Capítulo 399
Jordana no dijo mucho, pues lo entendía, se consideraba una persona racional. Sin embargo, por muy racional que uno sea, siempre hay momentos en los que la emoción prevalece.
Más tarde, cuando oscureció, se despidió de Raquel. En el hospital ya había alguien cuidando al abuelo, así que no era necesario que ella se quedara. Demasiada gente podría estorbar más que ayudar.
Al irse, Raquel las acompañó hasta la puerta del hospital. El chofer ya los esperaba en la entrada. Antes de subir al coche, Raquel la tomó de la mano y le aconsejó: “En estos días, mejor no vengan por aquí. Yo cuidaré al abuelo, entiendo que quieres atenderlo, pero, ya sabes, es un momento de celebración y hay ciertas costumbres que debemos respetar.”
Jordana asintió, comprendiendo. Sabía que lo que realmente preocupaba a Raquel no eran las costumbres, sino que temía que Jordana se encontrara con gente de la familia Soler y fuera maltratada.
Raquel observó cómo subía al coche y esperó hasta que el vehículo se alejó antes de volver al hospital. Al regresar, se encontró de frente con Máximo, que acababa de salir del hospital. Aunque Raquel no tenía gran animosidad hacia él, tampoco tenía una buena opinión. Cuando Jordana había sido maltratada por Ignacio y los demás, Máximo, como hermano mayor, debió haberla defendido, pero no lo hizo. Raquel había notado todo eso. Al verlo, apenas le echó un vistazo, sin ser muy cordial.
Actuando como si nada, Máximo se acercó a ella con una sonrisa amable. “Tía, hay algo que quiero decirte.”
Antes de que Máximo pudiera continuar, Raquel lo interrumpió. “¿Qué hay para decir? ¿Crees que con que yo le diga un par de cosas buenas a Jordana, ella te va a perdonar? Si quieres que te perdone, no basta con palabras, ¿dónde están tus acciones? Cuando Jordana fue maltratada, ¿saliste a defenderla como lo haría un hermano mayor? ¡No lo hiciste!”
Raquel asumió que Máximo, una vez más, venía a pedirle que hablara bien de él ante Jordana. Después de todo, él la había llamado varias veces con ese motivo.
El rostro de Máximo, generalmente amable, se sonrojó de vergüenza mientras intentaba justificarse. “Tía, de verdad quería defenderla, pero en ese momento no se me ocurrió qué hacer.”
Esas palabras solo hicieron que Raquel se enfureciera aún más. “¿Cuántas veces ha sido maltratada Jordana en tu casa? ¿Nunca se te ocurrió defenderla? En realidad, simplemente no querías hacerlo, ¡así que no digas cosas bonitas!”
Con su experiencia de vida, ella conocía bien las intenciones de su sobrino. Desde que Jordana se fue a vivir con la familia Soler, había sido maltratada numerosas veces. Si Máximo hubiera querido intervenir, ya lo habría hecho. En el fondo, él simplemente no quería intervenir. Decir que no se le ocurrió nada era solo una excusa.
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Capítulo 399
Raquel no quería desenmascarar la verdad y dejar a Máximo sin dignidad, pero él seguía poniéndose en el papel de inocente, lleno de mentiras. ¡No podía soportarlo más!
Máximo quedó avergonzado al ser descubierto. Era cierto que desde que Jordana había llegado a vivir con la familia Soler, había sido maltratada innumerables veces. Cada ocasión era un maltrato deliberado, y ella era inocente. A pesar de saber eso, nunca pensó en salir a
defenderla.
Después de todo, en lo más profundo de su corazón, pensaba que no valía la pena ofender a Verónica o Ignacio para protegerla.