Capítulo 151
Alicia levantó la vista y vio al hombre que bloqueaba su camino. Su mente se detuvo un momento.
Su estado de ánimo era como una montaña rusa, subiendo y bajando sin cesar.
Se dio cuenta de que Roberto parecía muy tranquilo, como si lo ocurrido en la pista de baile no
hubiera sucedido.
Pero Alicia no podía estar tan tranquila.
María reconoció la voz de Roberto y, con una expresión sorprendida, dijo: —Alicia, no puedo creer que realmente estés con este médico de la escuela.
María se sintió un poco complacida por dentro.
Después de todo, su novio actual era un joven privilegiado de la familia Martínez, una de las más ricas de Piedraplata.
El novio de Alicia, en cambio, era solo un simple médico escolar, alguien cuya posición nunca podría compararse con la de su propio novio.
Alicia, sonrojada, rápidamente respondió: -María, ¿qué dices? Yo solo soy amiga de él.
Acababa de sufrir un rechazo y se sentía incómoda. ¿No podrían dejar de mencionar esos temas
molestos?
-Alicia, no te hagas la tonta. Ya se rumoraba en la escuela que ustedes estaban juntos, y después de que te fuiste de tu casa, incluso vivieron juntos. Si dices que no están juntos, ¿quién te va a creer?
Carlos alzó la voz: -¿Alicia vivió con otro hombre?
María sonrió, divertida: -Sí, cuando te lo conté antes, no me creíste.
Alicia entrecerró los ojos: -¿Saben por qué el abuelo de Ramón ha vivido tanto?
Carlos, confundido, preguntó: -¿Por qué? ¿Eso tiene algo que ver con lo que estamos diciendo?
-Porque el abuelo de Ramón nunca se mete en los asuntos de los demás ni se comporta como esas mujeres chismosas que hablan de todo.
Tras decir esto, levantó la vista y le dijo a Roberto: -Vámonos.
Con esas personas hipócritas y molestas alrededor, ya no quería seguir allí.
Roberto lanzó una mirada fría a Carlos, sus ojos estaban llenos de advertencia.
Capitulo 151
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Carlos, al ser mirado así, se sintió indignado, sintió que lo habían avergonzado, y, señalando a Roberto, lo reprendió: -¿Qué miras? ¿Vas a seguir mirando así?
Carlos había dejado Piedraplata y estaba viviendo muy bien aquí, nunca nadie se había atrevido a mirarlo de esa manera.
Roberto ignoró completamente a Carlos, manteniendo una actitud desafiante y arrogante.
Carlos, molesto, agarró una botella de licor que el camarero tenía en las manos y se lanzó hacia Roberto: Hoy te voy a dar una lección.
Alicia vio que Carlos venía hacia ellos y empujó a Roberto: -¡Cuidado!
En ese momento, parecía que todo a su alrededor se volvía más lento.
Alicia cerró los ojos con fuerza, esperando que la botella la golpeara.
Pero en el siguiente instante, sintió como si algo apretara su cintura con fuerza y su cabeza golpeó el pecho de Roberto, causando un dolor leve.
Roberto, con un solo movimiento, pateó a Carlos, expulsándolo de una manera brutal.
Su rostro estaba tenso y su mirada gélida y llena de furia.
Si no hubiera reaccionado tan rápido, Alicia sin duda habría resultado herida.
Carlos cayó al suelo, mostrando dolor y apretando los dientes. María, asustada, corrió hacia él para ayudarle: -Señor Carlos, ¿está bien? Está sangrando.
Carlos no podía decir una palabra debido al dolor.
María miró a Alicia, preocupada: -Alita, ¿sabes quién es el señor Carlos? Hoy se ha lastimado aquí, y cuando la familia Martínez venga a exigir responsabilidades, ustedes no podrán
evadirlas.
Alicia se frotó la frente donde había golpeado, y miró hacia atrás, diciendo con frialdad: – Fue Carlos quien comenzó, nosotros solo actuamos en defensa propia.
-Pero al final, ¿ustedes no están bien? Ahora el herido es Carlos, y está bastante grave. Vamos a llamar a la policía y exigir responsabilidades.
María estaba algo nerviosa. Si algo le pasaba a Carlos, seguramente la familia García dejaría una mala impresión en la familia Martínez. ¿Cómo podría ella casarse con alguien de esa familia en el futuro? [1]