Capítulo 447
Leonor se quedó tan pálida como un papel, incapaz de articular palabra alguna.
Temblando de miedo mientras balbuceaba: “Yo, yo no he dicho nada, por favor, no me culpes injustamente.”
¿Y ahora qué iba a hacer? Si Gerardo se enteraba, estaría acabada.
Al ver la culpabilidad en el rostro de Leonor, Rosana entendió lo que había pasado, miró a Gerardo y dijo: “Recuerdo que unos matones te atacaron por venganza y casi mueres en aquel callejón.”
“Rosana, finalmente lo recuerdas. ¿No sientes remordimiento?”
“¿Por qué debería sentirlo? Cuando salí corriendo del callejón buscando ayuda para ti, me encontré con Leonor. Pero entonces, los matones también llegaron, amenazando con lastimarnos para que dijéramos dónde estabas.”
Con el rostro serio, Gerardo preguntó: “Así que fuiste tú quien les dijo a esos matones dónde estaba, ¿verdad Rosana?”
“Fui yo quien impidió que Leonor lo dijera. Si no hubiera sido por mi intervención a tiempo, diciéndoles que sabía dónde estabas y llevándolos en dirección contraria, ya estarías muerto.”
Rosana también lo recordaba, desde ese incidente, la actitud de Gerardo hacia ella había empeorado. Por otro lado, Leonor había mejorado su relación con Gerardo, quien la defendía constantemente y ella no podía entender por qué, solo pensó que Leonor le había robado otro hermano, peo esa era la verdadera razón.
Al oír eso, Gerardo miró a Leonor: “¿Es así?”
“Gerardo, no es lo que piensas. Ese día fue Rosana quien, asustada, intentó delatarte, pero fui yo quien la detuve. Después, corrí en secreto al callejón para encontrarte y llevarte al hospital.”
Pálida, Leonor negó cualquier acusación. Después de tantos años, nadie tenía pruebas y no creerían la versión de Rosana. Pero Gerardo se sumió en un silencio profundo.
Mirando a Leonor, Dionisio cuestionó: “Si dices que Rosana reveló el escondite de Gerardo, ¿por qué los matones no lo encontraron, sino que fuiste tú quien lo hizo?”
Leonor respondió tartamudeando: “Yo engañé a esos matones para que se fueran.”
“¿Y cómo los engañaste? ¿Qué estaba haciendo Rosana en ese momento?”
Ante la insistencia de Dionisio, Leonor se mostró nerviosa: “Yo, ya no recuerdo bien qué hice. En cuanto a Rosana, ella estaba tan asustada que huyó, diciendo que apenas conocía a Gerardo, que yo era su hermana.”
Rosana rio con sarcasmo: “Leonor, siempre te ha gustado mentir.”
“No estoy mintiendo.”
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Capítulo 447
“Es curioso que no recuerdes lo que hiciste, pero sí recuerdas claramente lo que yo hice.” Mirando fijamente a Leonor, Rosana añadió: “La razón por la que no puedes recordar lo que hiciste es porque fui yo quien realmente llevó a los matones en otra dirección. ¡Eso es algo que tú jamás podrías admitir!”
Temerosa, Leonor empezó a sudar frío: “No es verdad, realmente no lo recuerdo, Gerardo, tienes que creerme.”
Gerardo miró a Leonor, luego a Rosana: “Sin pruebas, ¿cómo esperas que te crea? ¿Cómo puedo creer que no me abandonaste?”
Gerardo dudaba de que Rosana realmente lo hubiera salvado.
Con un gesto frío, ella replicó: “Leonor tampoco tiene pruebas y tú le crees. Se trata de confianza.”
Gerardo preguntó con el rostro tenso: “Dices que llevaste a los matones lejos, ¿pero cómo lograste escapar? No son fáciles de engañar, ¿cómo una chica como tú pudo librarse de ellos?”
Rosana se quedó en silencio, su expresión se endureció: “Ese no es un recuerdo del que me enorgullezca.”
Después de que ella terminara de hablar, Dionisio inmediatamente tomó su mano: “Si no quieres hablar, no tienes que hacerlo.”