Capítulo 398
Pero ya que Hugo se lo había pedido, Jordana no tuvo más opción que seguir la corriente al anciano y decir lo que él quería oír. A medida que las personas envejecen, se vuelven como niños. Si no seguía el deseo del abuelo, tal vez él se molestaría o se pondría triste.
Hugo le tomó la mano, dándole unas palmaditas, de repente, dijo con un tono serio: “Hay ciertas tradiciones que deben respetarse.”
Jordana sabía que el abuelo se refería a la costumbre de “dormir en la cama matrimonial durante los tres primeros días después de la boda.”
La mayoría de las personas mayores son muy apegadas a esas tradiciones, temen que los jóvenes no las respeten y que esto traiga malas consecuencias.
Asintiendo con la cabeza, Jordana respondió dócilmente. Así, los dos; abuelo y nieta,
by disfrutaron de un momento feliz, como si no hubiera nadie más presente, mientras que al lado,
Otilia no estaba tan contenta.
“Abuelo, por qué solo hablas con Jordana, aunque ambas somos tus nietas. He estado aquí todo este tiempo y no me has dicho una palabra. ¡Eres muy parcial!”
A pesar de que parecía molesta, su tono era ligero, sin un rastro de descontento real. En realidad, Otilia nunca pensó que el abuelo fuera parcial. Además, aunque él tuviera un poco de preferencia por Jordana, era comprensible. Después de todo, ella había crecido bajo su cuidado, así que naturalmente tenían un vínculo más fuerte.
Hugo le lanzó una mirada a Otilia, “Si no hablo contigo, dices que soy parcial. Si hablo contigo, dices que siempre te estoy presionando para que te cases, eres muy exigente, chica.”
Otilia se rio, “No es que sea exigente, es solo que tengo estándares altos.”
Hugo fingió desprecio, “Vete, vete, primero hablaré con Jordana. Luego hablaremos de tus planes de matrimonio y buscarte un novio.”
Otilia rápidamente agitó las manos, “Abuelo, recordé que tengo que ir a trabajar. Me voy ahora, el tiempo se me escapa.”
Dicho eso, salió corriendo.
Hugo observó su figura alejarse y suspiró profundamente, “Esta niña, ¿cuándo madurará?”
Aunque su tono era de frustración, su rostro mostraba una sonrisa. Jordana sabía que el abuelo realmente adoraba a Otilia. De hecho, Hugo era justo con todos, la razón por la que prestaba más atención a Jordana y le había dado un 5% extra de acciones era clara; porque sabía que ella no recibía el amor ni la atención que merecía de Verónica, así que parecía que la favorecía más.
Después de eso, Hugo no dijo mucho más, ya era un hombre mayor y después de haber pasado por una operación de emergencia, su cuerpo estaba más débil. Incluso hablar le resultaba agotador. Pronto, inclinó la cabeza y se quedó dormido.
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Capitulo 398
Jordana no dijo nada más, simplemente se quedó sentada en silencio al lado de la cama, respirando suavemente para no perturbar su sueño. Cuando estuvo segura de que el abuelo dormía profundamente, con su respiración y los latidos del monitor estables y regulares, se levantó para acomodarle las mantas.
Desde atrás, Raquel susurró: “Ya es tarde, ¿por qué no te vas a casa con Lorenzo?”
La cama, las sábanas y la manta eran blancas, haciendo que el cuerpo del abuelo pareciera más frágil y delgado. Al recordar que Hugo solía ser tan hablador y jovial, le parecía un recuerdo lejano, de inmediato, un dolor inexplicable le llenó el corazón.
No respondió, simplemente dejó escapar un suspiro, “La última vez que vi al abuelo estaba muy fuerte, y ahora, en tan pocos días ha cambiado tanto.”
En el hospital, uno se vuelve emocional fácilmente. Después de todo, es un lugar donde la vida comienza y también termina, la vida, la enfermedad y la muerte están estrechamente ligadas a un hospital. Especialmente allí, donde había despedido a su abuela. Al pensar que algún día también tendría que despedirse del abuelo en este mismo lugar, no pudo expresar lo triste que se sentía.
Raquel, al escuchar el dolor en sus palabras, no dijo mucho más, solo añadió, “Dicen que cuando la enfermedad llega, lo hace de repente, incluso los jóvenes cambian cuando están enfermos. El abuelo acaba de salir de la sala de emergencias, por lo que su cuerpo y su estado de ánimo son naturalmente más frágiles que antes. Cuando se recupere y descanse un tiempo, volverá a ser él mismo. El futuro debería dejarse para después, preocuparse ahora por lo que vendrá solo traerá ansiedad innecesaria.”
Esas palabras claramente eran para consolarla.
Jordana asintió con la cabeza y respondió con un: “está bien“.
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