Capítulo 205
Yesenia se enderezó aún más, mostrando una actitud sumisa y al escuchar la respuesta firme de Yesenia, Adolfo suavizó su tono, “Dime la verdad, ¿realmente fuiste tú quien empujó a Pilar a la piscina el primer día que se vieron o fue ella quien te empujó a ti?”
Tan pronto como hizo la pregunta, los ojos de Yesenia se llenaron de lágrimas y negó con la cabeza repetidamente, “Papá, yo no lo hice, yo no empujé a Pilar“.
“Adolfo, ¿por qué preguntas eso? Sabes cuánto adora Yessie a Pilar, ¿cómo iba a empujarla?”
Zulma defendió a su hija fervientemente, mostrando cuánto le dolía verla sufrir.
“Adolfo, Yessie no podría haber empujado a Pilar. Si no confías en Yessie, podrías pedirle a Verónica que traiga a Pilar aquí, para que aclaren las cosas de frente“.
Zulma no entendía por qué Adolfo de repente sacó a colación ese tema ero estaba clara de una cosa, la piscina no tenía cámaras de vigilancia.
Pilar ya había muerto, así que, no estaba preocupada en lo más mínimo.
Mientras se mantuvieran firmes en que Yessie no había empujado a Pilar, que había sido Pilar quien empujó a Yessie no había problema.
“Papa, ¿no confías en mí? ¿Piensas que soy una niña mala que miente?”
Las lágrimas de Yesenia brotaron rápidamente, cayendo en grandes gotas mientras mostraba
una cara de tristeza.
Adolfo se conmovió al verla, la abrazó y dijo, “Papá solo estaba preguntando, siempre confío en
ti“..
Yesenia abrazó el cuello de Adolfo, subió a su regazo y escondió su cara en su cuello,
sintiéndose muy triste.
Con Yesenia así, Adolfo ya no tuvo corazón para seguir preguntando y con una mano suave le daba palmaditas en la espalda, tratando de consolarla.
Pero parecía que Yesenia se sentía injustamente acusada por su amado papá, y no podía detener sus lágrimas.
Adolfo la abrazaba, igual de afligido y con el rostro lleno de lágrimas.
Yessie no parecía estar mintiendo, pero al pensar en el video de Pilar, parecía aún menos probable que ella lo hiciera.
Quizás fue solo un juego entre niños, sin poder distinguir si fue un tirón o un empujón intencionado, malinterpretando las acciones del otro.
Pero él, había prejuzgado a Pilar, creyendo que mentía habitualmente.
Al ver a Yessie enferma después de caer en la piscina, pálida, asumió de inmediato que Pilar
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había empujado a Yessie, sin darle oportunidad de explicarse y la castigó directamente.
Fue él quien actuó sin pensar, rehusando creer a Pilar y acusándola injustamente.
Yesenia estaba realmente angustiada y al regresar a la Mansión Belleza, no quería que Adolfo se fuera y lo seguía de cerca.
“Adolfo, hace tiempo que no comes aquí, ¿qué tal si preparo algo rico y cenas con nosotros?”
Zulma preguntó con un tono suave.
“Papá, ¿por qué no te quedas a cenar?“, rogó Yesenia con voz melosa.
Adolfo, al ver sus ojos hinchados, no tuvo corazón para decir que no.
Después de cenar, Yesenia siguió insistiendo para que Adolfo le contara una historia antes de dormir y solo hasta que la arrulló y la hizo dormir, la cubrió bien y salió de la habitación de
Yessie.
Ya eran casi las nueve y Adolfo se preparaba para irse pero al pasar por la habitación de Zulma la puerta se abrió de repente desde adentro.
Zulma, recién salida de la ducha y vestida con un pijama, apareció en la vista de Adolfo.
Al ver el pijama excesivamente sensual de Zulma, Adolfo desvió la mirada instintivamente.
Sin embargo, Zulma se acercó directamente y rodeó el cuello de Adolfo, pegándose a él con una suavidad que desarmaba, y con un aliento embriagador, dijo, “Adolfo…”
Ella había bebido un poco de vino y sus mejillas estaban sonrojadas.
Mirándolo con ojos seductores, sus labios rojos se acercaron, “¿Por qué no te quedas esta noche?”