Capítulo 532
La culpa se reflejaba en el rostro de Salvador mientras sus ojos buscaban la mirada de Aurora.
“Perdóname, hermana. Ya entendí la lección. No volveré a dejarme llevar por estos celos sin fundamento.”
Aurora se acercó a él, dejando que sus dedos rozaran suavemente su mejilla. Un brillo travieso iluminó sus ojos antes de hablar.
“En cuanto estés recuperado del todo, tú y yo vamos a celebrar nuestra boda como se debe.”
Un destello de astucia cruzó la mirada de Salvador, aunque mantuvo su expresión serena.
Después de tomar sus medicamentos, Salvador se sumió en un profundo sueño. Aurora se recostó a su lado, permitiéndose descansar un momento.
El constante zumbido de notificaciones interrumpió su descanso. Con un suspiro de fastidio, Aurora desbloqueó la pantalla. Era un mensaje de Isaac:
“Aurora, si quieres comprobar si lo que te digo es verdad o mentira, solo tienes que hacerle una visita a la familia Nolan. Con eso te quedará todo claro.”
Aurora observó el rostro dormido de Salvador. Se inclinó para depositar un beso suave en su frente antes de incorporarse silenciosamente.
En el pasillo, Víctor y Andrés montaban guardia a ambos lados de la puerta, como centinelas vigilantes.
Víctor dio un paso al frente al verla salir. La preocupación se dibujaba en sus facciones.
“¿A dónde vas, hermana?”
El nerviosismo de Andrés era palpable mientras hablaba.
“Hermana, si el abuelo despierta y no te encuentra aquí, se va a molestar.”
Una sonrisa tranquilizadora se dibujó en los labios de Aurora.
“Voy por un caldo para él. No tardo.”
No mentía, Salvador tenía hambre y ella no soportaba la idea de que se saltara una comida. Su salud siempre era su prioridad.
Víctor y Andrés intercambiaron miradas inquietas, pero finalmente asintieron.
Aurora avanzó unos pasos antes de girarse.
“Si el abuelo despierta, me marcan.”
“Claro que sí, hermana,” respondieron al unísono, visiblemente aliviados.
Apenas Aurora desapareció por el pasillo, Víctor entreabrió la puerta con cautela. Salvador
estaba sentado en la cama, una mueca de disgusto ensombreciendo sus atractivas facciones.
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Capítulo 532
“¿Qué tanto miras?” La irritación en su voz era evidente mientras fruncía el ceño.
Víctor se apresuró a compartir la información que guardaba.
“La hermana dijo que si la extrañas, le llames.”
Salvador tomó su celular, pero tras un momento de reflexión, lo arrojó a un lado. Era demasiado obvio llamarla cuando apenas se había ido y él ya estaba despierto.
Víctor observó la oscuridad que se apoderaba de la mirada de Salvador antes de hablar con
cautela.
“Abuelo, desde que Cynthia despertó no has podido dormir bien. Esto no puede seguir así. Si quieres, yo puedo encargarme de ella…”
La mirada severa de Salvador lo silenció al instante.
“Ella no puede morir,” sentenció con voz sombría. “Su destino es vivir en la agonía.”
“Pero Isaac le creyó todo,” insistió Víctor. “Hasta fue a investigarte con la familia Nolan. Si llega
a descubrir tu verdadera identidad…”
Una sonrisa malévola curvó los labios de Salvador.
“Vamos a darles algo en qué entretenerse a los
Nolan y a los Córdoba. Los mantendremos tan ocupados que no tendrán tiempo de meter sus narices en mis asuntos.”
“Pan comido,” Andrés sonrió con malicia. “Me encargo de inmediato.”
El contrato de cinco años entre la familia Nolan e Impulsa 21 había sido la envidia de la alta sociedad. Sin embargo, en cuestión de meses, los Nolan se encontraron al borde del colapso.
Sus proveedores de materiales cancelaron los contratos sin previo aviso, mientras que los fabricantes de chips elevaron sus precios astronómicamente. Atrapados en un contrato con precios fijos, los Nolan enfrentaban un dilema devastador: declararse en bancarrota o pagar una indemnización millonaria por incumplimiento.
Guzmán golpeó su escritorio con furia, su rostro enrojecido por la ira.
“¿No se supone que investigaron a fondo a estas empresas antes de cerrar los tratos? ¿Cómo es posible que de la nada tengan problemas de producción? Y los chips… ¿por qué diablos no amarraron los precios por los cinco años desde un principio?”
Su asistente no dudó en señalar al culpable.
“Presidente, esos asuntos estaban bajo la supervisión del señor Nolan. Usted mismo pidió que le diéramos más responsabilidades para que ganara experiencia. Pensé que algo tan básico no representaría un problema para él. ¿Quién iba a imaginar que sería tan negligente?”
El cenicero se estrelló contra la pared mientras Guzmán rugía.
“¿Qué estás insinuando? ¿Me estás diciendo que mi hijo es un incompetente?”
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Capítulo 532
El asistente mantuvo su postura, imperturbable.
“Presidente, solo estoy exponiendo los hechos.
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