Capítulo 163
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Alicia levantó la mirada hacia él. Las palabras que acababa de decir habían salido sin pensar.
El corazón de Roberto, que normalmente no mostraba emoción, latió con fuerza por un
momento.
Movió ligeramente la garganta: -Niña, no seas tan rápida en decirle a un hombre que se haga responsable; eso es algo que el hombre debe decir.
Alicia se dio cuenta de que lo que había dicho no había sido muy apropiado, como si estuviera
sugiriendo algo.
Bajó la mirada apresuradamente: -No me malinterpretes, lo que dije no tenía otro
significado. Eres mi amigo, y no quiero que te veas involucrado por mi culpa.
-Entiendo.
Roberto levantó la mirada hacia el hospital: -¿Entonces qué piensas hacer?
-Quiero hablar personalmente con Carlos.
-Vamos.
Alicia lo miró sorprendida mientras él comenzaba a alejarse. Corrió detrás de él: -No vayas tú, yo me encargaré.
Si Roberto iba, seguramente lo pondrían en una situación incómoda.
No quería que lo complicaran más.
-Alita, espera por mí.
Vicente apareció detrás de ellos, sin haber esperado que Alicia se hubiera ido en taxi sola. Su terquedad lo hizo seguirla.
Cuando vio a Roberto delante de Alicia, frunció el ceño y dijo fríamente: -¿De verdad viniste? Qué valiente.
Pensaba que este hombre no tendría el valor de venir.
Alicia frunció el ceño: -Vicente, ya te dije que esto no tiene nada que ver con él, ¿por qué estás
haciendo esto?
-Alita, lo hago por tu bien…
-¡Basta! ¿Qué significa “por mi bien“? ¿Me has preguntado qué opino yo? Yo no estoy de
acuerdo en absoluto.
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Alicia estaba harta de que siempre actuaran sin consultarla.
Con una expresión seria, entró al ascensor.
Roberto caminó junto a Alicia, sintiendo algo de compasión: -Esto no es tan complicado, no te enojes tanto.
-Doctor Roberto, qué fácil lo dices. Toda la presión está sobre nosotros, sobre Alita. Con tu estatus, ¿realmente crees que puedes competir contra la familia Martínez de Piedraplata?
Vicente despreciaba profundamente al médico escolar, tal vez tenía algo de habilidad y su actitud era bastante arrogante.
Pero frente a la familia Martínez en Piedraplata, no era lo suficientemente fuerte.
Roberto miró con una expresión indiferente: -No hace falta competir, es algo que se resuelve con una sola palabra.
-Vaya, qué gran confianza. Vamos a ver cómo logras resolver esto con una sola palabra.
Vicente vio esto como una excelente oportunidad para mostrarle a Alicia que ese médico no era nada más que un hablador, alguien que solo exageraba y decía bonitas palabras.
Alicia respiró hondo antes de salir del ascensor. Se giró hacia Roberto: -Quédate afuera, espera por mí.
Roberto vio la expresión de Alicia: -Puedo acompañarte dentro.
Carlos lo conocía.
Aunque revelara su identidad, no quería ver a Alicia tan ansiosa y alterada.
-No, no puedes.
Alicia, muy seria, insistió: -Quédate aquí y espera por mí.
Vicente no estuvo de acuerdo: -Alita, ¿no puedes dejar de dejarte llevar por tus emociones?
Alicia no le prestó atención a Vicente y, enojada, caminó hacia la habitación.
Abrió la puerta, y desde dentro se escuchó la voz sorprendida de María: —¿Qué? ¿Carlos, no piensas hacer nada con respecto a esto?
-Así es, ese día en el bar fui yo quien empezó, yo tengo la culpa. Además, ellos ya me
compensaron un poco, así que déjalo pasar.
Carlos parecía algo incómodo: -Y además, Alicia no es de la familia García, ¿no? Si seguimos
con esto, no les conviene a ustedes tampoco.
Maria, insatisfecha, replicó: -Pero…
Capitulo 163
No decías eso antes, ¿por qué cambiaste de opinión después de ver a esa persona?
Carlos levantó la vista: -María, fue por ti que decidí no seguir con esto. 1
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