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Capítulo 300
-No tengo ni un peso -espetó Yolanda sin el menor remordimiento-. Te desapareces, nos bloqueas, te escondes quién sabe dónde… ¡Tu papá está que echa lumbre! Ni me deja mencionarte. ¡Date por bien servida que te contesté la llamada!
Su tono destilaba desprecio, como si Irene fuera una aprovechada pidiendo limosna.
-¿Y el bolso de dos millones que te compraste? ¿Y el cinturón de cientos de miles?
Irene salió de la tienda con pasos apresurados. Cuando encontró un rincón solitario, la fachada de control que había mantenido se desmoronó por completo.
-¡Daniel es su hijo, no el mío! -el grito brotó desde lo más profundo de su dolor contenido.
-¿Y ahora por qué gritas como loca? -contraatacó Yolanda-. Todo esto es tu culpa por no querer seguir siendo la señora de una casa rica. ¡Los días que pasé en tu casa casi me muero de hambre, puras sobras me dabas de comer! Todavía estás a tiempo de regresar con Romeo. Que él pague los gastos del hospital y vuelves a tu vida de lujos.
En el fondo, Yolanda ni siquiera estaba segura si el divorcio ya era oficial. Si no lo estaba, perfecto. Y si ya estaban divorciados, ¡pues apenas había pasado tiempo, todavía había manera de arreglarlo!
-Tienes tres días. Si no pagas, ve tú por él al hospital.
Algo dentro de Irene se congeló. Colgó sin decir una palabra más.
Yolanda intentó marcar de nuevo, pero el sonido de los pasos de César bajando las escaleras la hizo guardar el teléfono apresuradamente.
-¿Ya pagó Irene los gastos del hospital? -preguntó César, la preocupación evidente en su voz.
-Todavía no -Yolanda titubeó, sin saber cómo explicarse. Si le decía directamente que Irene se negaba a pagar, César seguramente se pondría furioso con ella. ¡Esa ingrata de Irene la había puesto en un aprieto!
César notó algo extraño en su actitud.
-¿Hablaste con Irene?
-¿Eh? -Yolanda se puso nerviosa-. Acaba de llamar… dice que en el hospital le dieron tres días o tendremos que llevarnos a Daniel… que no tiene dinero…
Su voz se fue apagando mientras el rostro de César se ensombrecía progresivamente.
Al final, César solo dejó escapar un resoplido gélido antes de marcharse.
Quedaba claro: esperarían. Si después de tres días Irene no pagaba y tenían que sacar a Daniel del hospital…
Yolanda no quería ni imaginarlo. Sacó su celular y comenzó a bombardear a Irene con
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Capitulo 300
mensajes, uno tras otro, presionándola para que pagara.
En Visual Alchemy, fue Esteban quien le informó a Romeo sobre la situación de los gastos. médicos de Daniel.
[La familia Llorente anda buscando a la señorita Llorente para pedirle dinero. ¿De dónde va a sacar ella semejante cantidad? Si tanto te interesa, ¿por qué no pagas los gastos del hospital?)
Romeo ignoró el mensaje. Ya bastante había hecho yendo en la madrugada a entregarle el proyecto de Valle Aureo, prácticamente regalándole dinero. Y todo lo que recibió a cambio fue
su indiferencia.
¿Debería ofrecerse a pagar los gastos médicos? ¿No sería eso dejarse manipular por Irene?
Después de un momento de silencio tenso, presionó el intercomunicador.
-Gabriel, ¿cómo va la investigación de las fotos y los videos? -la impaciencia se filtró en su
VOZ.
-Hay algunos avances -respondió Gabriel-. Aunque no encontramos rastros en los celulares, contacté al hotel por las grabaciones de seguridad. Con tecnología podríamos rastrear desde dónde se tomaron las imágenes de las cámaras. Solo necesitamos tiempo.
Romeo frunció el ceño.
-¿Alguna novedad sobre la señora Núñez?
-Va
y viene del trabajo con normalidad, sin contactos sospechosos. ¿Quiere que intensifiquemos la vigilancia? -la sugerencia de Gabriel implicaba monitorear hasta las llamadas de Inés. Si estaba tramando algo, lo descubrirían de inmediato.
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