Capítulo 168
El flash de una cámara capturó el momento en que Simón y yo entrábamos al hotel. Ninguno de los dos lo notó, demasiado absortos en nuestra propia tensión como para percatarnos de que alguien nos observaba desde las sombras.
Ya en la soledad de mi habitación, me despojé del maquillaje y la ropa del día con movimientos mecánicos. El agua caliente de la ducha no logró relajar mis músculos tensos ni acallar los pensamientos que giraban sin cesar en mi mente.
El sonido estridente del celular rompió el silencio. La pantalla mostraba el nombre de Simón. Mi primer impulso fue ignorar la llamada, pero algo en mi interior me detuvo. “Quizás pueda sacarle información útil“, pensé mientras deslizaba el dedo sobre la pantalla.
Sus ojos se entrecerraron con irritación mientras apretaba la mandíbula.
-¿Se puede saber por qué no estás en la casa? -Su voz destilaba una mezcla de preocupación y autoridad que me revolvió el estómago.
El muy cínico había ido a buscarme, como si tuviera algún derecho sobre mí después de todo lo que me había hecho. Una risa amarga brotó de mi garganta.
-¿Y eso a ti qué te importa? -respondí, la frialdad en mi voz podría haber congelado el infierno
mismo.
La bilis me subía por la garganta. ¿Cómo se atrevía a fingir preocupación después de todo?
-Luz…
Sus labios se fruncieron en un gesto tenso.
-¡No me llames así! -El veneno en mi voz era palpable-. ¡Deja de fingir que te importo! Si no te da asco tu propia hipocresía, al menos ten la decencia de pensar en lo repugnante que resultas para los demás.
-No estoy fingiendo nada -Se pasó una mano por el cabello, un gesto que delataba su
nerviosismo.
Una sonrisa torcida se dibujó en mis labios.
-¿Ah, no? Entonces dime, ¿se puede crear una empresa nueva de la noche a la mañana? -Mi tono se volvió analítico, calculador-. Vaciar una compañía debe llevar tiempo, ¿no crees?
El silencio al otro lado de la línea confirmó mis sospechas. Mi mente trabajaba a toda velocidad, conectando puntos. Vaciar una empresa próspera requería planeación, tiempo… ¿Cuánto llevaba preparando esta traición?
-No es lo que piensas, mi amor -Su voz se suavizó, intentando ser persuasiva-. Sabes que hay accionistas problemáticos en la compañía. No importa cuánto intente negociar con ellos, es inútil.
Hizo una pausa, eligiendo cuidadosamente sus siguientes palabras.
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22:32 D
Capitulo 168
-Se aferran a las acciones como sanguijuelas, obstaculizando el desarrollo de la empresa. Por eso planeé crear la nueva compañía.
Mi ceño se frunció mientras procesaba esta información. Según él, su plan original era dejarles acciones sin valor a esos accionistas conflictivos. Qué conveniente que ahora pudiera usar esa misma estrategia contra mí.
Obtuve las respuestas que necesitaba. Sin mediar más palabra, corté la llamada.
Simón se quedó mirando el teléfono, su reflejo en la pantalla negra le devolvió una mirada sombría. Sabía perfectamente que yo había estado sondeándolo para obtener información. Y aun así, me había dicho todo lo que yo quería saber.
Sus nudillos se tornaron blancos mientras apretaba el teléfono. Había cometido un error tras otro. No debió dudar de mí sin investigar. No debió tratarme con tanta crueldad. Y sobre todo, no debió convertirme en una pieza más de sus maquinaciones empresariales.
Era consciente de que su amor era egoísta y obsesivo. Pero no podía dejarme ir. No le importaba si yo lo odiaba, si lo despreciaba. Mientras siguiera siendo su esposa, podría soportarlo todo.
Bianca Morales, que había presenciado toda la conversación, no pudo contenerse más.
-Presidente, ¿no es arriesgado revelarle tanto a una esposa que busca el divorcio? -Su voz traicionaba su desaprobación.
Para Bianca, el divorcio era la solución perfecta. Dejarme la empresa vacía sería el movimiento
ideal.
-Usted debería… -comenzó, pero la mirada dura de Simón la silenció al instante.
En su opinión, su presidente rozaba la perfección en todo… excepto en el amor. Era frustrante verlo tropezar una y otra vez por una mujer. ¿Cómo podía una simple mujer compararse con su
brillante carrera?
Si tan solo fuera más determinado, si pudiera cortar lazos conmigo limpiamente, su plan de vaciar la compañía sería impecable. La nueva empresa podría ascender meteóricamente, convirtiendo a Simón en el hombre más rico del país en cuestión de meses.
Pero su presidente…
Una idea cruzó por su mente. En lugar de dirigirse a su casa, giró su auto hacia el hospital. Solo había una persona capaz de liberar a su presidente de esta obsesión enfermiza: la señorita Rosales.
טופ