Capítulo 424
“No pasa nada, ¿cómo fue el entrenamiento de la tarde?”
“Se suponía que íbamos a entrenar, pero el equipo de producción dijo que teníamos que filmar y estuvieron enseñándonos cómo coordinarnos en las escenas, así que no pudimos entrenar.”
El rostro de Rosana se enfrió en un instante. Gerardo definitivamente lo estaba haciendo a propósito, sabiendo que el equipo participaría en una competencia el próximo año y que todos sacaban tiempo de sus horas libres para practicar. Por lo que el tiempo de entrenamiento ya era bastante preciado para todos.
En ese momento, Gerardo entró: “¿Todos listos? Solo hagan lo que les enseñé.”
Con el rostro serio, ella miró a Gerardo: “¿Cuándo terminaremos de filmar?”
“Eso depende de cómo se coordine todo el mundo y del estado de los actores.”
Gerardo parecía tranquilo, como si lo que acababa de pasar no hubiera ocurrido: “Si no actúas bien, entonces probablemente necesitemos más tiempo, quizás tengamos que continuar mañana.”
Rosana se sintió irritada: “Recuerdo que solo son dos escenas, una aquí y otra al aire libre.”
“Correcto, ahora puedes repasar tus líneas, empezaremos con las escenas de los protagonistas.”
Rosana regresó a la oficina para sacar el guion, había escrito guiones antes, así que no le resultaba difícil.
Cuando llegó al salón, Gerardo la miró: “Vamos a empezar, ¿estás lista?”
“Sí.”
Rosana se dirigió a su lugar, su parte era sencilla, además era la capitana del equipo, pero interpretaba a la villana, quien subestimaba a la protagonista y terminaba siendo humillada. Tenía que enfrentarse en un duelo de videojuegos con el personaje de Leonor, sin embargo, el personaje de la protagonista murió rápidamente.
Con un tono de súplica, Leonor dijo: “Rosana, esto es una película, tienes que dejarme ganar un poco, si no, ¿cómo seguimos filmando?”
Gerardo intervino con calma,: “Vamos a repetirlo.”
Leonor tenía una mirada triunfante, finalmente le ganaría a Rosana una vez y al final, quien ganaría todo era ella.
A Rosana no le gustaba, pero tenía que dejarse ganar, aun así, el personaje de Leonor murió.
Rosana preguntó impaciente: “¿Hoy saliste sin cerebro o qué? ¿Cómo puedes perder así? ¿Cómo competías antes?”
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Leonor inmediatamente se puso a llorar: “No lo hice a propósito.”
Gerardo se acercó: “Rosana, si no quieres perder contra Leonor, entonces no podremos termina hoy, tendrá que ser mañana.”
“No, terminamos hoy.” Rosana no quería perder más tiempo.
Pero Gerardo negó con la cabeza: “Todos descansen un momento, voy a hablar con ella. Después de todo, mi hermana es nueva, sean un poco más comprensivos.”
Nadie dijo nada más y él la llevó a la oficina de arriba.
Pero Rosana estaba furiosa: “Claramente Leonor no sabe jugar. Si me dejo ganar de una forma demasiado obvia, todos se darán cuenta. Pensarán que ese es el nivel de mi equipo.”
Eso era parte de una serie juvenil diseñada para promocionar al Equipo de la UN.
“Lo sé, es que Leonor no juega bien, no es tu culpa.” Gerardo habló con ligereza, incluso se sirvió un vaso de agua para beber.
Rosana lo miró: “¿Así que lo hiciste a propósito para perder tiempo?”
“Sí, exactamente.” La expresión de Gerardo era maliciosa, sabía que Rosana quería que el equipo se concentrara en entrenar para la competencia del próximo año.
Ella le arrebató el vaso de las manos y lo tiró al basurero y con el rostro frío, preguntó: “¿Qué es lo que quieres?”
Gerardo no se enojó, tomó una servilleta de la mesa y se limpió la camisa con calma. Luego dijo tranquilamente: “Te estoy enseñando una lección. Si no escuchas a tu hermano en casa, esto es lo que sucede.”
