Capítulo 134
Ella notó su expresión amable, y una sensación agria surgió en su corazón.
Alicia bajó los ojos en un gesto de vergüenza: -Raúl está abajo, dice que quiere hablar.
-¿Así que si él te pide que bajes, tú obedeces sin más?
Roberto frunció el ceño: -Él viene por el asunto de la final de mañana, solo quiere pedirte un
favor.
-Ya me lo imaginaba.
-Si ya lo sabes, entonces no necesitas bajar.
Su tono fue imperioso, casi como una orden.
En el fondo de Alicia surgió una rebeldía sin motivo, y ella apretó los labios: -Volveré
enseguida, tú sigue con lo tuyo.
Después de hablar, cerró la puerta del apartamento.
Roberto la observó cerrar la puerta y se quedó mirando por un largo rato; se masajeó las
sienes.
¿Estaba ella mostrando su descontento?
Se giró hacia el balcón, desde donde podía ver perfectamente la dirección de la entrada principal, y allí estaba Raúl, apoyado en su auto.
Con una mano en la barandilla, observó fijamente hacia la entrada.
No pasó mucho tiempo antes de que Alicia apareciera en su campo de visión, pequeña, caminando despacio.
Roberto la miró un momento y luego regresó a su habitación.
En ese momento, Alicia se sentía muy confundida, ¿había sido demasiado evidente?
No pudo evitar mirar de nuevo hacia el apartamento; el balcón estaba vacío.
Se sintió un poco perdida al retirar la vista.
No podía seguir concentrándose en Roberto, eso no estaba bien.
Alicia ajustó su estado emocional y se dirigió a la entrada del complejo, donde vio a Raúl apoyado en la puerta del auto.
Ella se acercó con una expresión neutral: -¿Qué quieres decir? Mi tiempo es limitado.
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Raúl la miró detenidamente y tuvo que admitir el hecho de que Alicia realmente había
cambiado.
Su tono fue algo brusco: -Reconozco que mi actitud hacia ti no fue la mejor antes, no tomé en cuenta tus sentimientos al manejar algunas cosas, y te causé problemas.
Alicia mostró una ligera sorpresa en sus ojos: -Es raro verte tan sincero al disculparte, ¿eso es
todo?
-Solo quiero saber, ¿qué piensas? Pensé que los desacuerdos anteriores eran menores y no afectarían otras cosas.
Alicia soltó una risa burlona: -Raúl, si piensas que con solo decir unas disculpas ligeras
puedes borrar todo lo pasado, e incluso intentas usar esto para chantajearme moralmente, te aconsejo que mejor no digas nada.
-No es eso lo que quiero decir.
-Sé lo que quieres decir, crees que ya que te disculpaste, debo pensar en el bien mayor y terminar uniéndome al equipo para la final.
La mirada de Alicia fue distante y fría: -Pero déjame decirte la verdad, no participaré en la
final.
Raúl se mostró algo alterado: -Pero antes te importaba mucho el éxito del equipo, fuiste tú quien me apoyó para organizar el equipo, ¿y ahora vas a retirarte justo en nuestra primera final nacional?
Siempre creyó que Alicia no renunciaría a la oportunidad de participar en la final.
Ella siempre había mostrado interés.
Con ironía en su mirada, Alicia respondió: -No te hagas el desentendido, si María no fuera tan mala en los juegos, si hubieras encontrado a alguien adecuado para el papel de tirador, no estarías aquí rogándome que participe en la final. Seamos honestos el uno con el otro, ¿no?
Raúl abrió la boca, sin saber qué decir: -No es así.
-Solo te importan los beneficios, lo único que ves es el ganar o perder del equipo, no te
importan las demás personas.
Alicia ya había visto claramente qué tipo de persona era Raúl.
Antes no quería decir mucho.
Pero ahora que iba a hablar, lo haría con claridad.
Raúl casi no podía mantenerse de pie, emocionado dijo: -No solo me importa ganar o perder,
también me importas tú. Un equipo sin ti no es el equipo que yo imaginaba.
Capitule 134
Él recordó que había creado el equipo también por Alicia.
No sabía cuándo, pero había olvidado ese propósito inicial.
Ahora que
Alicia iba a dejar el equipo, lo recordaba, parecía que ya era demasiado tarde.
¿Alita, no puedes darle una oportunidad al equipo?
¿No podría darle a él una oportunidad?