Capítulo 430
Gerardo siempre decía que no había mujer que no pudiera ser educada, como cuando eran niños, bastaba con una paliza para que escuchara. Se detuvo y se agachó frente a ella: “Mira, te lo advertí tantas veces, te dije que no me provocaras, pero no quisiste creerme, ahora ¿sientes el dolor?”
Rosana se cubrió la cara y seguía sollozando.
Él esbozó una sonrisa, su voz era suave: “No llores más, solo fue una lección, no voy a matarte de verdad, eres mi única hermana.”
De repente, Rosana retiró las manos de su rostro, sin rastro de lágrimas en él, lo miró fijamente y mostró una sonrisa radiante.
Al ver la sonrisa en el rostro de Rosana, Gerardo sintió un escalofrío recorrer su espalda, presintió algo malo.
Frunció el ceño y preguntó: “¿De qué te ríes? ¿Acaso no has tenido suficiente?”
En ese momento, Leonor subió las escaleras corriendo, toda agitada y sin aliento: “Gerardo, ella lo grabó todo.”
Al oír esas palabras, el rostro de Gerardo se transformó completamente, miró hacia abajo, donde estaba Rosana y arrancó la cámara que escondía en su cuello, pisoteándola hasta
destrozarla.
Sus ojos estaban inyectados en sangre: “¿Cómo te atreves a planear hacer esto contra mí? Rosana, ¿quieres morir?”
Ella empujó su mano: “El que está condenado ahora eres tú, no yo.”
“Ja, ya destruí el video que acabas de grabar, ¿con qué me vas a chantajear ahora?” Gerardo se calmó, pisoteó de nuevo la cámara y se agachó a buscar la tarjeta de memoria.
Llorando desesperada, Leonor explicó: “Gerardo, ella estaba transmitiendo en vivo, mucha gente ya lo vio.”
Destruir la cámara ya no servía de nada.
“¿Qué, en vivo?” En ese momento, Gerardo palideció de miedo, ¿cómo podía ser posible?
Sacó su teléfono, viendo innumerables llamadas de su agente y un mensaje advirtiéndole sobre la transmisión en vivo de Rosana. Pero, para poder reprender a su hermana sin interrupciones, había puesto su teléfono en silencio y no recibió la advertencia. Las manos de Gerardo empezaron a temblar, un pánico enorme lo envolvió.
Si fue una transmisión en vivo, teniendo en cuenta los seguidores de Rosana, probablemente ya se había esparcido por toda la red. Sudando frío, pensó que nunca había sentido tanto miedo en su vida; estaba acabado. Sabía mejor que nadie las reglas de su círculo, ese tipo de noticias negativas eran un golpe devastador.
1/2
16:31
Capítulo 430
Rosana se levantó lentamente del suelo, lastimando su herida sin querer, por lo que respiró hondo. Para que su actuación fuera más creíble, realmente había resistido algunos golpes, pero Dionisio le había enseñado defensa personal y cómo protegerse en esas situaciones para minimizar el daño.
Rosana levantó la vista hacia Gerardo, cubierto de sudor frío: “¿Qué tal mi actuación?”
“¿Rosana, estás loca? ¿En qué te beneficia arruinarme?” La voz de Gerardo cambió, temblorosa. Leonor, también corrió hacia ella reprochando: “Rosana, Gerardo te ha protegido desde pequeños y ahora, ¿quieres destruirlo?”
Si Gerardo caía, ¿qué pasaría con todas las promesas de papeles y actuaciones que le había hecho?
Esa desgraciada de Rosana, se atrevió a exponer todo en vivo.
Rosana miró al dúo desconsolado y soltó una carcajada: “Leonor, si crees que él ha sido tan bueno conmigo, ¿por qué no te pones tú en mi lugar?”
Leonor se encogió de inmediato: “Siempre he seguido las órdenes de Gerardo.”
Incrédulo, Gerardo se acercó a su hermana, con los ojos rojos: “Rosana, esta es la segunda vez. Cuando éramos niños, casi me matas, ¿y ahora quieres matarme de nuevo?”
“¿La segunda vez? ¡Entonces dime cuándo fue la primera!” Se negaba a ser acusada injustamente.
212