Capítulo 699
Rosana giró la cabeza y vio a Dionisio, esbozando una sonrisa.
Él había llegado.
Pero Alonso soltó un bufido: “Rosana, si vas a buscar ayuda, al menos busca a alguien útil. ¿Para qué traes a un inútil?”
Un hombre sin poder ni influencia no serviría de mucho.
Rosana escuchó esas palabras y se rio: “Parece que Ángela no te ha dicho la verdad.”
“¿Qué quieres decir?” Alonso soltó la mano de Dionisio y miró atrás, pero no vio a Ángela y sintió que ocurría algo extraño.
“Lo que quiero decir es que tu solicitud de patente es solo un diseño exterior, pero todas las configuraciones técnicas dentro del modelo son diferentes.”
Dionisio sacó un gráfico de patente: “Esta es la patente que investigué, los periodistas también pueden echarle un vistazo.”
Alonso miró el gráfico de la patente, sorprendiéndose de que ese médico inútil tuviera algún contacto y hubiera conseguido la solicitud de patente tan rápidamente.
Sonrió y dijo: “Eso es porque mi querida hermana Rosana me traicionó y fue directamente a la Empresa del Arce para registrar la patente primero.”
Dionisio dijo con calma: “La palabra ‘primero‘ es bastante ridícula. ¿Estás diciendo que después de que Rosana dejó la familia Lines y durante todo este tiempo, tu empresa no fue a solicitar la patente? Pero cuando Rosana, después de meses de investigación, logra avances y solicita la patente, ¿de repente ustedes quieren registrar una patente idéntica a la suya?”
Los periodistas alrededor comenzaron a susurrar entre sí.
Dionisio continuó: “En realidad, es porque ustedes no lograron desarrollar nada, de lo contrario, ¿cómo es posible que no registraran la patente primero?”
Alonso estaba furioso y se volvió hacia el encargado: “Creo que debemos echar a estos alborotadores. Lo que esta persona dice no tiene lógica.”
El encargado inmediatamente llamó a seguridad, rodeando a Rosana y Dionisio.
Alonso miró a Dionisio y dijo en voz baja: “Solo eres un pobre médico, pero tienes una lengua afilada, te vendría bien ser abogado, tal vez te iría mejor que ahora.”
“Parece que al Sr. Lines le gusta medir a las personas por poder y dinero.” Dionisio apartó la mano de Alonso con una mirada altiva.
“¿Y qué? Rosana te buscó para ayudarla, pero es una pena que alguien como tú, de abajo, no pueda cambiar nada.” Alonso le dio un golpe en el pecho a Dionisio: “Además, odio tu mirada arrogante. Eres un pobre diablo sin nada, ¿con qué derecho eres tan engreído?”
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Capítulo 699
“¡Detente!” Rosana empujó a Alonso con fuerza: “No lo señales.”
“No me di cuenta de que lo defendías tanto. Es una pena que hayas traído a alguien tan inútil, no puede ayudarte.”
Alonso mostró una expresión arrogante y miró al encargado: “¿Por qué no lo echas ya? De paso, haz público el asunto del plagio de mi hermana, para que nunca pueda volver a trabajar en este campo.”
Dionisio le lanzó una mirada helada: “Quiero ver quién se atreve.”
“Jajaja, hablas con mucha soberbia, pero ¿de qué sirve?” Alonso se rio mientras señalaba a Rosana: “Debiste escucharme desde el principio, o no habrías terminado así. Ahora nadje puede salvarte, ni siquiera Óscar, porque no llegará a tiempo… jah!”
Dionisio agarró la mano de Alonso y poco a poco lo empujó lejos de Rosana. Su mirada era fría y su tono aún más: “Eres tan desagradable como siempre.”
“¡Suéltame! ¡Te dije que me soltaras!” Pálido del dolor, Alonso gritó enojado: “¿Sabes que te estás metiendo en problemas?”
Dionisio levantó la mano y le dio un puñetazo a Alonso, luego lo pateó, haciéndolo volar, hasta que chocó con las cosas del exhibidor y cayó dentro.
Dionisio avanzó y pisó la mano de Alonso: “¿No te he dicho que tus manos están sucias y no debes señalar a Rosana? Parece que tienes problemas de audición.”
Con una mirada sombría, aplicó un poco de fuerza y el brazo de Alonso se rompió.
“¡Ah!” Gritó de dolor.
Leonor corrió hacia ellos: “¿Qué estás haciendo? ¡Suelta a mi hermano!”
Benito exclamó furioso: “¡Pobre diablo, te has condenado por herir a mi hermano! ¡Nosotros, la familia Lines, nos aseguraremos de que te pudras en la cárcel!”
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