Capítulo 565
Isaac permaneció inmóvil, su mirada perdida en un punto indefinido mientras reflexionaba. El silencio en la habitación se volvió pesado, casi tangible. De pronto, se incorporó de su asiento, su rostro revelando una determinación que no había mostrado antes.
“Hasta el más sabio puede equivocarse. Y él… él no es la excepción.”
Con movimientos deliberadamente lentos, tomó su chaqueta del respaldo de la silla. La tela crujió suavemente mientras se la colocaba sobre los hombros.
“Necesito ver a Cynthia.”
Federico soltó un suspiro de cansancio. Las ojeras bajo sus ojos delataban su agotamiento.
“¿De verdad quieres ir? Mira, con todo respeto, pero… ¿no crees que estás viendo fantasmas donde no los hay? Cynthia está… bueno, ya sabes cómo está. ¿De verdad piensas que tiene algo contra Salvador?”
Isaac giró para enfrentarlo, sus ojos brillando con una certeza inquebrantable.
“No solo lo pienso. Lo sé.”
La intensidad en la mirada de Isaac hizo que Federico se removiera incómodo en su asiento. Después de un momento de vacilación, se levantó con resignación.
“Va, está bien. Te acompaño… otra vez.”
El hospital psiquiátrico los recibió con su característico aroma a desinfectante y medicina. Esta vez, Isaac se detuvo antes de llegar a la habitación de Cynthia, observándola desde lejos. La escena frente a él le oprimió el corazón.
Cynthia estaba sentada en la cama con las piernas cruzadas, su cabello despeinado cayendo sobre su rostro mientras tarareaba suavemente. La melodía atravesó el aire como un puñal directo al corazón de Isaac – era su canción, la que habían elegido juntos. Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos, nublando su visión.
Federico se balanceó sobre sus pies, la impaciencia emanando de cada uno de sus gestos.
“¿Vamos a quedarnos aquí parados todo el día?”
“Solo… un momento más.”
“¿Qué estamos esperando exactamente?”
Isaac mantuvo su mirada fija en Cynthia, sus nudillos blancos de tanto apretar los puños.
“Alguien está jugando con su mente. Esto no es una locura natural.”
“¿Qué?” Los ojos de Federico se abrieron con sorpresa. “¿Quién sería capaz de algo así?”
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Capítulo 565
“Salvador.”
El nombre cayó entre ellos como una piedra en un estanque, creando ondas de tensión. Federico cerró la boca de golpe, su rostro ensombreciéndose. Para él, Salvador era más que un villano – era un monstruo con piel humana.
La melodía cesó. Cynthia, aparentemente aburrida, comenzó a trazar círculos sobre las sábanas blancas con su dedo índice. Los círculos fueron transformándose gradualmente en letras, formando un nombre que Isaac reconoció al instante.
Federico se cubrió el rostro con una mano, incapaz de seguir mirando.
“Isaac, por favor… tienes que dejarlo ir.”
Ver a Cynthia escribiendo obsesivamente el nombre de otro hombre le provocaba un dolor físico, como si alguien le estuviera retorciendo las entrañas.
Isaac frunció el ceño, sus ojos nunca abandonando la figura de su esposa.
“¿Qué ocultas, Salvador? ¿Qué secreto guardas que la tiene así?”
Federico humedeció sus labios resecos antes de hablar.
“¿Nunca has considerado que tal vez… que quizás ellos…?”
La mirada fulminante de Isaac lo silenció antes de que pudiera terminar la frase. De repente, Federico ahogó un grito.
“¡lsaac, mira!”
Cynthia había comenzado a trazar cruces sobre cada nombre de Salvador que había escrito, sus movimientos frenéticos y desesperados, como si intentara borrar algo más que simples
letras.
Isaac no pudo contenerse más. Avanzó hacia la habitación con pasos firmes.
Al verlo, el rostro de Cynthia se iluminó por un instante, como una vela en la oscuridad. Pero ese destello de alegría se extinguió tan rápido como apareció, reemplazado por un terror visceral que la hizo encogerse contra la pared.
“Cynthia…” La voz de Isaac era apenas un susurro.
Ella se hizo un ovillo en la esquina de la cama, su cuerpo temblando visiblemente.
“Aurora, perdóname… ya no estoy celosa, te lo juro. Por favor, díselo… dile que no me lastime.”
Isaac entrecerró los ojos, su mandíbula tensa.
“¿Quién quiere lastimarte?”
“Salvador…”
Federico palideció ante la revelación, su rostro tornándose casi tan blanco como las paredes del hospital.
Capítulo 565
“Entonces sí fue él… ese desgraciado la quebró.”
Isaac permaneció en silencio, su mente trabajando a toda velocidad. Las acusaciones de Cynthia contra Salvador eran constantes, pero por más que había investigado, no existía evidencia alguna de que él la hubiera lastimado. Ni siquiera había podido confirmar que se hubieran encontrado alguna vez.
“¿Cuándo fue la última vez que lo viste?”
“En el baño…” Cynthia se meció suavemente, su mirada perdida en algún punto distante. “Estaba en una silla de ruedas…”
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