Capítulo 104
-Alita, sé que estabas enojada, y la conducta de Raúl hoy fue demasiado. Te apoyaré, ¿ realmente ibas a distanciarte de toda nuestra familia por lo de Raúl?
Alicia solo pudo reírse.
¿No era que toda la familia siempre favorecía a María?
Ella respondió fríamente: -Para mí, no hay diferencia.
Cuando Alicia llegó a la orilla de la calle para tomar un taxi, vio acercarse un auto familiar que se detuvo frente a ella.
Sabía quién había llegado.
La ventana se bajó, y Roberto la miró: -Sube.
Alicia abrió la puerta del copiloto, se sentó y la cerró justo cuando Vicente se acercaba: -Alita,
sé
que estabas cansada hoy, ¿podemos encontrar otro día para hablar?
Alicia comprimió sus labios en una línea delgada: -Dependerá.
Roberto pisó el acelerador y se alejaron.
Vicente se quedó parado incómodamente, mirando hacia el entrenador de Reinos del Trueno: -Señor Eduardo, Alita no firmará con tu equipo, mejor déjalo.
-Si la familia García era tan confiada, ¿por qué temían a la competencia? Nunca había visto a alguien tan parcial, es la primera vez.
Eduardo miró en la dirección por la que Alicia se había ido.
Si no se equivocaba, ¿el que conducía el auto era ese tipo?
¡No era de extrañar que Alicia pudiera hacer combos de doce golpes en los juegos!
Pero, ¿cómo había aparecido allí y por qué había venido personalmente a recoger a una chica? Todo indicaba que no era algo simple.
Alicia estaba sentada en el auto, miró de reojo al hombre a su lado: -¿Cómo viniste?
-Estaba de paso.
Las manos largas de Roberto descansaban en el volante, su expresión era algo forzada: -¿Te divertiste en la fiesta?
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-Mucho.
Alicia pensó en cómo Raúl y María se habían enojado, y su ánimo mejoró notablemente.
Roberto la miró de reojo, sabiendo lo que había pasado en la fiesta, por eso había venido a
recogerla.
Pensaba que ella estaría afectada, pero resultaba ser mucho más fuerte de lo que él imaginaba.
El celular de Alicia sonó; había recibido un mensaje de Roberto.
Sin mirar el contenido, estaba segura de que serían esas frases de manipulación moral.
No eran ellos los cansados, ella ya estaba harta.
Alicia dejó su teléfono: -Vamos a comer barbacoa.
-Claro, ¿dónde quieres ir?
-Hay un lugar de barbacoa detrás de la escuela que es realmente bueno. Solía ir a escondidas, siempre me sentía como si estuviera haciendo algo malo, y luego me preocupaba que el olor quedara en mi ropa.
Roberto preguntó: -¿Por qué tenías que ir a escondidas?
-Porque Vicente no me dejaba comer esas comidas poco saludables, decía que eran malas para
la salud…
Alicia se detuvo ahí y no siguió hablando.
Roberto notó el cambio en su ánimo: —Decidir dejar Casa García, ¿no te arrepientes?
-No me arrepiento.
Alicia bajó la mirada: -En las pequeñas cosas, ellos realmente habían sido buenos conmigo, pero cada vez que se trataba de decisiones importantes, como elegir universidad después de los exámenes finales, o cualquier otra cosa importante, si tenía que ver con María, siempre
tenía que
ceder.
Ese tipo de bondad, no la quería.
Tampoco quería estar moralmente manipulada por esas razones.
Los labios finos de Roberto se curvaron levemente, parecía que se había preocupado sin
motivo.
El auto se detuvo en la puerta trasera de la escuela.
Roberto frunció el ceño al observar el entorno, pero finalmente se sentó.
Capítulo 104
Alicia ordenó muchas de las cosas que le gustaban: -Hace mucho que no comía esto, trae también un par de cervezas.
El dueño miró a Roberto y luego le dijo a Alicia: -¿Tu novio va a querer algo?
Alicia se sorprendió, ¿novio?
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11 Gira para reclamar tu recompensa sorpresa!