Capítulo 500
Cynthia observó fijamente los fragmentos esparcidos en el suelo, pero en su corazón brotó un sentimiento de alivio. Consolándose a sí misma, dijo: “Es mejor que estén rotos, así ya no tendrás que ir a buscarla. Isaac, ¿ves? Esto es el destino impidiéndote ir tras ella.”
Sin embargo, lo que ella no esperaba era recibir una fuerte bofetada de Isaac. La fuerza de la bofetada fue tan grande que Cynthia pareció volar como una mariposa antes de caer pesadamente al suelo.
La sangre comenzó a brotar de su boca de inmediato.
Cynthia, incrédula, miró a Isaac con ojos grandes como campanas: “¿Me golpeaste? ¿Me golpeaste por otra mujer? Isaac, soy tu esposa, ¿Cómo puedes hacerme esto?”
La primera reacción de Isaac fue de asombro, sorprendido de actuar con tan poca cortesía hacia una mujer.
Pero su sentimiento de culpa fue efímero, y con un gruñido desde el fondo de su garganta expresó su desdén hacia Cynthia, antes de marcharse con un gesto de desprecio.
La joven, tocando su mejilla hinchada, sintió que el dolor en su rostro no era nada comparado con el dolor en su corazón. El amor que una vez tuvieron se transformó en aversión mutua. Cubriéndose el rostro, comenzó a llorar amargamente.
Isaac regresó a su habitación, cerrando la puerta con tal furia que retumbó como un trueno.
Luego, se dejó caer en la cama, agarrándose el cabello con las manos doloridas.
Había intentado compensar a Valentina, pero Cynthia lo había arruinado. ¿Era posible que el destino hubiera decidido que Cynthia fuera la némesis de su hija?
Quería evitar que eso volviera a suceder. Para prevenirlo, Isaac decidió que debía liberarse completamente de ella, por lo que se sentó frente a la computadora y redactó un acuerdo de divorcio.
Calculó su patrimonio y le aseguró a Cynthia suficiente para vivir el resto de su vida. Con eso, la división de bienes quedó decidida.
Al día siguiente, antes de irse, Isaac dejó el acuerdo de divorcio en el mostrador de la cocina. Al verlo, Cynthia se sintió humillada y furiosa. Sin siquiera mirarlo, rasgó el documento en pedazos.
Temía perder a Isaac, creyendo que sin él, se marchitaría y moriría.
No quería ser una víctima pasiva; estaba decidida a luchar.
Si Isaac buscaba a alguien más, ella arruinaría esa relación. No permitiría que la abandonara, como pasó con Marina.
De repente, recordó algo y corrió hacia el tacho de basura para recuperar la caja de regalo que Isaac había traído la noche anterior. En ella, vio escrito: “Para mi querida Valentina“.
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Capitulo 500
Creyendo que Valentina era una intrusa, Cynthia se enfureció: “Valentina, te encontraré y te haré pagar.”
Cuando se enfrentaba a una crisis, Cynthia se transformaba, como si estuviera poseída.
Ignorando su deteriorada salud, fue al mercado y compró una cámara de alta definición, la cual instaló secretamente en el auto de Isaac.
Pronto, descubrió que él no pasaba la mayoría del tiempo en la oficina como decía, sino que frecuentaba una zona residencial de lujo.
Cynthia, una mañana, furiosa, se dirigió a esa área.
A través de la puerta de hierro forjado, vio lámparas de conejo y figuritas casi idénticas a las que Isaac había comprado, confirmando sus sospechas. Su ira creció aún más.
“¡Zorra, sal de ahí!” Gritó, golpeando la puerta.
“¿Cómo tienes el descaro de meterte con mi Isaac? ¿No tienes vergüenza?”