La Directora de mi Histora 7

Capítulo 7
Amelia colgó el teléfono y abrió Twitter con dedos temblorosos. La tendencia principal brillaba en su pantalla: #Esteban VuelveAArgentina ParaVerASuVerdaderoAmor#. Detrás del titular
destacaba una palabra en rojo y negrita: “BOMBA”.
Al ingresar al tema, descubrió que el tuit más popular ya superaba las cien mil compartidas. El video mostraba a Esteban y a ella entrando y saliendo de una sala privada, uno tras otro. Aunque no existía ningún gesto íntimo entre ambos, la simple vinculación del nombre de Esteban con “verdadero amor” bastaba para desatar la imaginación colectiva.
¿Quién no conocía a Esteban en el mundo virtual? Con apenas veintiséis años, había fundado EchoLens en Europa, Estados Unidos y Asia tres años atrás, posicionándola entre las diez aplicaciones más importantes del mundo. Su valoración superaba los cientos de millones de euros, y él mismo figuraba entre los diez jóvenes más ricos según Forbes, consolidándose como un fenómeno empresarial. Su apariencia lo convertía en el soltero codiciado: combinaba atractivo con amabilidad, generando un séquito de seguidoras que no dudaban en llamarlo “marido” en redes sociales. Durante los últimos dos años había concedido numerosas entrevistas, pero jamás revelaba detalles sobre su vida sentimental, manteniendo un halo misterioso alrededor de sus relaciones.
Hasta que hace un mes, durante una entrevista con medios locales donde anunció su expansión al mercado latinoamericano, reveló súbitamente que siempre había guardado un verdadero amor. Según sus palabras, se habían separado al graduarse por circunstancias particulares, pero él nunca había dejado de amarla. Aquella confesión desató inmediatamente un fervor digital, con miles especulando sobre la identidad de ese amor secreto. Al fin y al cabo, ¿quién no sucumbe ante la historia romántica de un magnate apasionado?
Por motivos desconocidos, el video fue retirado rápidamente, y cuando reapareció, la sección sobre aquel amor verdadero había desaparecido por completo. Pero internet tiene memoria. Cuando el tema se volvió tendencia, aparecieron usuarios compartiendo la versión sin editar que habían guardado oportunamente.
Con este nuevo material, la identidad de Amelia quedó expuesta por usuarios perspicaces: ¡Era la esposa de Rafael Peretti, líder del Grupo Peretti! La revelación elevó el escándalo a proporciones inimaginables. Aunque Rafael mantenía un perfil discreto con escasas fotografías disponibles, las imágenes existentes mostraban a un hombre de aire elegante y refinado, indudablemente excepcional. Su currículum eclipsaba incluso al de Esteban: MBA del MIT y, bajo su liderazgo, el Grupo Peretti dominaba su industria en Argentina desde hacía años. Y apenas era dos años mayor que Esteban.
¡Qué trama digna de un guion cinematográfico! ¿Qué clase de fortuna celestial poseía Amelia para atraer la atención de dos titanes empresariales?
Algunos usuarios compartieron la foto de graduación de Amelia. Los comentarios proliferaban: [No es que haya salvado a la galaxia en su vida anterior, es que realmente es espectacular.] En aquella imagen común de graduación, ella resplandecía con belleza natural y una mirada que combinaba inocencia y pasión, precisamente la mezcla que resulta irresistible para cualquier
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hombre.
De pronto, una cuenta menor apareció con nuevas revelaciones: [@ChismeEnciclopedia: Rafael se casó con Amelia por presión familiar, es simplemente un matrimonio de conveniencia. Tienen un contrato matrimonial, no existe amor entre ellos.]
Inmediatamente, los hashtags #AmeliaEstebanVerdaderoAmor# y
#AmeliaRafaelMatrimonioPorConveniencia # escalaron posiciones en las tendencias.
Amelia contempló aquel torrente de especulaciones con dedos temblorosos. Respiró profundamente para recobrar la compostura e intentó contactar a Rafael para explicarle la situación.
Una grabación respondió mecánicamente:
-Lo sentimos, el número que usted marcó se encuentra apagado.
Inmediatamente llamó a Leonardo, pero su teléfono también estaba inaccesible. Sin certeza sobre si estaban ocupados o simplemente evitaban sus llamadas, decidió intentarlo más tarde.
De regreso en casa, envió un mensaje a Valentín disculpándose por cancelar la reunión, y luego abrió WhatsApp para escribirle a Rafael.
[Lo lamento tanto. Puedo explicarte todo. Las cosas no son como parecen.]
Apenas había enviado el mensaje cuando sonó el teléfono. Era su padre.
-¿En serio te reuniste con Esteban? -preguntó Martín, con tono evidentemente irritado-. ¿No te dije claramente que no lo vieras más? ¿Tenés idea de lo que estás haciendo? ¡Ya estás casada!
-Solo quería…
-No me interesa lo que querías -la interrumpió Martín categóricamente-. En este momento tenés que pedirle disculpas a Rafael. Necesitás que te perdone, hija. No podemos permitir que este incidente afecte los negocios de la familia Córdoba.
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