Al Mal esposo 56

Al Mal esposo 56

Capítulo 56 

El silencio en el tribunal se hizo añicos con un grito que reverberó contra las paredes de mármol

Yolanda, con el rostro desfigurado por la rabia, se abalanzó sobre Irene y la empujó con fuerza

-¡Eres una inconsciente! Me dijiste que ibas a contratar a Enzo, por eso le pedí a tu papá que no interviniera

Irene trastabilló hacia atrás. Por el rabillo del ojo, captó el destello de otro auto estacionando 

frente al tribunal

Era Vicente

El abogado permaneció a distancia, sosteniendo una carpeta gruesa con los documentos del caso. Su expresión denotaba incomodidad y cierto disgusto ante la escena familiar que se desarrollaba frente a él

Irene bajó la voz hasta casi un susurro, consciente de las miradas curiosas que comenzaban

acumularse

-Enzo está saturado de trabajo. Vicente es el mejor después de él. ¡Tenemos que confiar en su 

experiencia

El juicio era inminente. El tiempo para cambiar de representante legal se había agotado hace semanas. Además, después de sus reuniones previas, Irene había quedado convencida de la capacidad de Vicente

César, con el rostro ceniciento de furia, tuvo que tragarse su orgullo y aceptar la realidad. El miedo a antagonizar a Vicente, y que esto afectara la defensa de Daniel, le ató la lengua 

momentáneamente

Sus ojos, sin embargo, relampaguearon con una amenaza apenas contenida

-Irene, si perdemos este casote vas a arrepentir

Con estas palabras envenenadas flotando en el aire, dio media vuelta y se dirigió al interior del edificio con pasos pesados

Natalia se acercó a su amiga y le dio un apretón reconfortante en el hombro. Irene agradeció el gesto en silencio. Por más dolor que le causaran, no podía hablar mal de sus padres

-Estoy bien -murmuró, más para misma que para los demás. El juicio estaba por comenzar; no había tiempo para hundirse en el dolor que le causaba la actitud de César

Se giró hacia Enzo con expresión contrita

-Perdón por ponerte en esta situación, Enzo

El abogado esbozó una sonrisa comprensiva mientras miraba más allá de ella

-No te preocupes. Vicente, gracias por tu compromiso con el caso

Vicente se aproximó con pasos medidos hasta quedar junto a Irene

-No hay nada que agradecer. Solo espero que si las cosas no salen como esperamosla señorita Llorente pueda entenderlo

Era evidente que había escuchado la amenaza de César

Irene negó con la cabeza, mirándolo con una mezcla de esperanza y determinación

-Vicente, confio en usted. Y si perdemospues ni modo, ¿no me dijo que podríamos apelar

Su actitud genuina y respetuosa contrastaba marcadamente con la agresividad de César

Vicente pareció relajarse ligeramente

-No necesitas tranquilizarme, señorita Llorente. Con que estés preparada para cualquier resultado, es suficiente

Tras este breve intercambio, el grupo se dirigió al interior del tribunal

Alquimia Visual

Romeo llevaba más de veinticuatro horas prácticamente sin dormir. Sus ojos enrojecidos y el ceño permanentemente fruncido evidenciaban el agotamiento acumulado de semanas de trabajo intenso

Unos golpes secos en la puerta interrumpieron su concentración

-Adelante masculló apenas, sin despegar la vista de los documentos frente a él

Gabriel entró con paso decidido

-Presidente Castro, hoy es el juicio de Daniel. ¿Seguimos el protocolo establecido o intervenimos directamente

Siguiendo el procedimiento normal, la primera instancia resultaría en una derrota casi segura. Tendrían que buscar más evidencias, apelar y prepararse para un segundo juicio. Durante ese proceso, Daniel tendría que permanecer en prisión -un golpe durísimo para alguien acostumbrado a los lujos y privilegios

Con la influencia de Romeo, una intervención directa podría conseguir la libertad inmediata de Daniel. Sin embargo, siendo un caso tan mediático y con evidencia sustancial, el estigma de hornicida lo perseguiría de por vida a ojos del público

Romeo entrelazó los dedos, pensativo

-Si no puede aguantar unos meses en la cárcel, menos va a poder cargar con la etiqueta de asesino toda su vida. Vamos por el procedimiento normal

Como hombre, Romeo quería que Daniel saliera limpio de toda sospecha. Era solo cuestión de 

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11.06 

Capitulo 56 

tiempo; confiaba en que el muchacho podría resistir. Aunque sus encuentros habían sido escasos, algo en la terquedad de Daniel le recordaba a Irene

Entendido. Le aviso a Vicente

Gabriel envió el mensaje y, tras guardar su celular, colocó otro documento sobre el escritorio

-Presidente Castro, esto viene de la comisaría. Es el resultado de la investigación sobre el accidente automovilístico de la señora

Romeo tomó el informe. Su ceño se profundizó al leer el contenido

La herida en la frente de Irene había sido causada por el accidente

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