Capítulo 306
Cada detalle que Pamela escuchaba, hacía que sus sienes latieran incontrolablemente y su expresión se tornara cada vez más sombría.
Finalmente, no pudo seguir soportando lo que decía y cortó a Noemí. “Hablemos de esto después, ya es muy tarde. Quiero dormir.”
Sin esperar respuesta de Noemí, colgó el teléfono.
Pamela estaba pálida de ira.
Había intentado darle una lección a Noemí, pero al final se había lastimado a sí misma.
Una hija nacida de una amante, exigiendo tantas cosas, como si realmente se considerara un
tesoro.
Cuanto más pensaba en ello, más frustrada se sentía.
La última vez que se sintió tan frustrada fue por culpa de Jordana.
Antes pensaba que Jordana era insufrible, pero comparándola con Noemí, la diferencia era
abismal.
Noemí era insoportablemente peor.
Por otro lado.
Cuando ella escuchó el tono de ocupado del otro lado de la línea, lanzó su teléfono a un lado.
Ese día no había nadie en la mansión.
Tadeo aún estaba trabajando horas extras en la oficina.
Alfredo había salido a vagabundear.
El hermano mayor de su verdadera madre probablemente había perdido hasta los pantalones en el casino y había llamado para armar un escándalo, y Felisa había salido a entregarle dinero a Alfredo para que resolviera sus deudas de juego y aún no había regresado.
A veces, Noemí pensaba que Felisa realmente daba lástima, puesto que amaba a Alfredo de una manera tan cautelosa y humilde, sabiendo que su hombre tenía una amante y ni siquiera se atrevía a hacer un escándalo.
Finalmente, incapaz de tener hijos, para que Alfredo tuviera descendencia de ambos sexos, incluso adoptó a la hija de la amante y la crio como si fuera su propia hija.
Era tanto trágico como lamentable.
Si fuera ella, jamás desperdiciaría su vida en un amor sin sentido.
Noemí, que inicialmente tenía planes de dormir, ahora se encontraba completamente despierta. Bajó de la cama, se puso las pantuflas y sacó un cigarro del cajón para encenderlo.
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Capitulo 306
Inhaló lentamente, dejando que el humo girara en su boca antes de exhalarlo, con una sonrisa sarcástica en los labios.
Pudo adivinar lo que Pamela estaba pensando: era incapaz de cambiar el hecho de que ella iba a formar parte de la familia, así que le hizo esa llamada previa, para intentar intimidarla.
Pero Pamela subestimaba la situación, esta joven no era del tipo de mujeres que se dejaba manipular fácilmente.
Pensando en ello, Pamela había tratado a Jordana de la misma manera hace tres años, negándose a proporcionar el dote y la boda prometidos.
Lo que Noemí no entendía era:
Jordana tampoco era el tipo de mujer que se dejara manipular con mucha facilidad, y no parecía estar particularmente enamorada de Álvaro, ¿cómo pudo ser manipulada tan fácilmente por
Pamela?
¿Sería simplemente porque Álvaro la había salvado una vez? Después de mucho pensar, esta era la única razón que parecía tener sentido.
Noemí se burló.
Salvar una vida, eso era todo, bastaba con dar algo de dinero como agradecimiento. Pasar tres años de su juventud como pago a Álvaro, si fuera ella, jamás haría una cosa como esa.
Sin embargo, ahora Jordana probablemente estaría agradecida con Pamela y con Álvaro.
Después de todo, si no fuera por el menosprecio de Pamela y la decisión de Álvaro de no casarse, probablemente ella no habría podido dejar la situación tan fácilmente.
Especialmente debería estar agradecida por el hecho de que Pamela la despreciara, porque si hubiera habido una boda, aunque sin certificado, pero con el título aún presente, habría sido difícil irse.
Pero al final, al pensar en la familia Zelaya, la cual Jordana no pudo soportar ni siquiera después de tres años, y que ella tendría que soportar por el resto de su vida.
Y al recordar a Álvaro, ese tonto, el desecho que Jordana había descartado, y que ella tenía que depender de él para obtener lo que quería.
Noemí no pudo contener su resentimiento, arrojó el cigarro al suelo y lo pisoteó furiosamente…
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