Capítulo 279
Adolfo nunca se había imaginado que su culpa hacia esa desdichada criatura fuera sólo por la conexión de sangre, algo que el tiempo y nuevos hijos fácilmente podrían reemplazar. Con el tiempo, cuando ella tuviera sus propios hijos, la atención de Adolfo se centraría completamente en ellos, dejando a Pilar, esa desdichada criatura, en el olvido.
“Verónica, ¿en el fondo me odias hasta la muerte?“.”
“Es comprensible, ¿cómo no odiarme? Después de todo, fui yo quien robó el riñón destinado a esa desdichada criatura, causando su muerte en la mesa de operaciones“.
“Para ti, como madre, no hay nada más doloroso, ¿verdad?“.
“Si no hubiera robado ese riñón, tu desdichada criatura podría haber sobrevivido a la operación“.
“Qué lástima, ¡esa desdichada criatura murió por mi culpa! Y tú, como su madre, decías que la amabas, pero no pudiste hacer nada contra mí, la asesina“.
Zulma habló con una arrogancia desmesurada.
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“Zulma, el mal se paga con mal, ¡seguro que recibirás tu castigo!“. Verónica apretó sus labios hasta sangrar, sin sentir el menor dolor. Luchaba por controlar sus emociones y no dejar que las palabras de Zulma la afectaran. Todavía no había vengado a Pilar; no podía derrumbarse. Benito dijo que la justicia tardaba, pero llegaría. Mientras estuviera viva, habría una
oportunidad de encontrar pruebas de las maldades de Zulma. Algún día, Zulma pagaría por sus crímenes. Estaba segura de ello.
“¿Castigo? ¿Qué castigo podría esperarme?“. Zulma se reía con desdén, su expresión era aún más arrogante. Miraba a Verónica, casi al borde del colapso por sus provocaciones, intensificando su ataque.
“Verónica, ¿qué pasa? ¿Eres una niña? ¿Todavía crees en el castigo para los malvados?“.
“¿No sabes que en este mundo, quien tiene dinero y poder puede hacer lo que quiera?“.
“Hablando de eso, ¿sabes cómo pude robar el riñón destinado a esa desdichada criatura?“.
Verónica levantó la cabeza de golpe, sus ojos rojos inyectados en sangre temblaron intensamente.
“Lo adivinaste, fue Adolfo“.
“El riñón que con tanto esfuerzo conseguiste para esa desdichada criatura, con una palabra de Adolfo, pasó a ser de Yessie“.
“Sin la ayuda de Adolfo, ¿cómo podría haber robado el riñón destinado a esa desdichada criatura? ¿Cómo podría haber muerto en la mesa de operaciones?“.
“¿Sabes qué estaba haciendo Adolfo cuando lo llamaste desde fuera del quirófano? Estaba en el hospital, acompañando a Yessle, que no tenía nada“.
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“No es que no viera tu llamada, la vio, pero no quiso contestar. Ni una de tantas llamadas. Sit hubiera contestado una sola, tu desdichada criatura tal vez habría tenido una oportunidad“.
“¿Entiendes? La responsable de la muerte de esa desdichada criatura no soy sólo yo, también lo es Adolfo“.
“¿Y qué si lo sabes? Con la posición de Adolfo en Colina Verde y la ayuda de Benito, no puedes hacerle nada a Adolfo, mucho menos a mí, que estoy protegida por él“.
“Verónica, acepta la realidad. Nunca podrás vengar a tu desdichada criatura, ¡nunca!“.
Esas palabras, “nunca podrás“, cayeron sobre Verónica como una montaña. A pesar de luchar contra la negatividad, fue aplastada. Sus piernas ya no podían sostenerla, cayó sentada al suelo. Su cuerpo temblaba incontrolablemente, abrumada por emociones negativas.
“¿No te duele ver a la asesina de tu hija vivir felizmente cada día?“.
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