Capítulo 540
Esa frase hizo que Alonso se pusiera rojo de la ira, incapaz de articular palabra por un buen rato, pero Rosana ni siquiera le prestó atención, sino que se fue con Dionisio, dejando atrás el
salón de descanso. Julio queria seguirlos, pero Alonso se desmayo de la rabia, por lo que tuvo que quedarse a cuidarlo.
Fuera, Rosana echo un vistazo al lugar del evento: “¿Por qué viniste?”
“Estaba preocupado por ti y vine a ver cómo estabas.”
Dionisio observó cuidadosamente su expresión, aunque no encontró diferencias con su comportamiento usual, seguía inquieto, por lo que no pudo resistirse a preguntar: ¿Qué planeas hacer con la fundación?”
Rosana explicó: “Lo de hace un momento fue solo una actuación, tuve que demostrar que no quiero dejarle el control de la fundación, para que Leonor creyera en mis palabras.”
Realmente esperaba que Leonor moviera los fondos recaudados ese día. Dionisio también lo había pensado, solo que estaba demasiado preocupado por otras cosas como para
considerarlo.
“Hoy vinieron dos damas de familias acaudaladas, Flora Jurado y Noelia Guzmán, probablemente asistieron por respeto a la familia Chavira.”
De repente, Rosana lo miró: “Me di cuenta de que ya había visto a Flora en el hospital, ¿te
acuerdas?”
La expresión de Dionisio se tornó algo incómoda: “Me acuerdo.”
“En aquella ocasión, cuando subimos juntas en el ascensor, parecía que estaba evitando a alguien, porque justo al salir, se dio la vuelta y corrió. En aquel momento, Rosana no pensó demasiado en ello, pero ahora le parecía extraño.
Dionisio se sentía como un equilibrista sobre un alambre, a punto de caer en un abismo profundo. Ahora que su madrastra sabía que Rosana era la chica del accidente, entendió que no podría ocultarlo por mucho tiempo.
Dudó un momento antes de decir: “Rosana, respecto a lo que Alonso dijo sobre la diferencia de estatus entre nosotros, ¿qué piensas?”
Temía que ella se enojara al saber que le había ocultado su identidad, pensando que era por temor a que ella fuera una interesada
Rosana se puso de puntillas y le cubrió la boca con la mano: “No me importa.”
Dionisio tomó su mano: “Déjame explicarte.”
“No, tú escúchame. No me importa cuál sea tu identidad, porque lo que me gusta es quien
eres.” Rosana acarició su rostro: “No tienes que tomar en serio las palabras de mis hermanos,
ninguno de ellos es tan importante para mí como tú
Capítulo 540
El corazón de Dionisio se aceleró en un instante, todo su ser estaba inundado de gratitud. Finalmente, encontró el valor para decir: “Rosana, en realidad yo soy…”
Pero ella desvió la mirada hacia otro lado: “¿Es ese Hilario?”
Dionisio se giró y efectivamente, vio a Hilario escondido detrás de unas flores que ya habían sido retiradas, todavía sin moverse del sitio, lo que permitió que Rosana lo notara. Mordiéndose los labios, Dionisio pensó que ese muchacho parecía haber nacido para complicarle la vida.
Rosana se acercó a Hilario por detrás, curiosa por ver qué lo tenía tan absorto.
Dionisio le dio un puntapié a Hilario, quien se retorció de dolor: “¿Quién se atreve a patearme?
Yo, yo…”
Al ver a Dionisio, Hilario de inmediato bajó la guardia como un polluelo.
Rosana se sobresaltó al ver a Dionisio patear a Hilario, pero notó que Hilario no se había enojado. ¿Será que esos dos se llevaban bien?
Rosana miró a Hilario: “¿Qué haces aquí?”
“Vine a buscar a mi mamá, pero cuando llegué, descubrí que ya se había ido.” Hilario tuvo que
recurrir a esa excusa.
Rosana sabía que Flora había asistido al evento benéfico: “Tengo que agradecerle a tu madre por sacarme de un apuro, me gustaría invitarla a comer para agradecerle.”
“Eso sería genial, después de todo, terminaremos siendo una familia.”
Rosana se rio entre dientes: “¿Qué familia? No bromees.”
“¿Mi hermano no te lo ha dicho?” Hilario echó un vistazo a Dionisio, pensando que Alonso ya
había informado a Rosana.
¿Todavía no le había dicho nada?
En ese momento, con las palmas de las manos sudando frío, Dionisio miró nerviosamente a Rosana y dijo: “Tengo algo que contarte.”
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