Cicatrices de Novela 131

Cicatrices de Novela 131

Capítulo 131 

La cárcel me había robado el sueño durante días. Al volver por fin a casa, mi cuerpo se rindió ante el agotamiento acumulado. Sin necesidad de pastillas, me hundí en un sueño profundo

oscuro como el fondo del mar

Una serie de golpes violentos contra la puerta me arrancaron de la inconsciencia. Aún con los ojos cerrados, reconocí los gritos exasperados de mi madre resonando por el pasillo. Su visita era algo que ya anticipaba, así que me tomé mi tiempo. Me puse lo primero que encontré y me dirigí a la entrada con paso deliberadamente lento

Mi madre alzó el puño para golpear con más fuerza justo cuando abrí la puerta. Sus ojos destellaron con una mezcla de irritación y desprecio que me resultaba dolorosamente familiar. Sus labios se torcieron en una mueca de disgusto. Los músculos de su cuello se tensaron visiblemente mientras escupía las palabras

-¿Qué, te moriste o qué? ¡Llevo una eternidad tocando y no abres

La observé con una calma que sabía que la enfurecería aún más. Una sonrisa irónica se dibujó 

en mis labios

-Sé que desearías que estuviera muerta, mamá, pero para tu desgracia sigo aquí. Y si estuviera muerta, pues ni modo, tampoco podría abrirte

Me di la vuelta y caminé hacia la sala, dejándola hervir de rabia en el umbral. Sus pasos furiosos resonaron detrás de

-¡¿Quién va a querer que estés muerta?! -Su voz temblaba de ira-. Con esa actitud, ¿cómo no vamos a preferir a Violeta? ¡Mírate nada más! ¿Quién podría quererte así? ¿Quién podría 

amarte

Se acercó más, acorralándome con sus palabras como dardos envenenados

-Ni tu padre, ni tu hermano, ni siquiera el hombre que amaste durante siete años te quieren. ¿No te has puesto a pensar que el problema eres ? ¡Deja de culpar a los demás

Su rostro enrojeció mientras continuaba su ataque

-¡Todavía tienes el descaro de demandar a tu padre! ¡De acusar a Violeta de querer lastimarte

Apretó los puños a sus costados

-¿Por qué querrían hacerte daño? ¿Qué ganarían con eso

Esa misma pregunta me la he hecho mil veces, pensé mientras la observaba. Me preguntaba qué llevaba a un padre a tratar así a su propia hija. Si fuera por dinero o poder, quizás podría entenderlo. Pero este tipo de crueldad gratuita, sin beneficio alguno¡era algo que me superaba

Mi silencio ante sus ataques la enfureció aún más. Vi cómo levantaba la mano, lista para 

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Capítulo 131 

abofetearme, pero mi hermano la sujetó del brazo justo a tiempo

-Mamá, no olvides a qué venimos -murmuró él con voz tensa

El recordatorio de mi padre en la cárcel pareció devolverle algo de control. Respiró hondo, aunque sus ojos seguían ardiendo con desprecio

-Luz, vas a ir ahorita mismo a la delegación -ordenó con voz cortante-. Les vas a decir que tu padre no quiso hacerte daño con ese medicamento, que aceptaste tomarlo por tu cuenta. ¡Que lo suelten ya

Su voz se quebró en una mezcla de súplica y amenaza

-¡Tu padre tiene presión alta! ¡Le importa demasiado su reputación! ¡Dejarlo en la cárcel es como matarlo! ¡Es tu padre, por Dios santo

No pude contener una risa seca. Era increíble cómo mi madre pensaba que yo tenía algún tipo de poder sobre la policía

-Mamá, me estás dando demasiado crédito -respondí con ironía-. Si yo pudiera hacer que la policía hiciera lo que se me antoja, ¿crees que me hubiera quedado encerrada todos estos 

días

-¡Si no tienes ese poder, entonces para qué metiste a tu padre en esto! -estalló ella-. ¿Lo quieres matar o qué

Ya estaba tan acostumbrada a que me culpara de todo que sus palabras resbalaban sobre como agua. Aun así, intenté mantener la calma y aclarar las cosas

-Yo no metí a nadie en nada. Él trató de hacerme daño, violó la ley, y la policía lo arrestó. Así de simple

-¡No digas tonterías! -La vena en su sien palpitaba visiblemente. ¿Cómo va a querer lastimarte tu propio padre? ¡Aunque no fueras su hija de sangre, ni siquiera tendría el valor de hacerlo! ¡Si tuviera las agallas para lastimar a alguien, ya sería millonario

Me quedé en silencio. Viéndolo así, no tenía argumentos para rebatirla

Mi padre era un hombre peculiar: bondadoso en algunos aspectos, pero con una cobardía que lo definía. Había estudiado farmacología y le apasionaba la investigación de medicamentos, pero no precisamente para el beneficio de la humanidad. Sus experimentossiempre se inclinaban hacia lo nocivo

Como esa agua de la obedienciaque me obligó a tomar, o sus otras creaciones: una fórmula para provocar calvicie instantánea, venenos de efecto rápidoSi viviéramos en una novela de artes marciales antigua, sería un maestro alquimista temido por todos

Pero en el mundo real, todas esas medicinassuyas eran aberraciones que jamás deberían ver la luz del día

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Cicatrices de Novela

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Score 9.9
Status: Ongoing Type: Native Language: Spanish
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