Capítulo 364
Las palabras de Alejandro resonaron en el silencio de la noche como piedras cayendo en un pozo sin fondo.
-Mi madre creía que si no me hubiera abrazado en ese momento, él habría seguido pensando en ella. Desde entonces, simplemente no pudo querer a su propia hija.
Me quedé inmóvil, mientras las sombras del jardín del hospital parecían cerrarse a mi alrededor. El peso de esta revelación se asentaba sobre mis hombros como una manta de plomo. Las luces distantes de las ventanas del hospital parpadeaban como estrellas artificiales, testigos mudos de esta conversación.
Alejandro me observó con ojos compasivos. Su mano, cálida y reconfortante, se posó sobre mi cabeza con la delicadeza de quien consuela a un niño herido.
-Ya no pienses más en tu mamá. No merece ocupar espacio en tus pensamientos.
Las palabras se me atoraron en la garganta. El aire nocturno arrastraba el aroma antiséptico del hospital mezclado con el perfume dulzón de las flores del jardín, creando una extraña sinfonía de aromas que parecía burlarse de la amargura del momento.
Por suerte, hace tiempo que dejé de esperar algo de ella“, pensé mientras alzaba la mirada hacia el cielo nocturno. “Ya me decepcionó tanto que nada de lo que haga puede lastimarme más.”
Mi mente, como siempre, regresó al problema más urgente.
-¿Y Violeta?
La pregunta flotó en el aire como una hoja al viento. Alejandro se tomó un momento antes de responder, eligiendo cuidadosamente sus palabras.
-Por ahora está inmóvil. Su condición es delicada. Tu padre le administró varios medicamentos para fortalecer su sistema inmunológico, pero ni él mismo puede especificar cuáles fueron. Esto ha provocado la aparición de componentes misteriosos en su sangre.
Sus ojos se encontraron con los míos antes de continuar.
N Necesitamos mantenerla en observación por un tiempo más.
Procesé esta información mientras el viento nocturno agitaba suavemente las ramas de los árboles cercanos.
-¿Le pediste a mi padre una lista de los medicamentos que le dio?
-Dice que no lo recuerda con claridad.
Mis cejas se juntaron involuntariamente.
-¿Mi padre dijo que no lo recuerda bien?
Alejandro estaba asintiendo cuando una chispa de comprensión iluminó su rostro.
-¿Qué sucede? ¿Detectaste algo extraño?
-Mi padre podría olvidar cualquier cosa, pero con los medicamentos tiene una memoria prodigiosa, casi sobrenatural. Es. completamente imposible que no recuerde qué sustancias le administró a alguien.
La conclusión me golpeó como un relámpago.
-¡Te está mintiendo!
-No debería ser posible, le administré suero de la verdad-, respondió Alejandro con un dejo de incredulidad en su voz. Una sonrisa amarga se dibujó en mis labios. Como miembro de una familia dedicada a la medicina, conocía perfectamente los alcances y limitaciones del suero de la verdad.
Si usaste el suero, entonces definitivamente es una mentira calculada.
La brisa nocturna se tornó más fría mientras le explicaba:
-El suero de la verdad es pentotal sódico, un anestésico que afecta el sistema nervioso y provoca que la gente hable con
Aceridad en estado de semi inconsciencia. Mi padre ha estudiado exhaustivamente este tipo de sustancias.
Las sombras del jardín parecían más densas mientras continuaba:
Capitulo 364
Las investigaciones de mi padre se centran en métodos poco convencionales. Ha desarrollado compuestos que superan por mucho la efectividad del suero de la verdad y otros medicamentos psicológicos.
Mis palabras siguiente salieron en un susurro contenido:
-Como sus investigaciones son ilegales y no puede realizar pruebas en humanos, él mismo se convierte en su propio sujeto de experimentación.
La expresión de Alejandro se transformó gradualmente mientras asimilaba esta información.
-Para él, el suero de la verdad y sustancias similares son como juegos de niños. No tienen el menor efecto en su sistema.
Un silencio denso se instaló entre nosotros.
-Parece que subestimé a tu padre -admitió Alejandro finalmente.
-No es que lo hayas subestimado -aclaré mientras observaba las luces parpadeantes del hospital. -Es que sus investigaciones son ilegales. Mi abuela las mantiene bajo estricto control para evitar que lleguen al mercado. Muchos de los compuestos que desarrolla son desconocidos incluso para la familia Miranda. Era imposible que pudieras investigarlos.
peso de mis siguientes palabras me oprimió el pecho:
-Si alguno de sus medicamentos experimentales llegara al mercado, terminaría tras las rejas.
Un escalofrío me recorrió la espalda mientras continuaba:
-Por eso mi abuela lo vigila tan de cerca. Si no fuera porque algunos de sus descubrimientos, después de ser modificados, tienen aplicaciones comerciales… como convertir un veneno letal rápido e inodoro en raticida, o transformar una sustancia que provoca pérdida instantánea del cabello en crema depilatoria…
Las luces del hospital se reflejaban en los ojos atentos de Alejandro mientras concluía:
-Si no fuera por las ganancias millonarias que estos productos generan para la familia Miranda, mi abuela jamás le permitiría continuar con sus experimentos.
La comprensión transformó el semblante de Alejandro. Al no haber descubierto la verdadera naturaleza de las investigaciones de mi padre, había asumido que los componentes misteriosos en la sangre de Violeta eran resultado de algún error accidental.
Ahora sabía que nada relacionado con mi padre era accidental.