Capítulo 511
Cuando Rosana llegó a la puerta, Alonso llegó corriendo.
“¡Rosana, detente!” Exclamó.
“No hay razón para quedarme si lo que se dice no se respeta“. Respondió Rosana sin ceder.
El rostro de Alonso cambió de color y con esfuerzo, logró decir: “Debí haber escuchado mal antes, por eso pensé que tú habías iniciado la pelea“.
Si Rosana se iba en ese momento, ¿qué pasaría con los asuntos pendientes entre Gerardo y Félix? Él no podía asumir esa responsabilidad.
Con una mueca fría, ella contestó: “¿Así que escuchaste mal, o acaso alguien deliberadamente dijo algo incorrecto?”
La voz de Alonso se suavizó considerablemente: “¿Importa eso?”
“Claro que importa. Antes, ustedes preferían que yo hiciera las paces, pero ahora no estoy dispuesta a dejarlo así, necesitamos aclarar las cosas“.
Después de decir eso, Gerardo arrastró a Leonor hacia afuera y con la cabeza baja, Gerardo fijó su mirada en ella: “Repite lo que le dijiste a Alonso hace un momento“.
Sintiéndose culpable, Leonor miró a Alonso y dijo: “Alonso, yo… yo no dije que Rosana me había golpeado“.
Alonso sintió una incomodidad en el fondo de su corazón, aunque ella no lo había dicho explícitamente, el tono de su voz sugirió que Rosana había sido la agresora.
Después de pensar un momento, Alonso se dirigió a Rosana: “Escuché mal, ¿eso te satisface?”
“Alonso, si admites que escuchaste mal, entonces deberías disculparte con Rosana“, intervino Julio, acercándose. “Saltaste a conclusiones y pensaste que ella estaba equivocada; eso fue un error. Rosana ha sufrido mucho por nuestras suposiciones precipitadas en el pasado, así que no podemos permitir que eso vuelva a suceder“.
Alonso mostró una gran resistencia, ya que, después de todo, era el hermano mayor; ¿cómo iba a disculparse?
Percibiendo los pensamientos de Alonso, Leonor rápidamente dijo: “Al final de cuentas, Alonso es nuestro hermano mayor. En realidad, todo fue mi culpa por haberlo llevado a malinterpretar la situación, lo que causó esto. Debería ser yo quien se disculpe“.
Al ver que Leonor asumía la responsabilidad, Alonso se sintió aliviado, pues había estado molesto con ella.
Cuando Leonor se acercó a Rosana con una actitud fingida, ésta la abofeteó.
¡Leonor quedó atónita!
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Capitulo 51
Rosana se frotó la muñeca y dijo: “Ya que te disculpaste, significa que fue tu culpa, te di una bofetada por tu bien“.
“¿Por mi bien?” Preguntó Leonor con un grito.
“Sí, porque hablar de manera ambigua como lo haces puede llevar fácilmente a malentendidos, no es un buen hábito. Estoy tratando de ayudarte a corregirlo, deberías agradecerme“.
Luego, Rosana la ayudó a levantarse, con un tono entre serio y burlón dijo: “No hables así en el futuro, la verdad es que no quiero golpearte“.
Al ver la expresión amable de Rosana, Leonor sintió un escalofrío en la espalda, era aterradora, ¿qué diablos estaba planeando?
Leonor miró rápidamente a su hermano mayor en busca de ayuda: “¡Alonso!”
Alonso tosió y dijo: “Rosana no tiene la culpa, incluso te ayudó a levantarte, eso muestra que quiere llevarse bien contigo“.
Leonor casi se ahoga de la ira con esas palabras, ¿cómo podrían interpretarse las acciones de Rosana, como un intento de reconciliación? Pero con Alonso diciendo eso, no se atrevió a
contradecir.
Rosana la soltó y deliberadamente se limpió las manos en su ropa. Leonor se enfureció tanto que le hirvió la sangre; esa desgraciada definitivamente lo hizo a propósito, pretendiendo reconciliarse con su familia para arrebatarle todo.
Todos volvieron al salón, el mayordomo se acercó y dijo: “Señor, ¿podemos servir la cena ahora?”
Al ver al mayordomo, el desdén en la boca de Rosana se profundizó aún más, así que llegó Nublario. El mayordomo se percató de la mirada de Rosana, pero no se atrevió a mirarla de vuelta.
Al momento de sentarse, Rosana vio que Leonor, por costumbre, tiraba de una silla para sentarse, así que se adelantó y se sentó directamente: “¡Gracias!”
Visiblemente molesta, Leonor exclamó: “¡Este es mi lugar!”
“¿Ah sí? Pues resulta que a mí me gusta sentarme aquí para comer.”
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