Capítulo 261
Jordana acababa de volver a poner su teléfono en su lugar cuando, apenas se había acomodado en la cama, Lorenzo salió del baño.
Lo que siguió fue el zumbido del secador de pelo. Cuando el ruido cesó, las principales luces del cuarto se apagaron, dejando únicamente un suave resplandor proveniente de una lámpara de piso.
Al destaparse la cama, un aire frío se coló bajo las sábanas, pero antes de que Jordana pudiera sentir frío, fue envuelta completamente por el calor del abrazo de Lorenzo.
Lo que inundó sus sentidos fue una mezcla familiar de aroma a madera y el suave perfume del gel de ducha, sutil, pero con una presencia intensa, como las caricias de las delicadas patas de un gato.
En la penumbra y el silencio absoluto, todos los sentidos se agudizaban, incluyendo un remolino de emociones que parecían amplificarse y revolotear en su pecho.
La voz baja de Lorenzo sonó junto a su oído: “¿No puedes dormir?”
Con un murmullo, Jordana no esperó a que este le pidiera explicaciones y confesó: “Estaba pensando en la foto que me enviaste, y me preguntaba si tratas de tentarme a cometer un desliz.”
No era buena ocultando sus pensamientos, y a menudo, frente a Lorenzo, todo parecía evidente, así que lo mejor era ser directa.
Lorenzo la abrazó un poco más fuerte, sus dedos se deslizaron suave y lentamente a través de su cabello. “Sí. Incluso no desmentí a propósito el hecho de que Sebastián esté interesado en ti. Quería que tú misma afirmaras mi lugar a tu lado, llamándome tu esposo.”
“He estado trabajando duro para que te acostumbres a mí, para que me aceptes y te acerques a mí, de cuerpo y alma.”
Su voz sonaba bastante agradable y seductora, especialmente en las últimas palabras, “de cuerpo y alma“, enfatizando cada palabra, sin ocultar la intensidad directa de su mensaje.
De repente, Jordana lo entendió. Sus intenciones siempre habían sido claras, solo necesitaba prestar atención para ver las señales.
Pero hasta entonces, ella no había estado dispuesta a aceptarlo. Siempre se había mantenido a distancia, ignorando muchas cosas.
Y él, siempre paciente, guiándola suavemente y sin presión.
Probablemente nadie más tendría la paciencia que Lorenzo tenía con ella.
Se dio cuenta de cuánto le gustaba Lorenzo; su ternura, estabilidad y dedicación tocaban todas sus fibras.
Su afecto era como el agua derramada, imposible de recuperar.
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Capítulo 261
La emoción se desbordó en su pecho, al ser imposible de contener. Jordana levantó la cabeza para encontrarse con su mirada oscura, brillante como la galaxia más deslumbrante y apasionada.
Alcanzando su cuello con torpeza, Jordana besó sus labios.
Todos sus conocimientos sobre besos venían de Lorenzo; realmente no tenía experiencia previa, solo lo que había aprendido de él.
Pero resultó ser una alumna rápida.
El beso, que comenzó de forma cautelosa, se profundizó gradualmente y sus respiraciones se fueron entrelazándose.
Afuera, la noche era fresca y el cielo estaba adornado con una luna brillante y estrellas dispersas.
Dentro, el amor se entrelazaba en silencio, ardiente.
י
…
Villa Mariposa.
En la oscuridad del techo, bajo un cielo intenso y con el viento soplando fuerte, Petrona estaba sentaba apoyada contra la pared, sosteniendo una copa de vino con líquido rojo oscilante, reflejando sus uñas rojas brillantes, peligrosas y seductoras.
Con la otra mano, sostenía su teléfono, marcando con destreza un número para llamar a
Fermín Murillo.
Fermín había bloqueado su antiguo número, así que Petrona usó uno diferente.
La llamada fue contestada rápidamente, y la familiar voz del hombre resonó al otro lado de la
línea.
“¿Sí?”
Petrona, con su voz dulce, fue directo al grano: “Fermín, estoy en el techo.”
Desde el otro lado, la voz se volvió perezosa e irónica. “¿Y eso qué?”
“Deberías saber qué le pasaría al Grupo Murillo si salto desde aquí.”
Un silencio cayó al otro lado.
La mirada despectiva de Fermín se volvió seria.
Él también era consciente de su escándalo en las redes sociales, que hasta ahora solo había sido considerado chisme y no había afectado mucho al Grupo Murillo.
Pero si Petrona se lanzara desde el techo, se convertiría en un caso de homicidio. Y eso sería el principio del fin.
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