Renacer sin Perdón Novela 652

Capítulo 652 

Melvin estaba un poco confundido: “Yo no la violé.” 

“¡Todavía lo niegas! Todos lo vimos en la gran pantalla, todos somos testigos.” 

Cada vez más enfadado, Benito le dio un puñetazo a Melvin en la cara. 

Melvin no era de los que se quedaban quietos y sin pensarlo, le dio una patada a la silla de ruedas de Benito: “Lisiado, no pienses que por ser el hermano de Leonor puedes venir a 

golpearme.” 

Benito, tirado en el suelo, gritó furioso: “¡Violador, voy a llamar a la policía para que te arresten!” “¡Llama a la policía! Leonor es mi novia. ¿No es normal que pasen ese tipo de cosas entre nosotros?” 

Pero esa situación le resultaba extraña a Melvin. ¿Cómo fue que su encuentro se transmitió en la pantalla? ¿Quién querría jugarle una mala pasada? 

Benito respondió en voz alta: “Eso es imposible, Leonor es mi novia y estamos a punto de 

casarnos.” 

“¿Qué?” Melvin miró a Benito: “¿No eres el hermano de Leonor?” 

Leonor siempre decía que tenía que quedarse en casa para cuidar a su hermano con discapacidad en la pierna, ¿y ahora resultaba que se iba a casar? 

Melvin se volvió hacia ella con una mirada helada: “Dime, ¿qué está pasando? ¿Ni siquiera respetas a tu propio hermano?” 

Leonor no sabía cómo defenderse, el sudor frío le corría por la frente. Esta vez estaba perdida. ¿Quién quería arruinar su vida? 

En su pánico, miró a Rosana y se lanzó hacia ella: “Fuiste tú, ¿verdad? ¡Fuiste tú!” 

Nadie más que Rosana podría haberlo hecho. 

Rosana la empujó: “¿Qué hice? ¿Acaso fui yo quien te obligó a estar con Melvin mientras planeabas casarte con mi Benito? ¿Fui yo quien te quitó la ropa cuando estabas con él a escondidas?” 

Las palabras de Rosana eran afiladas. 

Furiosa, Leonor explotó: “¡Seguro que fuiste tú!” 

Rosana sonrió fríamente mirando a Melvin: “¿Leonor nunca te dijo que estaba comprometida con Benito?” 

“No, pero ¿ustedes no la adoptaron?” Melvin estaba desconcertado. 

“Sí, pero Leonor rompió su vínculo con la familia Lines para casarse con Benito.” 

Tras escuchar eso, Melvin miró furioso a Leonor: “Dime, ¿es cierto?” 

Al ver la expresión del hombre, Leonor se asustó y negó con la cabeza: “No, déjame explicarte.” 

En ese momento, Benito, todavia tambaleándose sobre una pierna, llegó hasta ellos: “Leonor, me dijiste que no tenías nada que ver con este hombre. ¿No era él quien te persequía, sin ningún tipo de vergüenza?” 

Ante las preguntas de ambos, Leonor se puso pálida, tratando de dar lástima. Pero su rostro estaba hinchado por el golpe, y el efecto de compasión no funcionaba. Al ver que se descubría su mentira, se desmayo. 

Rosana soltó un frío resoplido: “Vaya, qué oportuno que se haya desmayado.” 

Leonor había usado ese truco muchas veces desde que era pequeña, y siempre había funcionado. Solo que esta vez, no tuvo suerte, porque no estaba rodeada solo por los hermanos Lines. 

En ese momento, una dama de mediana edad, Noelia Guzmán, llegó con un cubo de hielo y, sin dudarlo, lo volcó sobre ella. 

*¡Ah!” Leonor despertó gritando de dolor al sentir los bloques de hielo golpeándola. 

¿Quién estaba jugando con ella? 

Al ver la llegada imponente de Noelia, Rosana supo que Leonor estaba en problemas. 

Quizás Benito y Melvin podrían ser engañados por esas artimañas, pero Noelia no caería en 

eso. 

Al ver a Leonor en ese estado, Benito saltó sobre una pierna para protegerla: “¿Quién eres, vieja?” 

“¡Apártate, lisiado!” De un empujón, Noelia tiró a Benito al suelo. 

Se sentó directamente sobre Leonor, levantando la mano y abofeteándola de un lado a otro, usa sucesión de golpes fuertes, la dejaron aturdida, sin poder emitir un solo sonido. 

Al ver la situación, Benito rápidamente gritó: “Alonso, ¿no vas a detener a esa vieja? ¿Vas a quedarte mirando cómo matan a golpes a Leonor?” 

Pálido como un muerto, Alonso respondió: “Ella es la madre de Melvin.” 

La familia Guzmán no era algo que la familia Lines pudiera permitirse enfrentar. 

“¿Y eso qué? Deberías ayudarla, ¿acaso no somos una familia, unidos por la sangre?” 

Al escuchar las palabras de Benito, Alonso se enfureció tanto que casi perdió el equilibrio, estaba a punto de explotar de la rabia. 

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