Capítulo 641
Alonso giró la cabeza y miró a Benito con furia: “Cállate. Rosana también es parte de la familia Lines.”
Al escuchar eso, Leonor se llenó de un ardor asesino. Pero, ¿cómo podía Rosana, esa desgraciada que cortó lazos con la familia, seguir siendo considerada parte de los Lines?
Con un movimiento rápido, Rosana recuperó la invitación de las manos de Lourdes: “Mírala bien y devuélvemela.”
Lourdes se sintió muy incómoda, ya que había comprobado que la invitación era legítima y el nombre no había sido alterado.
Al ver a Leonor, Lourdes habló con un tono despectivo: “¿Así que los Lines también tuvieron la dignidad de recibir una invitación?”
Leonor sonrió con malicia: “Por supuesto, la Sra. Ángela invitó personalmente a mi querido
hermano.”
“Qué familia de nuevos ricos.” Lourdes se fue furiosa, prometiéndose a sí misma que no dejaría pasar la oportunidad de enfrentarse a esa desgraciada de Rosana, durante esa fiesta.
Sosteniendo la invitación, Rosana afirmó: “Mírenlo bien, yo también he sido invitada.”
Al ver la invitación, Alonso supuso que venía de Sara, sorprendiéndose de lo cercanas que eran últimamente, en especial porque su relación con Sara se había enfriado.
Tras un breve silencio, dijo: “Ya que también viniste a la fiesta y al fin y al cabo llevas el apellido Lines, ayudarme a mejorar mi relación con la familia Chavira también te beneficiaría.”
Rosana replicó con una mirada sarcástica: “¡Por supuesto que no!”
Ella no tenía intención de dejar a los hermanos Lines en paz, ya que de todos modos, estaban destinados a confrontarse.
Benito exclamó furioso: “Alonso, prometiste que no permitirías que Rosana viniera a la fiesta.”
Sintiéndose herida, Leonor añadió: “Alonso, me habías prometido ese vestido, y ahora Rosana lo lleva puesto. Sé que no soy tu hermana biológica, pero no tenías por qué mentirme.”
Alonso replicó enfadado: “¿Te mentí? Si Rosana lleva ese vestido, es por su propio mérito.”
No se podía negar que Rosana había prosperado mucho más que Leonor. Especialmente después de darse cuenta de que el nivel de tecnología de inteligencia artificial de su compañía era inferior al de la Empresa del Arce, Alonso comenzó a arrepentirse. Rosana siempre había sido hábil en esos campos, de hecho, el sistema de seguridad del Grupo Lines fue obra suya.
Si hubiera podido mantener a Rosana en la familia desde el principio, las cosas serían diferentes. El Grupo Lines ya no era lo que solía ser. Además, Félix tampoco asistió a la fiesta, y Alonso sabía que su hermano lo odiaba.
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Capítulo 641
Al escuchar a Leonor, Benito se giró hacia Rosana y la confrontó: “¿No tienes vergüenza, Rosana? Ese vestido lo quería Leonor, ¿cómo te atreves a quitárselo?”
“Si de no tener vergüenza hablamos, se trataría de ustedes. ¿Crees que todo lo que les gusta automáticamente les pertenece? ¿Qué tanto se creen, como para que hasta un Rey les ceda su lugar?”
Al escuchar a los hermanos Lines, Marina se enfureció de inmediato, ¡qué sinvergüenzas!
Intentando calmar las cosas, Leonor tiró de Benito: “Déjalo. Yo sé bien cuál es mi lugar.”
“De ninguna manera, ahora eres mi novia y mi futura esposa, debo defenderte.”
Seguro de sí mismo, Benito regañó a Rosana: “Quítate ese vestido ahora mismo. ¡No te mereces llevarlo!”
“¿Así que debería quitarme mi propio vestido, solo porque a Leonor le gustaba y no pudo comprarlo?”
“Sí, has hecho enfadar a tu cuñada, por supuesto que debes quitártelo. ¿Acaso no conoces las normas?” Benito habló con toda la confianza del mundo.
Rosana levantó la vista hacia Alonso, con una mirada llena de burla: “¿Crees que quiero volver a una familia así?”
Alonso se sintió momentáneamente aturdido, al ver la mirada helada de Rosana y escuchar lo que decía Benito, algo dentro de él se sentía terriblemente incómodo. Tal vez se dio cuenta de que lo que decía su hermano no estaba bien, también recordó que él mismo había tratado a Rosana de esa manera en el pasado.
Marina no se guardó nada: “Solo a alguien con el cerebro aplastado por una puerta, se le ocurriría volver a una casa que devora gente sin escupir los huesos. Una hermana adoptiva celosa de que Rosana lleve vestidos bonitos, insistiendo en hacer que se lo quite, ¡por favor, qué descaro!”
Al escuchar eso, Benito abrió los ojos de par en par y empezó a pelear con Marina: “¿Qué has dicho? ¡Dilo de nuevo!”