Capítulo 425
Gerardo continuó diciendo: “¿Ahora entiendes?”
¡Todavía no podía creer que no podía controlar a Rosana!
Ella soltó una carcajada, pero sus ojos destellaban frialdad.
Al ver la sonrisa en su rostro, Gerardo se sintió inquieto: “¿De qué te ríes?”
“¿Acaso te importa mucho tu hermanita?” Sentada en la silla, Rosana sonrió de medio lado: “Si no, ¿por qué insistes tanto en que regrese a la familia Lines? ¿No es suficiente con tener a Leonor?”
La mirada de Gerardo se volvió fría: “Rosana, no me gusta esa mirada tuya.”
“Bueno, tu mirada tampoco me gusta, es mutuo.” Ella giró en la silla: “Recuerdo que cuando eras niño y se burlaban de ti por afuera, siempre volvías a casa a desquitarte conmigo. ¿Ahora quién se ha metido contigo?”
“Rosana, sería mejor que pienses antes de hablar. Enfurecerme no te traerá nada bueno. Piensa en tus amigos y en tu equipo.”
“¡Que sea lo que tenga que ser!”
Ella se levantó y agarró el cuello de la camisa de Gerardo: “¡Solo un cobarde se desquita con su familia después de ser humillado afuera! Después de tantos años, sigues siendo el mismo cobarde.”
Gerardo sabía cómo controlarla, pero ella también sabía lo que más le importaba a él. Como era de esperar, el hombre se enfureció y levantó la mano como si fuera a golpearla, pero se detuvo a mitad de camino y la bajó.
Rosana lo desafio con una frialdad reflejada en sus ojos: “Vamos, ¿por qué no golpeas? ¿Es porque no puedes?”
La esquina de los ojos de Gerardo se tiñó de rojo, sintiéndose frustrado porque lo que Rosana decía era verdad, ahora no podía superarla.
No obstante, soltó una risa fría: “Rosana, ahora no voy a pelear contigo físicamente, pero hay muchas maneras de hacerte sufrir y tu equipo puede olvidarse de entrenar adecuadamente, será mejor que no bajes la guardia nunca.”
Después de decir eso, se marchó de la oficina.
Rosana se quedó parada y viendo cómo se alejaba esa figura, golpeó la mesa con fuerza.
Marina entró rápidamente: “Te has lastimado la mano, ¿ese hombre te ha amenazado?”
Rosana miró su mano: “Después de que nuestros padres murieron, la casa era un caos. Crecí con mis hermanos y aprendí a leer sus expresiones, a complacerlos según sus personalidades.”
Capitulo 425
Los ojos de Marina se llenaron de lágrimas: “Pero tú eres su hermanita, ¿cómo pueden tratarte así?”
Rosana bajó la mirada: “Lo sé, ellos han puesto toda la culpa de la muerte de nuestros padres sobre mí, así que siempre he estado aguantando, llegando al punto en el que se
acostumbraron a la forma en que solíamos relacionarnos, y ahora están desesperados por que vuelva a ser como antes.”
Ya había muerto en su vida anterior, así que no volvería a la familia Lines ni viviría como antes.
Rosana míró a Marina: “Probablemente tenga que dejar el equipo de la base.”
Gerardo era como un perro loco que no descansaría hasta conseguir lo que quería y todos estaban trabajando duro en el entrenamiento porque querían competir, no podían perder esa oportunidad por ella.
Marina dijo con lágrimas en los ojos: “No, no vamos a dejar que esto afecte nuestro entrenamiento,”
Otra compañera de equipo entró: “Exacto, ajustaremos el horario de entrenamiento, no creo que pueda seguir así por siempre.”
Rosana se disculpó con los ojos llorosos: “Lo siento.”
“No tienes que disculparte, sabemos por lo que has pasado y lo que te hace tu familia, además, somos un equipo, tenemos que estar unidos.”
Rosana se secó las lágrimas, encontraría una manera de asegurarse de que Gerardo no pudiera amenazarla nunca más. Solo quería vivir lejos de la familia Lines en esta vida, pero si insistían en hacerle la vida imposible, entonces nadie tendría paz.
Ella volvió a bajar y continuó con la escena que aún no había terminado. En el juego, derribó al personaje de Leonor una y otra vez, lo que finalmente mejoró su estado de ánimo.
Por su parte, Leonor claramente estaba más tensa.
Gerardo también se dio cuenta de que el ánimo del equipo de producción estaba decayendo, asi que finalmente dijo: “Dejémoslo hasta aquí por hoy, esta noche invitaré a todos a cenar.”
Después de que el equipo se dispersara, Gerardo finalmente se dirigió a Rosana: “Parece que no te preocupa en lo más mínimo que el entrenamiento del equipo se retrase.”
“Después de todo, la filmación necesita tiempo, yo no debería ser la única preocupada.” Rosana lo miró con calma, a ver quién aguantaba más.
Conteniendo su ira y tratando de sonar amable, Gerardo dijo: “Vamos a cenar, escogi tu restaurante favorito especialmente.”