Capítulo 102
El deseo de mi madre era claro como el cristal: hubiera preferido que me muriera en aquella caída del acantilado. Así no tendría que lidiar con la vergüenza de tener una hija biológica tan
“malvada“.
Sus rostros, la manera en que me miraban… No era solo un intento de difamarme o justificar a Violeta. Realmente creían que yo la había drogado.
Una risa amarga burbujeó en mi garganta. Aunque había perdido algunos recuerdos, sabía con absoluta certeza que jamás haría algo así.
-No sé por qué piensan eso de mí. ¡Nunca hice semejante cosa! Ni siquiera sabía que Violeta había estado con el padre de Simón hasta que mandé a investigarla hace poco.
Mis palabras solo sirvieron para enfurecerlos más. Simón, perdiendo los estribos, me agarró de los hombros con tanta fuerza que sentí que los huesos me crujían.
-¿Que no hiciste nada? ¿Cómo puedes ser tan cínica? ¿Cómo te atreves a poner esa cara de inocente después de lo que hiciste?
El dolor me atravesaba como agujas. Estaba harta de sus agrones, de su violencia apenas
contenida.
-¡Suéltame! Si te digo que no lo hice es porque no lo hice. Si están tan seguros, ¡muéstrenme las pruebas!
La mandíbula de Simón se tensó, una vena palpitando en su sien.
-¿Quieres pruebas? ¡Aquí las tienes!
Sacó su celular con un movimiento brusco.
-Luz, no puedo creer hasta dónde has llegado. Tú…
Ignoré su diatriba sobre mi supuesta maldad y me concentré en la pantalla. El video consistía en dos clips de cámaras de vigilancia editados juntos.
Mi sangre se heló.
El video mostraba, sin lugar a duda, cómo yo echaba algo en el jugo de Violeta. Después, ella aparecía desorientada mientras el padre de Simón se la llevaba.
Simón me levantó la barbilla con brusquedad, sus dedos clavándose en mi piel.
-¿Ahora sí vas a admitir lo que hiciste?
Me quedé en silencio, la mente trabajando a toda velocidad. El video era claro, sí. La persona que aparecía era idéntica a mí, haciendo exactamente lo que me acusaban. Pero yo sabía, con una certeza que me calaba hasta los huesos, que jamás haría algo así.
El problema era que, además de los recuerdos relacionados con Simón, tampoco recordaba
14:02
Capitulo 102
nada de lo que mostraba ese video. Era como un agujero negro en mi memoria.
Mi silencio pareció confirmar sus sospechas. Simón me estudió por un momento, sus ojos duros como el acero.
-Vas a dar una conferencia de prensa. Anunciarás públicamente que por celos de mi relación con Violeta, orquestaste todo para que mi padre y ella estuvieran juntos. Aclararás que ella no estuvo con él por dinero, sino porque tú la obligaste.
Sus palabras goteaban veneno.
-Te disculparás formalmente con Violeta.
No esperó mi respuesta.
-Esto no habría sido necesario si solo hubieras hablado del tema. Podríamos haber dicho que mentías. Pero tenías que mostrar el acta de matrimonio, y cuando quisimos detenerlo, ya era tarde. Alguien encontró el original.
Se pasó una mano por el cabello, frustrado.
-Tienes que hacerte responsable. ¡No podemos permitir que Violeta siga sufriendo! Lo máximo que puedo hacer por ti es evitar que vayas a prisión.
Sus ojos se clavaron en los míos.
-Si admites públicamente tu error y te disculpas con Violeta, no presentaremos cargos. Pero si te niegas…
Levantó el celular.
-Entregaré este video a la policía. Drogar a alguien para que sea agredida equivale a cometer el delito tú misma. Son de tres a diez años de cárcel.
Una sonrisa cruel curvó sus labios.
-Tú decides.