Capítulo 494
“Papi, hoy es un día especial, eh. Tienes que pasarla bien con mamá. Por eso dejé que el señor me trajera, para que tú y mamá pudieran tener su mundito de dos. Pa, tienes que valorar este momento especial.” Dijo la pequeña.
El corazón de Salvador se apretó de repente: “¿Un día especial?”
El hombre se quedó pensando por varios segundos, repasando el cumpleaños de Aurora, el aniversario de su primer encuentro, e incluso todas las festividades tradicionales mexicanas, sin encontrar razón alguna.
Finalmente, Aurora le recordó: “Salva, Valentina está hablando de una vida pasada.”
Salvador tuvo un momento de iluminación, su expresión cambió a una de tristeza en un instante. Ese día, en una vida pasada, fue cuando él y Aurora se habían dicho adiós.
Salvador había presenciado cuando Aurora se había quitado la vida, muriendo en sus brazos.
Su duelo de aquel día era imaginable.
Porque su mundo se había tornado blanco y negro desde aquel entonces.
Aurora sacudió la cabeza, criticando a Valentina: “Esta niña, siempre sacando los temas incómodos.”
Pero Salvador apretó la mano de Aurora, conmovido: “Valentina tiene razón, hoy es un día muy especial para nosotros. Aurora, nunca quiero volver a experimentar la sensación de perderte. Duele demasiado.”
Él enterró su cabeza en el hombro de Aurora, y ella sintió cómo su cuerpo parecía temblar.
Ella suspiró: “Esta niña… merece un regaño.”
En ese momento, la causante de todo, Valentina, estaba sentada en el auto rumbo a el Grupo Córdoba, con una expresión muy seria.
Finalmente, Andrés empezó a notar que algo no iba bien: “Valentina, ¿A dónde vamos?”
La pequeña señaló hacia una bifurcación en el camino: “Señor, gira a la izquierda, nos detendremos en el próximo cruce.”
Cuando Andrés siguió las indicaciones de Valentina y llegaron al cruce, al ver el rascacielos el Grupo Córdoba, no pudo evitar sentirse sorprendido.
Andrés miró a la pequeña con sospecha, preguntando: “Valentina, ¿Sabías a dónde íbamos?”
#2
La niña respondió: “No, no sabía, solo estaba apuntando al azar.”
Víctor regañó a Andrés: “Eres demasiado paranoico. Es solo una niña, ¿Cómo va a recordar un camino tan largo? Para mí, esto es cosa del destino.”
Andrés lo miró fijamente: “¿Estás seguro de dejarla bajar aquí?”
Capitulo 494
“Es solo una niña, ni siquiera sabe que este es el territorio del rival de su papá. No podemos romper nuestra palabra, eso la malcriaría.” Dijo Víctor en voz baja.
Andrés suspiró: “Si algo pasa, tú te haces responsable.”
Víctor, de mente simple, dijo: “Claro, yo me haré responsable.”
Él fue el primero en bajar del auto, y cargando a Valentina. Murmuró: “¿Qué podría pasar? Están exagerando.”
Después de estacionar, Andrés los alcanzó. Con precaución, tomó la mano de la pequeña, diciendo: “Valentina, no sueltes mi mano por nada del mundo. Te lo digo, aquí hay gente mala. Si no te cuidas, una persona con malas intenciones podría llevarte.”
Valentina, sujetando una mano de Víctor y otra de Andrés, avanzó hacia el Grupo Córdoba.
El vestíbulo de la compañía albergaba un pequeño parque de atracciones, lleno de colores vivos que llamaban la atención.
Valentina, saltando de emoción, corrió hacia adelante: “Quiero ir al parque de diversiones.”
Andrés y Víctor no tuvieron más remedio que acompañarla a regañadientes.
Los dos se quedaron con Valentina, jugando en el carrusel, en el sube y baja, y saltando en la caja de arena… hasta quedar exhaustos en el suelo.
De repente, Valentina, con una urgencia inesperada, dijo: “Necesito ir al baño.”
Víctor se sentía exhausto hasta el punto de no poder más, por lo que Andrés dijo: “Está bien, yo te llevaré.”
La pequeña señaló hacia el símbolo del baño en el costado del primer piso del Grupo Córdoba y dijo: “Ahí está el baño, puedo ir sola.”
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