Capítulo 303
Al mismo tiempo, Álvaro regresó a la Mansión Luna Azul después de un día de trabajo, y antes de entrar, los sirvientes le informaron que Simón había llegado.
Al cruzar el umbral, efectivamente vio a Simón sentado en la sala, con un cigarrillo entre los dedos y una expresión sombría en el rostro. Cuando él vio a Álvaro entrar, sacudió la ceniza del cigarro en el cenicero y levantó la mirada hacia él.
Hacía tiempo que Simón, siempre ocupado, no veía a su hijo. Al verlo, no pudo evitar quedarse paralizado por un momento.
Álvaro lucía un semblante preocupado, con la barba descuidada y un rostro demacrado y sin
vida.
Esta imagen de Álvaro le hizo recordar a Simón aquellos días, tres años atrás, justo después del accidente automovilístico. En aquel entonces, Álvaro había estado igualmente abatido y con un ánimo abatido y desprovisto de energía.
Como su padre, Simón sentía una mezcla de compasión y frustración. Siempre había creído que los hombres destinados a la grandeza no deberían permitir que los asuntos sentimentales los detuvieran. Sin embargo, Álvaro se estaba torturando por una mujer, Jordana.
De repente, Simón pensó que obligar a Álvaro a casarse con Noemí no sería tan mala idea después de todo. Al menos, podría hacer que su hijo recobrara la compostura y dejara de martirizarse por Jordana, una mujer que lo había llevado a tal estado de decadencia.
Con indiferencia, preguntó: “¿Ya regresaste? ¿Qué has decidido sobre el asunto con Noemí?”
Últimamente, Álvaro se había sentido tan acosado por el tema que incluso la mención del nombre de Noemí le provocaba repulsión.
Respondió con impaciencia: “Ya dije que no quiero casarme con Noemí. La persona que me gusta es Jordana.”
Simón dio una calada a su cigarrillo y dijo con calma: “Hablando de eso, Jordana se fue hace ya más de un mes y hasta ahora su teléfono sigue sin estar disponible. El mensaje es claro.
Ella no quiere volver. ¿De qué sirve que te guste? La última vez que fuiste a Aguamar, ¿ella regresó contigo?”
Álvaro se quedó sin palabras por un momento, pero luego insistió con terquedad: “Papá, estoy seguro de que si le demuestro mi determinación, Jordana volverá.”
Simón lo miró fijamente. “Según tengo entendido que Jordana ya se casó con el presidente del Grupo NE de Aguamar.”
Simón no solía interesarse en los asuntos de las redes sociales, pero se había enterado de esto porque había enviado a una persona a investigar ese día.
“No se han casado, solo están saliendo. ¡La boda aún no se ha celebrado!”
1/2
22:42
Capitulo 303
Simón, con el cigarrillo entre los labios, replicó: “¿Y luego? ¿Crees que ella cambiará de opinión y te elegirá a ti? Deja de ilusionarte, hijo.
Al ver la determinación de Jordana hacia mí y hacia tu madre, creo que ella no tiene intención
de volver.”
“Además, hay un aspecto muy realista. Cualquier mujer en su sano juicio, al tener que elegir entre el presidente del Grupo NE y tú, probablemente acabe eligiendo al presidente del Grupo
NE.”
Álvaro apretó los labios con fuerza y le dijo: “Jordana me ama, y estoy seguro de que volverá.”
Simón se irritó aún más al pensar en cómo Álvaro había ahuyentado a Jordana y ahora se había metido en problemas con Noemí, causando aún más complicaciones.
“No entiendo cómo pude tener un hijo tan insensato,” pensó Simón, cada vez más enojado. “Si realmente quisiera volver, ya lo habría hecho. Olvídate de ella. Ya es hora de que formes una
familia.
Justo en este momento que Noemí está embarazada, deberían comprometerse. Voy a llamar a la familia Sabín para anunciar su compromiso mañana.”
Álvaro se enderezó, elevando su tono de voz. “Papá, te dije que me casaría con cualquiera, excepto con Noemí.”
Su mirada era firme, y su tono, desafiante. Esta era la primera vez que Álvaro se oponía abiertamente a su padre.
Simón, irónico ante la situación, respondió con frialdad: “Si no te casas con Noemí, puedes irte de esta casa y olvidarte de que eres mi hijo. Traeré a Martín de vuelta.”
212
