Capítulo 116
Alicia levantó la cabeza sin expresión y respondió: -No tenía ningún plan.
-Oye, ¿qué clase de actitud es esa? Levántate, te estoy diciendo que te levantes, ¿me
escuchas?
Alicia se puso de pie de un salto, haciendo que la silla se deslizara hacia atrás
considerablemente.
Hugo se sorprendió: -Eres una empleada nueva, ¿quieres perder el trabajo por no mostrar respeto? ¡Ella es la señorita de la familia García!
Alicia mostró una expresión burlona: ¿Ella lo es?
—
-Si ella no es la señorita de la familia García, ¿entonces tú lo eres?
Al darse cuenta de que la situación se estaba saliendo de control, María intervino rápidamente: -Déjalo, trátame como a una nueva empleada también, no es necesario ser tan formal. ¡Y no discutan por
mí!
Hugo asintió con una sonrisa servil: —La señorita tiene toda la razón.
Alicia se dirigió al baño, evitando cruzar miradas con María.
Mientras se lavaba las manos, María se paró orgullosa en la puerta: -No esperaba encontrarte aquí.
Alicia la ignoró por completo.
María, un poco molesta, continuó: -Alicia, no te enojes. Raúl me envió específicamente para supervisar el proyecto del firewall, y Vicente también está al tanto.
Alicia no respondió y continuó con lo suyo.
María se preguntaba si ella lamentaba haberse ido de casa y estaba buscando una oportunidad
para regresar.
Alicia sacudió el agua de sus manos, dejando caer algunas gotas sobre la falda de María.
María se enfureció al instante: -¡¿Qué haces?! ¿Sabes cuánto cuesta este vestido?
Alicia soltó una risa desdeñosa: -Ya que lo sabes, asegúrate de nunca permitir que se manche, para no tener que volver a tu antigua vida algún día. Con un vestido tan caro, probablemente nunca podrás permitirte otro igual en toda tu vida.
María, sintiéndose humillada, miró con odio la espalda de Alicia mientras esta se alejaba.
Algún día, ¡seguro que la haría pagar por esto!
Capítulo 116
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Alicia regresó al área de oficinas y apenas se había sentado cuando Hugo lanzó un montón de
documentos sobre su escritorio:
—Oye, termina todo esto, jo no se te permitirá irte a casa!
Alicia tomó los documentos y los dejó a un lado de la mesa. Sin decir nada, continuó revisando problemas del software. No se quejó ni se comprometió a hacerlo.
Hugo, que inicialmente había planeado reprenderla, cambió su actitud al ver a María entrar y rápidamente se acercó a ella con una sonrisa.
Una compañera de trabajo de Alicia comentó en voz baja: —El líder del equipo la trata demasiado bien. ¿Será que le gusta?
-¿Cómo podría interesarse en alguien como él? Cree que puede usar su poder para intimidar a otros solo porque es líder de equipo.
-Ten cuidado. Si hay una cena de empresa, asegúrate de no beber.
Alicia giró la cabeza y sonrió: -Lo sé, gracias por el consejo.
Ella no tenía intención de asistir a ninguna cena de empresa.
Al final de la jornada laboral, María se acercó y dijo: -Hoy es mi primer día de trabajo. Me gustaría invitar a todos a cenar esta noche.
Todos en la oficina aceptaron con entusiasmo.
Alicia, tras haber terminado de organizar los problemas detectados en las pruebas, se levantó para empacar sus cosas y marcharse.
María la observó con una sonrisa: -Después, puedes irte en mi auto.
-No es necesario, ustedes vayan.
Con un aire de indiferencia, Alicia se marchó sin mirar a María.
María se sintió herida en su orgullo, pero mantuvo una apariencia tolerante: -La conozco. Nunca pensé que su carácter seguiría siendo igual.
Hugo respondió apresuradamente: -No pensé que conociera a la señorita. Es una buena oportunidad y ella no la aprovecha. No es de extrañar que no encuentre trabajo. ¡Mañana le daré una lección!
María sonrió, pero no respondió.
María y los demás compañeros fueron al restaurante, donde también estaban Vicente y Raúl.
-Vicente, Raúl, ¿cómo es que
vinieron?
Capitulo 116
Vicente miró ansiosamente alrededor y preguntó: -¿Alita? ¿Por qué no vino?
¡Gira para reclamar tu recompensa sorpresa!