Capítulo 570
“Ya que Flora ha llegado, definitivamente tengo que ir a saludar, sigan ustedes.”
Ángela no esperó a que Alonso terminara de hablar, se levantó y se fue directamente con Keira. Solo quedaron dos personas en el salón privado. Alonso miró fijamente a Rosana, con un tono. de incredulidad: “No me imaginaba que tu relación con Óscar fuera tan buena, y que incluso. Flora permitiera que Keira intercediera.”
Ahora se daba cuenta de que había subestimado a su hermana todo ese tiempo.
Rosana respondió con calma: “Si no hay nada más, me voy.”
No quería dar más explicaciones.
“Rosana, aún no he terminado de hablar, ¡espera!”
Alonso estaba algo ansioso, pero al recordar las conexiones de su hermana, suavizó su tono: “Rosana, al final del día, somos familia, ¿verdad? Nadie va a responsabilizar a la familia Lines por este asunto, ¿por qué seguir complicándole la vida a Leonor?”
La mirada de Rosana se volvió mucho más fría: “He dejado muy claras las condiciones para no responsabilizar a Leonor.”
A menos que Alonso, admitiera personalmente frente a Benito, que la decisión de amputarle la pierna tras el incendio fue porque él intencionalmente ignoró las llamadas de Rosana, evadiendo su responsabilidad, ella no cedería.
“Rosana, ¿realmente tienes que pisotear mi dignidad? Soy tu hermano mayor, ¿alguna vez me has visto disculparme o admitir un error ante mis hermanos menores?”
Alonso siempre había tenido un fuerte orgullo, especialmente delante de sus hermanos y hermanas. Si admitiera eso, ¿qué quedaría de su dignidad como hermano mayor?
De repente, Dionisio entró abruptamente y con una expresión seria, empujó a Alonso a un lado: “Pero si desde el principio fuiste quien evadió su responsabilidad, dejando que Rosana cargara con la culpa todos estos años, asumiendo todo por ti. Después de haber hecho algo tan desvergonzado, ¿qué dignidad te queda?”
Dionisio siempre había sido directo en sus palabras.
Alonso respondió con disgusto: “Tú, un extraño, no tienes derecho a intervenir en los asuntos
de mi familia.”
“No es un extraño, el extraño aquí eres tú para mí.” Rosana era protectora y no permitiría que
nadie hablara mal de Dionisio.
Alonso estaba furioso: “Rosana, no pienses que por conocer a unas cuantas personas tu estatus ha cambiado. Si no fueras la señorita Lines, ¿Óscar o incluso Flora te habrían prestado
atención?”
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Su hermana estaba siendo demasiado presuntuosa.
Dionisio respondió con frialdad: “Pero, aunque te esfuerces, ellos no te prestarían atención y también eres parte de la familia Lines.”
La cara de Alonso se volvió pálida de rabia.
Rosana tomó la mano de Dionisio: “El problema causado por Benito se ha resuelto, pero seguiré investigando los asuntos de mi fundación hasta el final.”
No iba a dejar que Leonor se saliera con la suya tan fácilmente, que no pensaran que, al traer de vuelta a Benito, el resultado cambiaría.
Alonso se desmoronó: “¿Rosana, realmente quieres verme caer en desgracia?”
Dionisio agarró una taza de la mesa y la lanzó: “Cuando decidiste que Rosana, siendo solo una niña, tomara una decisión sobre una la amputación, ¿pensaste en tu dignidad? Ya no tienes vergüenza, ¿qué dignidad queda?”
Rosana afirmó: “He cargado con la culpa por ti todos estos años; es hora de que asumas tu responsabilidad.”
Era una cuenta que tenía que saldar.
Alonso siempre había favorecido a Leonor, ¿pero seguiría haciéndolo después de ser forzado a hacer algo que no quería por ella?
Después de todo, solo cuando la navaja cae en tu propio pie sientes el dolor.
Tras decir eso, Rosana y Dionisio dejaron el salón privado.
Mientras subían en el ascensor, Rosana giró su cabeza hacia él: “¿Por qué viniste, estabas preocupado?”
“Si, me preocupaba que te hicieran daño.”
Después de colgar el teléfono con Óscar, Dionisio no pensó demasiado en ello, simplemente bajó las escaleras para buscar a Rosana, sin esperar que Ángela ya se hubiera ido.
“Nadie me ha molestado, Ángela solo dijo algunas palabras, no es nada importante.”
Cuando las puertas del ascensor se abrieron, Rosana vio a tres mujeres paradas afuera.
Flora, Ángela y Keira.
