Capítulo 203
A veces, cuando se encontraba con Pilar en la sala, la miraba sin realmente prestarle atención.
Pero Verónica, desde que Pilar comenzó a reconocer personas, se involucró profundamente.
Cuando él estaba ausente, ella abrazaba a Pilar y, sosteniendo su foto, le repetía una y otra vez, “¡Este es papá!”
Pilar crecía poco a poco.
La primera persona a la que llamó fue mamá.
Él observaba cómo Verónica, emocionada hasta las lágrimas, besaba la carita delicada y
hermosa de Pilar.
Después de la emoción, Verónica no olvidó seguir enseñándole y continuaba mostrándole su foto, intentando que Pilar dijera: “¡Papá!”
Sin cansarse, le enseñaba una y otra vez a llamar a su papá.
Cuando Pilar empezó a hablar, le decía, “Papá te ama mucho, pero está muy ocupado, por eso no ha vuelto a estar contigo“.
Como una hoja en blanco, Pilar repetía junto a Verónica: “¡Papá me ama! ¡Yo amo a papá!”
Ella, a nombre de él, le compraba regalos a Pilar, ropa, juguetes y le decía a Pilar que eran de papá…
Pilar siempre se alegraba mucho, abrazando sus regalos decía dulcemente: “¡Yo amo a papá!”
Él no había cumplido con su deber de padre.
Pero Verónica se esforzaba en mantener viva la imagen de él como padre en el corazón de
Pilar.
Gracias a la insistencia diaria de Verónica, Pilar tenía una buena impresión de su padre, a pesar de su ausencia, le tenía mucho cariño.
Cuando Pilar empezó a caminar, una vez que él regresó al Hogar de la Harmonía, la encontró a esperándolo en la puerta.
Al verlo, ella sonreía radiante y corrió torpemente hacia él, abrazó sus piernas, levantando la cabeza, con voz suave y tierna lo llamó, “Papá, abrázame“.
Esos ojos, tan parecidos a los de Verónica, lo miraban brillantes, su corazón se ablandó en ese
momento.
Fue entonces cuando comenzó a ponerle cuidado realmente a Pilar.
Siempre pensó que era casualidad. Pero al ver en las cámaras de seguridad que Pilar lo esperaba en la puerta todos los días llena de esperanza, el corazón de Adolfo se ablandó aún
más.
16:30
Capítulo 203
Recordó que, desde ese momento, cuando volvía al Hogar de la Harmonía, ya no era solo por Verónica, sino que también pasaba tiempo y jugaba con Pilar.
Pero cuando Zulma regresó al país con Yessie, recordó que ellas habían sufrido mucho en el extranjero y le hizo recordar que Verónica era la causa de todo.
Pero en ese momento, ya no rechazaba a su hija Pilar y quería que ella y Yessie se llevaran bien.
Siendo de edades similares, podrían ser amigas.
Pero, para sorpresa de todos, en su primer encuentro, Pilar empujó a Yessie a la piscina y llenó de rabia, castigó a Pilar haciéndola estar de pie por un tiempo
Tomó a la asustada Yessie en brazos y la llevó adentro.
Ese día, Yessie estaba tan asustada que solo quería que él la abrazara para poder dormir.
No supo cuándo Verónica había llevado a Pilar de vuelta a casa.
Solo sabía que, después de haber calmado a Yessie, Zulma le informó que Verónica se había llevado a Pilar.
Pero nunca imaginó que, ese día, al llevarse a Pilar, ella tendría fiebre y viendo las imágenes en las cámaras de seguridad.
Pilar tuvo fiebre durante tres días.
Verónica cuidaba de ella sin descanso.
Finalmente, cuando la fiebre de Pilar bajó y despertó, llorando se acurrucó en los brazos de Verónica, “Mamá, yo no empujé a Yessie, fue Yessie quien me empujó a mí y cayó en la piscina ella sola“.
“No fui yo, ¡de verdad yo no fui!”
Pilar repetía una y otra vez que no había sido ella y Verónica la consolaba sin parar, diciéndole que le creía, pero Pilar seguía llorando sin consuelo, preguntando tristemente, “¿Por qué papá no me cree?”
Esa pregunta, “¿por qué papá no me cree?“, sacudió fuertemente el corazón de Adolfo.
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