Capítulo 167
María rápidamente guardó su celular: -Solo era un video que me apareció en las notificaciones, no es que alguien me lo haya enviado.
No podía dejar que nadie de la familia García supiera sobre esto.
Fue precisamente porque ella se convirtió en huérfana que pudo ser recibida por la familia
García.
Además, el hecho de que su padre estuviera vivo tenía que tener algo oculto detrás.
María sentía una mala corazonada.
Inmediatamente cambió de tema: -¿Cómo regresaste tan pronto? ¿Vicente está mejor?
—Está mejor.
Raúl retiró la mano, algo aliviado: —Antes, cuando dijiste en la transmisión hermano estaba enfermo, ¿qué dijo Alicia sobre eso?
que nuestro
María suspiró: -Parece que se enojó aún más, me acusó de no haber dicho esas cosas frente a
tanta gente.
Lo había hecho a propósito.
La intención era presionar moralmente a Alicia, para que esa mujer nunca quisiera regresar.
-No te sientas mal, Alicia ya ha cambiado.
Raúl miró el cuarto por un momento, dudó y luego dijo: -María, la habitación en la que solías estar era un poco pequeña, así que estoy pensando en remodelar la habitación de huéspedes para que sea tuya. Pero esta habitación, tendré que devolvérsela a Alicia, ¿qué opinas?
La expresión de María se congeló.
No esperaba que Raúl dijera algo así.
Ella había estado viviendo en la habitación de Alicia, y siempre la había considerado suya.
Nunca había pensado en mudarse.
Además, Alicia había dicho que quería cortar los lazos con la familia García, y ella era la única señorita de la familia García, por lo que tenía que quedarse en la habitación más grande.
Pero, ¿cómo es que Raúl ahora le pedía que se mudara?
Raúl, incómodo, explicó: -María, no pienses mal, no tengo ninguna otra intención. Lo que pasa es que Alicia siempre está de mal humor, así que lo correcto es devolverle su habitación.
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Cuando Alicia mencionó lo de cortar relaciones, él sintió como si lo hubieran abofeteado.
Se dio cuenta de que había tratado a Alicia y a María de manera diferente, y ahora necesitaba
aprender a ser más justo. Alicia también se preocupaba por estas cosas.
Tenía que aprender a cambiar.
-Raúl, ¿qué estás diciendo? ¿Cómo podría pensar algo malo? Esta habitación siempre fue de Alicia, así que tiene sentido que se la devuelvan.
María mostró una sonrisa amable y comprensiva.
En realidad, por dentro, odiaba profundamente a Alicia.
Raúl suspiró aliviado: -Sabía que tú entenderías, Alicia tiene un carácter tan difícil, ahora solo hay que seguirle el paso. No te preocupes, no te voy a tratar mal en el futuro.
-Lo sé.
-Ah, por cierto, cuando Alicia te pidió perdón en la fiesta, también tenía algunas joyas guardadas aquí, ¿verdad? Sería bueno que las organizaras y las devuelvas cuando Alicia
regrese.
Cuando María escuchó esto, su sonrisa casi se desvaneció.
Podía mudarse de habitación, pero devolver las joyas que había conseguido le dolía
enormemente.
María inmediatamente se le llenaron los ojos de lágrimas: -Raúl, sé que esas joyas solo me las dejaste en depósito, pero cuando fui a la fiesta, las usé. Si en la próxima actividad no llevo nada, ¿no me criticarán los medios?
-No te preocupes por eso, cuando pase esto, te conseguiré algunas más.
-Está bien, gracias Raúl.
Aunque María no quería desprenderse de las joyas, mantuvo la apariencia de ser la hija ejemplar,
Raúl vio lo bien que María reaccionaba y suspiró: -Si Alicia fuera tan comprensiva como tú,
no tendríamos tantos problemas ahora.
María, con una sonrisa falsa, observó cómo Raúl se relajaba.
Él no sabía que todo lo que hacía, lo hacía con el único fin de agradar a los hermanos.
El cielo sabe cuántas veces tuvo que tragarse su orgullo.
Después de que Raúl se fue, la expresión de María se oscureció de inmediato.
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Pensaba que ya se había acercado a Alicia.
No pensó que la realidad le daría un golpe.
Su celular vibró de nuevo, y vio el segundo mensaje: [María, por más que lo intentes, no eres la señorita de la familia García, ¡nosotros somos la verdadera familia!]
María miró el mensaje con odio en los ojos.
