Capítulo 503
Aunque Rosana sentía curiosidad, no continuó preguntando. Después de todo, ellas no eran precisamente amigas.
Pero Keira notó el rubor en las mejillas de Rosana, así como el brillo rojizo en sus labios, y con un tono ligeramente amargo le preguntó: “Srta. Lines, ¿viniste sola al gimnasio?”
“No.” Fue la respuesta cortante de Rosana, quien acto seguido se dirigió al vestuario.
Keira observó su espalda alejarse, sintiendo una punzada en el corazón. Así que fue directamente a la zona de boxeo, donde finalmente encontró a Dionisio.
No pudo evitar acercarse y confrontarlo: “Dioni, ¿por qué has estado evitándome?”
Al ver a Keira, la expresión de Dionisio cambió notablemente y con una mirada fría preguntó: “¿Por qué te evitaría?”
“Entonces, ¿por qué no contestaste mis numerosas llamadas?”
“Si es algo relacionado con el trabajo, puedes hablarlo directamente con el encargado de la compañía, no veo la necesidad de que hablemos.” La respuesta de Dionisio fue fría y clara.
Los ojos de Keira se llenaron de lágrimas: “¿Todo esto es por esa chica? ¿Estás tratando de poner distancia entre nosotros?”
“Debes entender que nunca hubo nada entre nosotros. Esta vez le pedí a mi hermano que aclarara las cosas, pero si tu familia sigue sin entender, la próxima vez lo aclararé personalmente.”
La frialdad en la voz de Dionisio era evidente: “Este acto de amabilidad es por la relación entre nuestras familias, así que decide si prefieres aclararlo tú misma o que intervenga yo.”
El rostro de Keira palideció, no esperaba que Dionisio fuera tan drástico, pero sabía que no estaba bromeando, ¡realmente podría hacerlo!
La impaciencia cruzó la mirada de Dionisio: “Mejor vete, no quiero que mi novia nos vea y malinterprete la situación.”
“¿Y si te dijera que ella salía con hombres mayores cuando estaba en la secundaria?”
Las palabras de Lourdes salieron de la boca de Keira sin pensar.
La expresión de Dionisio cambió en un instante, fijando su mirada en Keira: “No quiero escuchar ese tipo de provocaciones una segunda vez.”
“¿Eso no te molesta?”
“Ese hombre era yo, pero solo éramos amigos. No la difames.”
Keira casi no podía creerlo, ¿el médico escolar era Dionisio?
Por un momento, su mente quedó confundida, ¿por qué Dionisio trabajaría como un simple
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médico escolar? ¿Acaso conocía a Rosana desde antes?
La expresión del hombre se tornó aún más fría: “Ve y adviértele a tu hermana que si sigue atacando a Rosana sin motivo, tu familia lo lamentará.”
Keira retrocedió asustada y finalmente huyó.
Dionisio entrecerró los ojos: ¿Acaso la familia Montes se había vuelto demasiado arrogante durante esos años?
Pensó que con la aclaratoria pública de Hilario sobre los rumores relacionados con su compromiso, la familia Montes tendría la decencia de entender.
Poco después, Rosana salió del vestuario y al verlo, su rostro se iluminó con calidez: “Ah, olvidé decirte, la conferencia de prensa del otro día no salió bien.”
“Como no estuve, podemos reorganizarla. Esta vez no habrá problemas.” Dionisio la miró con seriedad: “Te lo prometo.”
Lamentaba haber estado de viaje esos días, no había imaginado que Alonso sería el yerno de la Sra. Chavira.
Rosana sonrió: “No hace falta.”
“¿Y qué planeas hacer ahora?”
“Planeo regresar con la familia Lines.”
Rosana notó que Dionisio se tensaba al preguntar: “¿Por qué?”
“Supongo que ya sabes que Alonso me amenazó usando las pertenencias de mis padres ya que la distribución de la herencia no se hizo con un testamento escrito, por lo que por ahora no puedo recuperar esas cosas, y no quiero que caigan en manos de Leonor.”
“Jorge ya me había hablado de eso e iniciar un juicio lleva tiempo, pero eso no significa que debas volver con la familia Lines.”
Tomando su mano, Dionisio dijo: “Tampoco tienes que preocuparte por los asuntos de la familia Chavira, el problema fue que yo no estaba la última vez.”
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