Capítulo 227
Otilia hablaba con mucha emoción: “Del lado del Grupo Rubín, hace poco se reveló que una de sus fragancias más vendidas contenía componentes químicos dañinos para el cuerpo humano. También se expuso que los productos de cuidado de la piel anteriores tenían problemas. El Grupo Rubín, en su búsqueda por maximizar las ganancias, marcaba sus productos con precios exorbitantes mientras usaba los materiales de la peor calidad.”
“Y lo peor es que la información se filtró desde dentro de la empresa, lo que confirmó directamente las acusaciones. Ahora, el Grupo Rubín se encuentra en una crisis de confianza pública. En internet, todos dicen que el Grupo Rubín son unos comerciantes inescrupulosos, ganando dinero a costa de la conciencia. Mi madre incluso mencionó que varios accionistas del Grupo Rubín que conoce están considerando vender de urgencia sus acciones.”
Para Jordana, esta noticia no fue una sorpresa.
Desde que escuchó que Petrona había entrado la sede del Grupo Rubín, sabía que esto terminaría de esta manera.
En sus inicios, el Grupo Rubín capturó una oportunidad y creó una marca de cuidado de la piel de nicho, llamada Pure Beauty.
Pure Beauty se elevó rápidamente y se hizo conocida tanto en Aguamar como en Solarenia, lo que permitió que el Grupo Rubín se transformara exitosamente en una compañía bien conocida localmente en Aguamar.
Al mismo tiempo, le arrebataron una gran parte de la cuota de mercado al Grupo Murillo.
A lo largo de los años, el Grupo Murillo había estado observando al Grupo Rubín con envidia.
Y Petrona, con sus complicadas relaciones con Fermín, el segundo heredero del Grupo Murillo, y su oportunista entrada al Grupo Rubín, dejaban claras sus intenciones.
Otilia también parecía haber pensado en esto y le preguntó: “Jordana, ¿crees que esto podría estar relacionado con Petrona? Mira, antes de que Petrona entrara al Grupo Rubín, todo iba viento en popa para ellos, y ahora, justo después de que ella se uniera, surge este escándalo.”
Jordana reflexionó durante un momento y respondió: “Probablemente esté relacionado, pero como no conocemos los detalles, quién sabe realmente. Además, si los productos del Grupo Rubín tenían problemas, tarde o temprano se habrían descubierto.”
Solo se podría decir que esta vez Verónica realmente se disparó en el pie.
Otilia no podía evitar sentirse contenta por la ironía. “Esto probablemente se llame ‘karma‘. Mi madre decía hace poco que Verónica y su familia no tenían escrúpulos y que eventualmente recibirían su merecido. No pensé que llegaría tan pronto. Independientemente de si Petrona tiene algo que ver o no, lo cierto es que el Grupo Rubín se va a hundir bajo el mando de Verónica.
Incluso si logran salir del apuro sin declararse en bancarrota, al final sufrirán grandes pérdidas
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y serán vilipendiados. Siempre te ha visto como una mancha, ahora ella está a punto de convertirse en la mancha de la familia Rubín. Con tantos parientes en la familia Rubín, no faltaría quien la condenara.”
Imaginarse esa escena le daba a Otilia una gran satisfacción.
De hecho, Otilia nunca había entendido por qué a los miembros de la familia Soler no les gustaba Jordana, después de todo, Jordana era la hija que Verónica había llevado en su vientre durante diez meses, no era una extraña.
Incluso los tigres no se comían a sus propios hijos, pero Verónica siempre había mirado a Jordana con frialdad, sin tratarla como su propia hija.
En ese momento, Otilia de repente lo entendió, no era de extrañar que Jordana no fuera la
favorita de la familia Soler.
Porque Jordana y la familia Soler no eran del mismo mundo; esta era íntegra, mientras que para la familia Soler, nada importaba más que el beneficio.
Y menos mal que Jordana no creció en ese tipo de familia. Si hubiera crecido allí, seguro que habría terminado como Máximo, completamente desviada.
No obstante, Jordana suspiró profundamente, sintiéndolo como una pena.
Después de todo, el Grupo Rubín fue fundado por Hugo, quien le dedicó muchos años de su
vida.
Ahora, independientemente del resultado, se podría decir que el Grupo Rubín contaba con una gran reputación que duró por unos cien años en Aguamar, la cual fue arruinado por Verónica.
Luego le preguntó a Otilia: “Hugo aún no sabe sobre esto, ¿verdad?”
Otilia respondió rápidamente: “Supongo que no lo sabe. Mi madre no quiere que se lo digamos, por miedo a que le cause un gran malestar.
Pero como se dice, las buenas noticias no salen del hogar, y las malas se esparcen lejos y rápido. Dado que se trata del Grupo Rubín, es solo cuestión de tiempo que el anciano se
entere.”
Lo que decía Otilia era cierto, Jordana suspiró una vez más, sin añadir ni una sola cosa más.
