Capítulo 490
Esa fue la primera vez que ambos durmieron en habitaciones separadas después de su matrimonio.
La situación, también presagiaba el fin absoluto de su relación.
Cynthia se sintió como una flor de diente de león, vagando sin un hogar donde asentarse. En ese momento, le parecía que toda su vida de esplendor no había sido más que un espejismo, una ilusión vacía.
Todo era falso, absolutamente todo. Solo las enfermedades y las tragedias eran reales. Aquella noche, ella padeció de insomnio.
Era una noche oscura y ventosa.
En la quietud de la villa, un súbito ronroneo bajo y retumbante irrumpió. Cynthia se sentó de golpe en la cama, como poseída, murmurando: “¿Fue a buscarla?”
Isaac conducía el mismo auto básico que habían usado el día de su boda con Marina, acelerando por calles desiertas. A pesar de ser una noche fría y solitaria, tenía alucinaciones, no podía sacarse de la cabeza el momento en que fue a buscar a Marina.
Ese día, ella estaba sentada en la cama esperándolo, y vestía un inmaculado vestido de novia blanco. Y él, por no casarse con la mujer que realmente amaba, se dejó llevar por las emociones y bebió un poco.
No quería partir. Para colmo, ese día Cynthia intentó detener su boda con Marina, haciendo un escándalo y amenazando con suicidarse. Isaac, borracho, corrió a consolarla, y cuando finalmente volvió para casarse, ya era demasiado tarde.
La madrina, una chica con un fuerte sentido de la justicia, defendió a Marina diciendo: “Tu novia es demasiado gentil y hermosa. Debes tratarla bien. Con tu comportamiento de hoy, ninguna mujer con un poco de carácter lo toleraría. Tu esposa te cuida y te soporta, esa es tu buena fortuna. No abuses del amor sin límites que te tiene. Ten cuidado, el día que ella se dé cuenta y deje de amarte, solo te quedará el llanto, y ni siquiera un funeral para esposas será suficiente.”
Isaac recordó que ese día, cuando escuchó esas palabras, las despreció profundamente.
Pensó que Marina tenía suerte de casarse con él, que era el destino de varias vidas. ¿Cómo podría él necesitar hacer algo tan desesperado como un funeral?
Conduciendo sin prestar atención, Isaac terminó siguiendo la misma ruta que el día de su boda con Marina. Pero el joven y temerario conductor de aquel entonces, ahora era un hombre marcado por el tiempo, cansado y desgastado.
Recordó el momento en que llegó a la habitación nupcial, y el mirada de Marina era una mezcla de tristeza y decepción. Sin embargo, ella no lo culpó, sino que expresó su preocupación: “Isaac, casi me matas de la preocupación. Que estés bien es lo que importa.”
Capitulo
Qué ingenua era.
En ese momento, él se sintió conmovido, se acercó a ella y la llevó en brazos hasta el auto de bodas.
Durante la ceremonia, declaró: “En la riqueza y en la pobreza, en la enfermedad y en la salud… nunca te abandonaré.”
Isaac realmente no había pensado en dejarla, consideraba que Marina, al donarle un riñón a Cynthia, se había convertido en su responsabilidad para toda la vida.
Solo una responsabilidad. Se engañó pensando que con su cuidado, ella debería sentirse satisfecha.
Pensó que tenía la oportunidad de compensarla por el resto de su vida.
¿Quién hubiera dicho que Marina, con sus aspiraciones tan altas, al darse cuenta de que había sido engañada, planearía meticulosamente su escape de su lado?
Y él, en un intento de calmar a Cynthia, tontamente siguió el deseo de Marina de enviarla al extranjero. Pensó que ella no podría vivir sin él y que eventualmente volvería a él llorando.
Sin embargo, en esa oportunidad, la dejó ir para siempre.
Los recuerdos de Isaac se convirtieron en una ópera en su mente, reproduciéndose en un ciclo sin fin.
Al revivir el pasado, se dio cuenta de lo tonto que había sido.