Capítulo 331
Ella estaba realmente asustada.
Adolfo acarició suavemente la cabeza de Yesenia, tratando de calmarla, y luego sacó el termómetro para medirle la temperatura a Zulma. Marcó 39.2.
Zulma pareció sentir la presencia de Adolfo. Estaba tan febril que apenas era consciente, y en el momento en que Adolfo retiró su mano, ella lo agarró, llamándolo, “Adolfo…” Su voz se quebraba, impregnada con un leve olor a alcohol; claramente había estado bebiendo.
“Estoy aquí.” Al ver a Zulma así, el semblante de Adolfo se ensombreció un poco.
“No me dejes, realmente no puedo estar sin ti. No quiero separarme de ti, dijiste que en esta vida solo te casarias conmigo, solo conmigo, ¿cómo pudiste engañarme?” Mientras Zulma hablaba, las lágrimas de aflicción rodaban por sus mejillas. Abandonar a Adolfo por Verónica, ¿cómo era eso posible?
Sin embargo, sus lágrimas de angustia no lograron que Adolfo retirara lo que le había dicho. Aunque Zulma se había enfermado intencionalmente, la fiebre alta realmente la estaba afectando. Con los ojos llenos de lágrimas, aferró con más fuerza la mano de Adolfo, llorando aún más desconsoladamente, “Chico frío, ¿realmente vas a dejar a Zuly?”
Esa expresión, “chico frío,” impactó directamente el corazón de Adolfo.
Su agarre sobre la mano de Zulma se hizo más fuerte. Zulma estaba apostando, apostando por el lugar que Zuly ocupaba en el corazón de Adolfo. No creía que Adolfo realmente pudiera dejar a Zuly.
“Chico frío, solo te tengo a ti, no me dejes… no dejes a Zuly…” Zulma sintió que Adolfo estaba cediendo, murmurando entre sollozos. Lloraba sin parar. Repitiendo sin cesar, “no dejes a Zuly.” Adolfo tomó una toalla y limpió las lágrimas del rostro de Zulma, respondiendo en voz baja, “No te dejaré..” Él nunca la abandonaría. En medio de su delirio, Zulma escuchó la respuesta que tanto deseaba. Ella era su Zuly. ¿Cómo podría él soportar hacerla sufrir? Mientras ella fuera Zuly, Adolfo nunca podría dejarla por alguien más. Incluida Verónica.
Zulma lo sabía muy bien, cuál era su ventaja. Por eso, era mejor que la verdadera Zuly estuviera muerta desde hace tiempo. Si no lo estaba, sería mejor que tuviera la sensatez de no aparecer nunca. De lo contrario, solo estaría buscando problemas. Ella nunca permitiría que Adolfo supiera que no era la verdadera Zuly, que estaba usurpando su identidad. Si perdía la aureola de Zuly como su amor ideal… Zulma no se atrevía ni a imaginarlo. Y no permitiría que eso sucediera. Muy pronto, el tercer aniversario de la vieja difunta pasaría. Y entonces Adolfo podría casarse con ella.
Adolfo le dio a Zulma un medicamento para bajar la fiebre y luego, logró que Yesenia se durmiera. Yesenia estaba preocupada por Zulma y no quería volver a su habitación. Adolfo lo
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Capitulo 331
permitió, pero una vez que Yesenia se durmió, la llevó de vuelta a su cuarto. El tiempo pasaba lentamente, y Zulma aún no bajaba la fiebre.
Adolfo llamó a Damián. Cuando Damián llegó, Zulma todavía sostenía fuertemente la mano de Adolfo. Adolfo tampoco la soltaba. Damián le puso un suero a Zulma, y Adolfo la cuidó toda la noche.
Verónica se despertó de un terrible sueño. En el sueño, Adolfo la forzaba y él conseguía su objetivo.
Despertó de repente, empapada en sudor frío, sentándose en la cama. Su primera reacción fue mirar su ropa, que seguía en su lugar. Su cuerpo tampoco parecía mostrar señales de haber sido tocado. Verónica sabía bien cuán despiadado podía ser Adolfo. La sensación en su cuerpo no era como si hubiera sido tocada. Verónica soltó un suspiro de alivio. Aunque había venido a ver a Adolfo preparada para que él la tomara.
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