Capítulo 369
Después de colgar el teléfono y contactar a la gente necesaria, Álvaro recibió una llamada de su asistente diez minutos más tarde.
“Señor presidente, ya no es necesario retirar la tendencia, la noticia de la Srta. Sabín y usted ha sido desplazado por otro que acaba de aparecer“. Le informó el asistente.
El semblante de Álvaro se suavizó ligeramente, solo para tensarse de nuevo cuando oyó a su asistente continuar informando: “Parece que el presidente de NE ha anunciado su
matrimonio“.
El rostro de Álvaro se ensombreció completamente. Tras unas pocas palabras más, colgó el teléfono y se dirigió a Twitter, como le habían dicho, su noticia junto con Noemí ya no estaba entre los más comentados. En su lugar, los hashtags que dominaban las tendencias eran:
#PresidenteDeNESeCasa EnSecreto#
#BodaDelPresidenteDeNE#
#FotoDeLaEsposa Del PresidenteDeNE#
Álvaro exploró las tendencias, encontrando solo una captura de pantalla del anuncio de matrimonio del Grupo NE. Sin embargo, no había fotos de la boda o de la novia en línea, por lo que la sección de comentarios estaba llena de especulaciones y admiración hacia Lorenzo por mantener su vida personal en privado y proteger tan bien a su esposa.
Álvaro, sintiéndose como si un gato le arañara el pecho por la frustración y el recuerdo de la desagradable experiencia de esa mañana, no podía alegrarse en lo más mínimo, se sentía completamente sofocado por la situación.
En la competencia por Jordana, Lorenzo lo había superado por completo. Ahora, hasta en algo tan trivial como una tendencia, lo había eclipsado nuevamente.
No solo a las mujeres les gusta compararse; los hombres también lo hacen, y ser superado en todo por alguien más es extremadamente frustrante.
Aunque se sentía asfixiado por la situación, no había nada que pudiera hacer. No podía recuperar a Jordana, ni podía, por capricho, impulsar la popularidad de su compromiso con Noemí de nuevo.
No obstante, si Jordana no se enteraba de su compromiso y boda con Noemí, quizás todavía había una oportunidad de que volviera a él. Pero si se enteraba, probablemente perdería toda oportunidad con ella para siempre.
Pamela, igualmente frustrada, veía el compromiso de su hijo como una aflicción. Su futuro nieto provenía de alguien que no quería, Noemí. Había planeado darle una lección a Noemí durante el banquete de compromiso, pero ella había terminado yéndose con Simón, causando que Pamela fuera severamente reprendida por este último. Su plan de humillar a esa mujer había fracasado, y ahora se sentía tan incómoda, como si tuviera un sapo atragantado.
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Cuando Eva, una amiga cercana, la llamó, al principio, Pamela evitó mencionar a Noemí, sabiendo muy bien que, a pesar de su desaprobación, no debía airear sus asuntos familiares, incluso con amigos cercanos. Pero la molestia y el resentimiento acumulados eran demasiado grandes para mantenerlos en secreto.
Sin poder contenerse más, Pamela desahogó sus frustraciones: “De verdad que estoy harta. ¿Por qué mi hijo tenía que escoger a Noemí? ¡Una chica cuya madre fue una amante! ¿Qué bien puede venir de eso?
Ni siquiera hemos formalizado el matrimonio y ya está causando problemas. Si llega a formar parte de nuestra familia, no quiero ni imaginar el desastre que sería.”
Confundida, Eva preguntó por qué no habían considerado que su hijo se casara con Jordana, quien había estado cuidando de Álvaro, como opción para casarse.
La mención de Jordana solo intensificó el arrepentimiento de Pamela. Originalmente, había querido que Jordana y Álvaro se casaran lo antes posible. Después de todo, tras el accidente de tráfico, ¿qué chica se casaría con alguien paralítico?
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