Capítulo 347
Cada vez que tenía un mal día, buscaba descargar su frustración en Yesenia, siempre evitando a Rosario, y llamaba a Yesenia a su habitación.
“¿Cuánto te pagó Verónica para que difames a tu jefa? ¿En qué te ha fallado Zully?”
Había escuchado a Zully mencionar que el salario de Rosario era alto. Zully la trataba tan bien, y sin embargo, ella manchaba su nombre a sus espaldas. Rosario se quedó sin palabras. Es cierto que había aceptado el dinero de la Srta. Verónica, pero lo que decía también era verdad.
“Tengo pruebas.”
Rosario sacó su teléfono y mostró un video a Javier. Javier tenía una confianza plena en Zulma, pero amaba demasiado a Yesenia. En medio de un conflicto interno, al final no pudo evitar tomar el teléfono de Rosario.
Era un video de unos pocos segundos. En pleno invierno, Yesenia estaba afuera con solo un camisón ligero, con sus piernas y brazos al descubierto, descalza en la nieve. Su piel expuesta estaba rojo morado por el frío.
“Fue una vez que la Srta. Zulma me mandó a comprar cosas lejos. Volví antes y vi esto.”
Ella tampoco tenía simpatía por Yesenia; simplemente lo había grabado para quejarse con sus amigas. Así que tomó unos segundos del momento. Los ojos de Javier temblaban visiblemente, lleno de dolor al ver el video. Sus manos temblaban sosteniendo el teléfono. Pero por el profundo amor que sentía por Zulma, instintivamente refutó, “No puede ser, debe haber una explicación. Ella no haría eso a Yessie.”
“Si no me crees, mira el cuerpo de Yessie. Hace unos días vi que no solo tenía moretones, sino también nuevas marcas de agujas. Esos moretones y marcas aparecieron después de que Yessie entrara en la habitación de la Srta. Zulma. ¿Si no fue Zulma, entonces quién?”
Javier seguía negando con la cabeza, obviamente afectado por las palabras y el video de
Rosario.
Verónica dejó ir a Javier. No esperaba que Javier creyera inmediatamente y atacara a su amada Zulma. Pero mientras realmente amara a Yesenia, al ver el video y escuchar las palabras de Rosario, en su corazón nacería una semilla de duda. Solo necesitaba confirmar, y descubriría que lo que Rosario decía no era mentira. Una vez que confirmara que Zulma realmente maltrataba a Yesenia, Javier rompería con Zulma. Entonces Verónica podría aprovechar la oportunidad para negociar con Javier. Ahora solo tenía que esperar.
Javier no hizo que Verónica esperara mucho. Por la tarde, recibió una llamada de Rosario, diciendo que Zulma le había dado la noche libre. Y esa misma noche, Javier apareció a las
diez en la Mansión Belleza.
Zulma estaba molesta. Cuando recibió la llamada de Javier, su primera reacción fue
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rechazarlo. La noche anterior ya había satisfecho sus necesidades. No quería que él apareciera. Con halagos y súplicas, intentó detenerlo, pero no tuvo éxito. Ese hombre que solía obedecerla en todo, ahora no se dejaba convencer. Eso no agradaba a Zulma. Para ella, Javier era solo una pieza que podía usar. Cuando lo necesitaba, lo llamaba para satisfacer sus deseos. En momentos cruciales, ella podía susurrarle al oído, llorar por las injusticias que decía sufrir de Verónica. Él actuaba por ella, deshaciéndose de Verónica como un problema. Era útil mientras obedeciera. Una vez que dejara de hacerlo, Zulma consideraría si aún tenía
valor.
Esperaba a Javier en la habitación. Pronto escuchó pasos en las escaleras, pero no entró a su habitación. Había estado allí muchas veces, pero esta era la primera vez que no lo hacía.
