Al Mal esposo 51

Al Mal esposo 51

Capítulo 51 

El dolor pulsante en su frente y el líquido tibio deslizándose por su rostro fueron las primeras sensaciones que registró Irene. Al abrir los ojos, todo su campo visual se tiñó de un rojo intenso que la desorientó por completo. El humo negro que emanaba del frente de su auto la transportó instantáneamente a todas esas imágenes de accidentes que había visto en internet, imágenes que siempre había intentado borrar de su mente

¿Sería este su final? La ironía de la situación la golpeó como una bofetada: Daniel ni siquiera había salido de prisión todavía. No podía morir, no ahora. Su mente, aún en medio de la confusión, se dirigió hacia Romeo. Con su temperamento, ¿seguiría adelante con el juicio contra Daniel si ella fallecía? La incertidumbre la consumía

Ese pensamiento, esa preocupación por otros incluso en un momento así, le dio el impulso necesario. Con dedos temblorosos, desabrochó el cinturón de seguridad. Cada movimiento era una tortura, pero logró abrir la puerta y arrastrarse hacia el exterior

La consciencia regresó como una ola suave. Los párpados le pesaban como si fueran de plomo, pero finalmente logró abrirlos, solo para ser cegada por la luz incandescente del techo

Un médico de bata blanca se inclinó sobre ella, el alivio evidente en su rostro

-¡Qué bueno que despertó, señorita

El aroma penetrante del desinfectante invadió sus fosas nasales, trayéndola completamente de vuelta a la realidad. Los recuerdos del accidente la golpearon con fuerza renovada

Instintivamente, intentó llevar su mano hacia la frente, pero una punzada aguda la detuvo en 

seco

-No se mueva -el médico ajustó algo en el suero-. Tiene una contusión leve, necesita reposo absoluto. Hemos intentado localizar a su familia sin éxito. ¿Tiene algún otro contacto de emergencia

Le extendió su celular, tomando su mano con gentileza para desbloquear el dispositivo. En el registro de llamadas, el nombre de Romeo aparecía siete u ocho veces, todas sin respuesta. Esposo, decía junto a su número. César y Yolanda, sus padres, ni siquiera figuraban en sus 

contactos

La garganta le ardía cuando intentó hablar. ¿Qué caso tenía intentar llamar de nuevo? A estas horas, Romeo probablemente estaría con Inés, demasiado ocupado para preocuparse por ella

-¿No tiene alguna amistad cercana? -la impaciencia se filtró en la voz del médico- Necesitamos una firma autorizada para realizar estudios más detallados, descartar hemorragias internas

Con la mente todavía envuelta en una niebla espesa, Irene apenas podía sostener el teléfono. Sin más alternativas, marcó el número de Natalia

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Capítulo 51 

-Ellallámela a ella

No habían pasado ni treinta minutos cuando Natalia irrumpió en urgencias del Hospital Santa Cruz. Su característica melena roja estaba despeinada, evidencia de la prisa con la que había llegado. Al ver el rostro de Irene parcialmente cubierto de sangre seca, sus ojos se llenaron de lágrimas contenidas

-¡Por Dios! ¿Qué pasó

Irene, que había estado descansando con los ojos cerrados, los abrió lentamente. La bruma mental comenzaba a disiparse

-No es nada grave, solo un pequeño percance

-¿Y Romeo? ¿Qué no estabas con él? Los sábados siempre cenas en la villa… 

David apareció detrás de Natalia, el cansancio marcado en sus facciones pero la preocupación 

brillando en sus ojos oscuros

-Nati, mejor acompáñala un rato. Voy a hablar con el médico -su mirada se posó en Irene con calidez-. Primero los estudios, las explicaciones pueden esperar. 

La simple mención de Romeo desató un torbellino de emociones en Irene. El ceño fruncido y la tensión en su rostro revelaban tanto dolor físico como emocional

-Ya, tranquila, no pregunto más -Natalia tomó su mano con delicadeza, secándose discretamente una lágrima-. Todo va a estar bien

Una hora después, los resultados mostraban una conmoción cerebral leve y una herida de dos centímetros en la frente, nada más grave

-Recomiendo hospitalización para observación, mínimo dos días -el médico completaba el expediente mientras explicaba las precauciones-. El auto quedó inservible. Tiene suerte de que solo fuera una contusión leve. Si hubiera sido más grave y sin poder localizar a su esposo-dejó la frase en el aire

Para entonces, Irene estaba completamente lúcida y el dolor había disminuido considerablemente. Las palabras del médico sobre Romeo apenas la rozaron

-¿No hay manera de evitar la hospitalización? -el trabajo en Estudio Píxel & Pulso no podía esperar, era demasiado importante

David le dirigió una mirada tranquilizadora

-No te preocupes por el estudio, yo me encargo de todo. concéntrate en recuperarte, el trabajo puede esperar

16:45 

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