Capítulo 379
Jordana y Lorenzo decidieron comer algo cerca de casa antes de volver al hogar de la familia Galván. Apenas se subieron al coche, el móvil de Lorenzo sonó. Era una llamada de Lisa.
Al contestar, Lisa no perdió tiempo, “Lorenzo, no logro contactar a Jordana, llámala y pregúntale si ya terminó con lo suyo. Si es así, podemos dar una vuelta por la Iglesia de San Pablo.”
“Mamá, Jordana está justo aquí conmigo…”
Con un tono algo despectivo, Lisa replicó, “Oh. Entonces no tengo nada más que decirte, pásale el móvil a Jordana.”
Lorenzo no supo que decir o pensar por un momento.
Jordana, intentando contener la risa y sintiéndose cálidamente valorada, tomó el teléfono y dijo con voz suave, “Suegra, ya terminé. ¿Vamos directo a la Iglesia de San Pablo o regresamos a
casa?”
Con una voz mucho más cálida que cuando habló con Lorenzo, Lisa sugirió, “Vayan directo a la Iglesia de San Pablo, solo sería dar un rodeo volver a casa. Nos encontramos allí.”
“Está bien.”
La conversación con Lisa fue tan fluida y libre de tensiones, que siguieron charlando un rato
antes de colgar.
Mientras Lisa llamaba a Jordana, estaba en una sala de té con algunas conocidas de familias acaudaladas.
Tras colgar, una de las damas inquirió, “Sra. Galván, recuerdo que mencionó que su nuera es pintora, ¿verdad?”
Lisa respondió con una sonrisa, “Así es.”
“Ahora que está casada con su hijo, debería hacer que deje de pintar. La pintura no es algo que genere mucho dinero, además, con Lorenzo trabajando, no les hace falta. Las mujeres deberían quedarse tranquilamente en casa, cuidando de su marido e hijos. Mi nuera era pianista y profesora de piano, pero tras casarse con mi hijo, tampoco le permití seguir trabajando.”
“Además, tu nuera tenía su móvil, pero no te contestó ni te explicó por qué. Eso no es una buena señal. Te lo advierto, no puedes dejar que tu nuera haga lo que quiera, o algún día terminará pasándote por encima. Como suegra, es importante que mantengas un cierto
control.”
Al oír eso, las demás damas asintieron.
“Exacto, tienes que hacerle ver quién manda en casa, quién es la matriarca.”
“Sí, no puedes consentir esos malos comportamientos, se convierten en vicio.”
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Capitulo 379
Incapaz de coincidir con esas teorías, Lisa replicó con indiferencia, “Si mi nuera no contestó el teléfono, pudo haber sido porque lo tenía en silencio o simplemente no escuchó el timbre, ¿acaso necesita darme una explicación por eso?
La verdad es que todo se trata de empatía. Si en este momento la critico por todo, llegará el día en que ella me critique a mí. Además, mi nuera no se casó con mi hijo para ser controlada por mí. En cuanto al trabajo, a diferencia de sus nueras, la mía tiene mucho talento. ¿Qué hay de malo en que trabaje? Mantenerla en casa sería desperdiciar su talento.”
Siendo franca y directa, Lisa dejó a las demás sin palabras. Tras recibir una llamada de su chofer indicando que ya estaba afuera, no se detuvo a seguir la conversación y se marchó.
Tras su partida, las demás damas, todavía algo resentidas, siguieron murmurando entre ellas.
“Ya verás. Esas que son nuevas en esto de ser suegras siempre son así, no escuchan a los que saben, cuando su nuera se le suba a las barbas, ya verá lo que es bueno.”
