Capítulo 297
Jordana se sorprendió un poco.
Desde que regresó con la familia Soler, hasta que cortó relaciones con ellos, durante diecisiete largos años, Máximo nunca le había entregado ningún regalo.
Y hoy, para su asombro, Máximo realmente había preparado un regalo para ella.
Por un momento, Jordana llegó a creer que el sol había salido por el oeste ese día.
Aunque no tenía la intención de aceptar el regalo de Máximo, su curiosidad la impulsaba a querer ver el tipo de regalo que Máximo había preparado para ella.
Este, impaciente, no tardó en sacar el regalo.
Era una bolsa de regalo blanca, con el logo de “LV” claramente visible en ella.
Con gran entusiasmo, él sacó un pequeño y delicado bolso de hombro. “Jordana, este es el último modelo de bolso de LV. Lo escogí especialmente para ti. Mira, ¿te gusta?”
Aunque preguntó de esta manera, Máximo estaba seguro de que se sabía la respuesta.
Casi seguro de que Jordana amaría su regalo.
Primero, a la mayoría de las mujeres les gustaban los bolsos, y segundo, este bolso era mucho más valioso que cualquier piedra o pluma.
Jordana no lo aceptó, solo respondió con frialdad: “No me gusta.”
Al ver el bolso en manos de Máximo, incluso esbozó una sonrisa; se sorprendió de sí misma por haber esperado algo diferente de él.
Máximo se quedó atónito. “¿Por qué?”
Jordana simplemente le dijo: “No me gusta, y punto. ¿Por qué tiene que haber un motivo?”
De hecho, ella no tenía mucho interés en los bolsos, especialmente en los de marca.
Ella también usaba bolsos, pero los que solía llevar no eran como los pequeños bolsos de hombro que Máximo le había comprado, que no podían llevar casi nada.
Entre la practicidad y la estética, Jordana realmente valoraba más la practicidad.
Normalmente, si podía evitar llevar un bolso, lo evitaba, ya que sentía que era un estorbo para
ella.
Solo si tenía que llevar muchas cosas, usaría uno, y los bolsos que llevaba esos años eran generalmente de gran capacidad, lo que también hacía que fuera conveniente sacar y guardar
cosas.
Además, ella ya había mencionado sus preferencias a Máximo anteriormente.
Su regalo, en todos los aspectos, parecía un esfuerzo superficial, pero insistía en que lo había
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Capitulo 297
elegido cuidadosamente.
Jordana encontraba esto un poco gracioso.
El tiempo que había vivido bajo el mismo techo que él era más largo que el de Otilia, Magdalena y Fausto juntos; especialmente Fausto, que era doce años mayor que ella.
En su memoria, Fausto pasaba la mayor parte del tiempo fuera estudiando, y aunque cuando era niña solía visitar a la familia Noriega, las veces que se encontró con Fausto podían
contarse con los dedos de una mano.
Aun así, Fausto, quien era su hermano mayor, sabía mejor que Máximo qué era lo que le gustaba.
El esfuerzo de Máximo realmente no valía la pena hablar de ello.
“Jordana, este bolso es bastante bonito, ¿qué es exactamente lo que no te gusta?”
Máximo solo se sentía agraviado.
No podía entender por qué el regalo que la había comprado no era de su agrado.
Pensó que tal vez, mientras fuera un regalo suyo, Jordana lo despreciaría.
De repente, Otilia preguntó a Máximo: “Máximo, ¿alguna vez has visto a Jordana llevar este tipo de bolso?”
Máximo se quedó en silencio por un rato.
Otilia continuó diciendo: “Jordana nunca lleva este tipo de bolsos cuando sale. Son demasiado pequeños, y desde que estudiaba tampoco los lleva. Ella y yo hemos criticado estos bolsos hace tiempo, diciendo que son demasiado pequeños, no sirven para llevar casi nada, son un diseño inútil, puramente decorativos y nada prácticos.”
Máximo se sintió un poco avergonzado.
Hasta que Otilia lo había mencionado y no lo había recordado, pero ahora que lo decía, recordaba que Jordana realmente nunca llevaba ese tipo de bolsos.
Las quejas que compartió con Otilia también se las había dicho a él.
Si hubiera elegido con un poco más atención, definitivamente habría evitado comprar ese tipo de bolsos.
Era él quien en aquel momento había permitido que alguien escogiera el modelo más caro disponible, sin saber qué contenía exactamente esa bolsa de regalo hasta que fue abierta.
“Si alguien me regalara algo tan inútil, tampoco lo querría. Aceptar algo que no puedo usar solo significa que se quedaría acumulando polvo.”
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