pero giró la cabeza para ver a Alicia, quien aún permanecía inmóvil.
Después de darse cuenta de lo que había hecho, Raúl gritó en pánico: -¡Apártate rápido!
Alicia, con el rostro inexpresivo y una mirada oscura e insondable, no se movió.
El auto se detuvo con un chirrido justo al lado de ella.
La ventanilla se bajó, revelando los rasgos severos de Roberto, quien dijo con tono suave: – Sube al auto!
La esquina de la boca de Alicia se curvó levemente hacia arriba; sabía que era él.
Se inclinó para entrar al auto, y desde afuera llegó la voz de Raúl: -¡Alicia, no puedes irte con él!
Alicia giró la cabeza, mirando a Raúl que se acercaba, y luego subió la ventanilla, cortando cualquier comunicación con el exterior.
Raúl corrió un trecho, pero finalmente se detuvo, exhausto.
Golpeó el suelo frustrado, preguntándose por qué las cosas habían salido así.
Había dejado a Alicia atrás sin pensar.
Al recordar la mirada de Alicia, Raúl comenzó a sentir pánico. ¿Qué debería hacer?
Había elegido instintivamente a María, pero eso no significaba que no le importara Alicia.
María había corrido hacia él para ayudar, y no podía simplemente ignorarla. ¿Entendería Alicia eso?
Raúl no estaba seguro.
María se acercó, visiblemente preocupada: -Raúl, ¿estás bien? Alita estará bien. Ella también estuvo fuera toda la noche ayer; probablemente estuvo con ese médico.
Raúl ajustó su expresión: -Alicia ha sido corrompida por ese médico. Antes, aunque se enojaba, nunca se comportaba así con la familia.
Alicia había cambiado.
Él tenía que encontrar una manera de volver a la normalidad.
Capitulo 46
2/3
En el auto, Alicia bajó la ventanilla, dejando que el viento golpeara su cara, sin decir una
palabra.
Roberto condujo en silencio hacia el apartamento.
En el ascensor, Alicia lo miró de reojo: -¿Estás enojado?
Había notado que Roberto no parecía contento durante el viaje.
Mirando su reflejo en el espejo del ascensor, él respondió: -Has mejorado. Al menos me pediste ayuda cuando te llevaron.
-Todo pasó tan rápido. Hubo una confesión en la puerta de la escuela; usé un extintor para rociarlo. Él es de Piedraplata, gente con la que no se juega. Durante el conflicto, Raúl intervino y me empujó al auto.
Pero nunca esperé que me llevara a la base del equipo.
Alicia tampoco esperaba que Raúl preparara una bienvenida tan grande, incluso colgando pancartas para que se uniera al equipo.
Ah, pero ella no había aceptado.
Si hubiera sido la Alicia de antes, probablemente habría sentido la presión de la obligación.
Pero ahora, sin esa presión moral, no podía afectarla.
-¿Quién te confesó?
Alicia levantó la vista: -¡Fue Carlos, de la escuela de al lado!
Roberto entrecerró los ojos: -¿Él es tu amor secreto?
-¡Por supuesto que no!
Alicia casi se ríe.
Cuando el ascensor llegó, ella salió primero.
Roberto la observó irse, su tono era un poco duro: –Niña, no deberías estar pensando en
novios todavía.
-¡Ya lo sé, me lo has dicho muchas veces! ¡No me des más sermones!
Roberto la siguió a paso lento, frunciendo el ceño como si estuviera pensando en algo.
Alicia notó que la cocina estaba llena de verduras frescas y frutas, y preguntó sorprendida:
Vas a cocinar tú mismo?
–
-¿Qué crees? Por supuesto que dejaré que la señora lo haga. Todo esto fue porque recibí un
Capitulo 46
mensaje tuyo.
Alicia se sintió un poco culpable: -Quizás debería cocinar de ahora en adelante; cocino
bastante bien.
Después de todo, Roberto la había acogido, y quería hacer algo a cambio.
Roberto entrecerró los ojos: -¿Desde cuándo sabes cocinar?
-Cuando estaba en Casa García, solía cocinar para todos, especialmente porque Jorge y Vicente no toleraban bien otra comida que no fuera la mía…
Alicia se detuvo, luego añadió: -De todos modos, lo aprendí hace tiempo.
Había aprendido para complacer a sus hermanos, siguiendo a los cocineros de la casa.
3/3
Roberto pareció descontento, diciendo lentamente: -Tus manos no están hechas para cocinar.
¡Actúa rápido: el tiempo de bonificación gratuita se agota!