Capítulo 229
La sala de reuniones pronto quedó vacía, excepto por Verónica, Roque y Petrona, quien decidió quedarse voluntariamente.
Verónica le echó un vistazo a Petrona y, con un tono de voz normal, le dijo: “Petrona, por favor sal de la sala. Necesito hablar a solas con Roque sobre algunos asuntos.”
Petrona, sin embargo, se resistió: “Mamá, estos últimos días he estado ayudando a Roque con los asuntos de la empresa. Si hay problemas, también son mi responsabilidad.”
En realidad, Petrona tenía miedo de que si no estaba presente, perdería la oportunidad de defenderse y justificar sus acciones. Quedarse fuera de la conversación le pondría en una posición muy desventajosa.
Temía que Verónica descubriera que ella había sido la fuente de la filtración de la información, lo que significaría que ya no tendría un lugar en la familia Soler.
Por eso consideró que quedarse allí era la poción más segura.
Desde que era niño, Roque siempre había temido enfrentarse a la ira de Verónica. Al oír estas palabras, miró a Petrona con gratitud en sus ojos.
Su hermano siempre decía que Petrona no era de fiar, pero en momentos como este, ella había decidido quedarse a su lado para compartir la responsabilidad. ¿Quién más haría algo así?
Roque también respaldó las palabras de Petrona y luego agregó: “Mamá, Petrona, tiene razón. Ella ha estado ayudando con los asuntos de la empresa durante estos días. En muchos casos, Petrona está más informada que yo.”
Después de todo, esta formaba parte de la familia y no había problema en que se enterara de
muchas cosas.
Verónica no volvió a insistir y fue directo al grano.
Al mirar fijamente a Roque, preguntó con intensidad: “Roque, dime, ¿fuiste tú quien filtró esa información?”
La información sobre el nuevo perfume había sido guardada por Verónica en una caja fuerte unos pocos días antes, y estaba claro que Máximo no tenía nada que ver con esto, por lo que Roque era el único sospechoso para Verónica.
“Madre, no fui yo. No filtré esa información,” dijo Roque, sintiéndose incómodo.
En un grupo tan grande como el Grupo Rubíns, Verónica no había dudado en sospechar primero
de él, de su propio hijo, en lugar de considerar a cualquier otra persona.
Verónica se sentó en el lugar principal, con una mirada indescifrable y sus dedos
tamborileando en el reposabrazos.
Con una voz calmada pero firme, dijo: “Roque, no te justifiques más.”
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Capítulo 229
El cansancio acumulado, sumado a la presión psicológica de la mirada de Verónica, y el hecho de que ella estaba decidida a echarle la culpa, hicieron que Roque se sintiera frustrado, aunque intentó mantener la calma.
“¡Madre! Te aseguro que no fui yo. Ni siquiera sé dónde estaban esos documentos. Soy tu hijo, debes creer en mí.”
Verónica no lo miró, simplemente dijo con indiferencia: “Los documentos estaban en la caja fuerte, y aparte de ti, nadie más tenía la combinación para abrirla. Si no fuiste tú, ¿entonces fui yo quien los filtró?”
Sus palabras lo condenaron sin darle ninguna oportunidad para defenderse.
Roque sintió un escalofrío, decepcionado de su madre.
Sabía que, con un problema tan grave en la empresa, sería difícil escapar de la culpa, pero no aceptaría cargar con la culpa de algo que no había hecho.
Al enfrentarse a la mirada acusadora de Verónica, Roque cerró la boca y se mantuvo algo erguido, mostrando su firmeza.
“Madre, por favor, cálmate. Aunque solo Roque sabía la combinación de la caja fuerte, eso no significa que haya sido él quien filtró los documentos.”
En ese momento, Petrona ya estaba junto a Verónica, tratando de calmarla.
Verónica soltó un resoplido gélido, “Petrona, no sigas defendiendo más a Roque. Siempre había sido descuidado en sus acciones.
Aunque no hubiera sido él quien directamente filtró los documentos, seguro que los filtró indirectamente.”
“Aunque puede que haya sido una filtración indirecta por parte de Roque, estoy segura de que nunca tuvo la intención de hacerlo.”
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